Los reyes de Holanda se encuentran estos días de viaje de Estado en Surinam con el objetivo de abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre Países Bajos y la que fuera su colonia. La intención es reforzar la cooperación cultural, económica y social entre ambas naciones, explorar posibilidades de inversión y colaboración, y fomentar vínculos basados en el respeto mutuo, por lo que se trata de una visita de gran relevancia. Guillermo Alejandro y Máxima aterrizaron ayer y protagonizaron una intensa jornada repleta de actos oficiales que culminó en una cena en la que la Reina mostró su imagen más elegante.
Máxima de Holanda estrena vestido de gala
Estamos acostumbrados a que Máxima siempre nos sorprenda con sus looks, especialmente en banquetes de este tipo, y, aun así, consigue superarse con sus elecciones. En esta ocasión, ha estrenado un modelo de líneas depuradas que deja a un lado sus habituales encajes, transparencias, bordados o pedrerías en favor de una imagen más minimalista, pero no por ello menos impactante.
La Reina ha elegido un vestido largo -como manda la etiqueta- confeccionado en un tejido vaporoso de color caramelo, una pieza con corte a la cintura que destaca por su impresionante doble escote. En la parte delantera, presenta una gran abertura en forma de 'V', y, al girarse, vemos que también deja la espalda al descubierto. Además, incorpora dos piezas de tela muy ligeras que caen desde el hombro hasta el suelo a modo de capa. Es cierto que este tipo de cortes son poco habituales en el armario de reinas y princesas, pero Máxima demuestra que puede lucirse perfectamente sin renunciar a la elegancia.
Para evitar enseñar más de lo deseado y encontrarse cómoda a lo largo de toda la noche, ha recurrido a un sencillo y muy efectivo truco de estilo, sumarle un fular sobre los hombros que se regula y puede ir moviendo a demanda, en su caso, de un tono ligeramente más oscuro que el vestido pero que engama a la perfección.
En cuanto a los accesorios, ha escogido unas sandalias de taconazo en tono cobre, que nos permitían apreciar su impecable pedicura granate, color de pura tendencia que también lleva en las uñas de las manos, y un pequeño bolsito rígido a juego.
Una tiara sencilla y exquisita
Existía una gran duda con respecto a si iba a llevar tiara, y, finalmente, para nuestra alegría, porque nos encanta verla con este tipo de piezas, la ha llevado. Se ha decantado esta vez por la diadema bandeau, una de esas joyas que, sin necesidad de grandes volúmenes ni ornamentos exuberantes, logra generar gran impacto.
Su diseño lineal, compuesto por 27 diamantes antiguos engastados de forma casi etérea en una estructura mínima de platino para que parezca casi 'flotar' sobre la cabeza de su portadora, encarna a la perfección la transición estética de finales del siglo XIX hacia una imagen más moderna. Podemos decir que es la más minimalista que posee, pero, a la vez, resulta espectacular en su sencillez, características que comparte con este nuevo vestido al que acompaña a la perfección.
Máxima ha completado con unos pendientes colgantes a juego que iluminaban su rostro, los cuales hemos podido apreciar en su esplendor ya que ha llevado el pelo recogido. Aunque en el día a día suele lucir su melena rubia suelta, en actos más formales y citas de noche prefiere optar por moños muy elegantes y elaborados como este, un peinado con raya al lado que deja el flequillo ondulado y se caracteriza por su diseño asimétrico.
Sus otros looks en Surinam
Al aterrizar en el país, sorprendió con lo que parecía un nuevo diseño de estampado geométrico, hasta que caímos en que no lo era. Se trataba de una falda midi de silueta evasé y cinturón ancho incorporado, una prenda que parece haberse convertido en su comodín para viajes intercontinentales, puesto que la llevó en Brasil y Colombia.
Aunque ya se la habíamos visto, nunca había lucido el top a juego, un diseño de tirante ancho que, unido a ella, generaba el efecto visual de un vestido. Acompañó este set, firmado por Natan, de unas sandalias negras de tira al tobillo y unos maxipendientes florales blancos.
Unas horas más tarde, los Reyes acudieron a una ceremonia de bienvenida por parte de la presidenta y su esposo en el Palacio Presidencial, cita en la que Máxima quiso mostrar su imagen más luminosa, refrescante y acorde a los 31 grados centígrados que registraba la mañana. De nuevo confiando en Natan, estrenó un vestido blanco con calados, una creación de estilo camisero con corte cruzado, mangas al codo con puño vuelto y maxilazada a modo de cinturón.
Fiel a su esencia, quiso lucir una gran pamela de rafia que, además de proteger del sol, aportaba ese toque elegante, estiloso y diferente que tanto la caracteriza.
















