La esperada boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres se ha celebrado este sábado 18 de octubre en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), reuniendo a familiares y amigos en una jornada marcada por la emoción, la elegancia y el acento andaluz.
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El enlace ha tenido lugar pasadas las doce del mediodía en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, uno de los templos más emblemáticos de la localidad gaditana y santuario de la patrona de Sanlúcar. La pareja eligió finalmente este escenario por su significado histórico y su imponente belleza arquitectónica, a pesar de que la iglesia de Santo Domingo fue la opción inicial, por su retablo barroco del siglo XVIII y por su singularidad al ser el único templo en Sanlúcar construido en piedra de cantería.
Una novia radiante
Blanca Llandres, que ha llegado del brazo de su padrino, ha acaparado todas las miradas con un vestido diseñado por Nicolás Montenegro, una creación confeccionada especialmente para ella que combinaba romanticismo y sofisticación: corte imperio, con microdrapeado y una impresionante cola, que le daba un toque sofisticado al look nupcial. El ramo, que combinaba flores moradas y granates, aportaba frescura y un guiño moderno al conjunto.
El periodista Alberto Herrera, por su parte, ha optado por un elegante traje de Tomás Laso-Argos, fiel a su estilo clásico. El novio llegó a la basílica gaditana del brazo de su madre y madrina, Mariló Montero, radiante con un vestido largo en tono verde. La concursante de MasterChef Celebrity no podía disimular la emoción que sentía mientras aguardaba la llegada de la novia junto a su hijo.
Carlos Herrera, uno de los comunicadores más influyentes de la radio española, acaparó toda la atención a su llegada al templo. Lo ha hecho acompañado de su mujer, la también periodista de Onda Cero, Pepa Gea, quien eligió para la ocasión un favorecedor vestido rojo con detalles de plumas. Herrera, que ha compartido micrófono y confidencias con generaciones de oyentes, se mostró cercano y sonriente, saludando a los invitados y a la gente congregada en las inmediaciones de la iglesia.
La llegada de Rocío Crusset, hermana del novio, no ha pasado desapercibida y también ha generado gran expectación entre los asistentes. Muy implicada en los preparativos del enlace y con una estrecha relación con la novia, la modelo de 31 años se ha convertido en una de las invitadas más elegantes de la jornada. Sin duda, ha deslumbrado con un vestido amarillo de inspiración oriental que realzaba su figura y aportaba sofisticación al conjunto. Curiosamente, el mismo color fue también la elección de Lourdes Montes, aunque en un tono más intenso, lo que ha permitido ver dos versiones muy distintas de una apuesta cromática atrevida.
En el interior del templo se han vivido momentos de gran emoción, especialmente con la entrada de Blanca, del brazo de su padrino, bajo la imponente presencia del retablo mayor y la patrona de la localidad, presidiendo la ceremonia religiosa. Ha sido entonces cuando se ha revelado en todo su esplendor el vestido que había elegido para la ocasión: un diseño impecable, con una majestuosa cola y un delicado velo caído que enmarcaba su figura, convirtiéndola en la protagonista indiscutible de un día inolvidable.
Rostros conocidos entre los invitados
La novia, embarazada de su primer hijo, ha lucido radiante y visiblemente emocionada durante toda la ceremonia, arropada por su familia en un día cargado de simbolismo. Entre los invitados más cercanos, estaba su tía Lourdes Parejo, quien llegó sola a la iglesia, serena y sonriente. Para la ocasión, ha elegido un conjunto en dos piezas formado por una camisa blanca y una falda larga de estampado floral, una elección favorecedora y luminosa que acompañaba la atmósfera del enlace. A su llegada, ha atendido brevemente a los medios y adelantó cómo se encontraba su hija en ese momento: “encantada” y, como es natural en toda novia, “un poco nerviosa”.
También han estado presentes, Lourdes y Sibi Montes, primas de la novia, que no han querido perderse el gran día. La mujer de Fran Rivera ha apostado por un favorecedor vestido amarillo de encaje y se ha mostrado muy sonriente antes de entrar al templo. Por su parte, su hermana acudió del brazo de su marido, el abogado Mateo Ibáñez Pacheco. La boda de Blanca y Alberto es la primera salida pública que hace la pareja tras el nacimiento de su primer hijo en común, el pasado mes de agosto.
Además de las hermanas Montes, otros rostros conocidos se han dado cita en la localidad sanluqueña para acompañar a los novios en este día. Entre ellos, José Manuel Soto y su mujer, Pilar Parejo, muy cercanos a la familia, no faltaron a la celebración. El cantante ha saludado con cercanía a los asistentes antes de ocupar su lugar en el templo. Estaba acompañado por su hijo, Jaime Soto, quien desveló que interpretaría una canción durante la ceremonia. Un gesto que ha añadido un toque íntimo y profundamente emotivo a la boda de Alberto y Blanca.
También se dejó ver el periodista Goyo González, acompañado por su esposa, Sara García. La pareja son amigos personales de los padres del novio. De hecho, González dio sus primeros pasos en televisión junto a Mariló Montero en el programa de televisión mañanero presentado por Jesús Hermida, todo un referente del periodismo televisivo en nuestro país. Aunque Carlos y Mariló se divorciaron en 2011, la expareja mantiene una excelente relación con Goyo y su mujer, con la que han compartido grandes momentos junto a sus hijos.
Una vez finalizada la ceremonia, los novios han salido ya convertidos en marido y mujer, entre aplausos y vítores de los asistentes. Han recibido las felicitaciones de familiares y amigos, y han protagonizado un momento especialmente entrañable cuando un emocionado Alberto sorprendió a su ya esposa con un espontáneo beso en la mejilla que arrancó sonrisas entre los presentes.
Después de la ceremonia, la pareja ha abandonado el recinto religioso de una forma tan original como inesperada. En lugar del tradicional coche de caballos andaluz, los novios han optado por un vehículo mucho más moderno y, también más veloz: un todoterreno descapotable en color amarillo yema, el tono que, sin duda, marcó el estilo del enlace. Subidos en la parte trasera y de la mano, han recorrido los primeros metros como recién casados, mientras se despedían de la gente. Durante el trayecto, ambos han tenido un significativo gesto: mostraron con orgullo sus alianzas, radiantes y cómplices en el arranque de su nueva vida juntos.
Bonito broche de oro a su historia de amor
Tras el “sí, quiero”, comenzaba la segunda parte de este gran día: el convite nupcial. Los recién casados y sus invitados se han trasladado a la Finca Marbella, propiedad de Teresa de la Cierva, para celebrar el banquete y la posterior fiesta en un entorno familiar, cuidado al detalle y fiel al estilo que deseaban los novios. Alrededor de 250 invitados comparten con la pareja una jornada inolvidable. Mientras que la ceremonia religiosa ha tenido carácter público, el banquete se desarrollará en un ambiente más discreto, íntimo y privado, donde no faltarán los guiños a las tradiciones andaluzas. Además, los asistentes recibieron indicaciones de etiqueta muy concretas: evitar el blanco y optar por calzado cómodo, ya que parte del festejo transcurre sobre césped.
Sin duda, esta boda pone el broche de oro a la romántica historia de amor de Alberto y Blanca, que comenzó en agosto de 2024 y fue oficialmente revelada al público hasta febrero de 2025. Ahora les toca prepararse para otro gran acontecimiento, la llegada de Marcos, su primer hijo en común. Aunque para eso, todavía tienen mucho meses por delante.