Sean Combs, más conocido como Diddy, ha sido condenado a cuatro años y dos meses de prisión por dos delitos de transporte con fines de prostitución, en una sentencia que ha sacudido al mundo del entretenimiento y ha dejado una estela de emociones en la sala del tribunal federal de Manhattan.
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El pasado mes de julio, un jurado popular le consideró culpable de estos delitos, tras un largo juicio que se prolongó durante siete semanas, y se fijó la fecha para conocer la sentencia definitiva: el 3 de octubre. Ayer, el artista, de 55 años, compareció ante el juez Arun Subramanian con una imagen muy distinta a la que proyectó durante décadas como magnate del hip hop, dispuesto a escuchar la sentencia. Vestido con un suéter gris y con la barba canosa, Combs abrazó a sus abogados antes de sentarse frente al magistrado. En una carta presentada al tribunal, el productor reconoció haber “perdido el rumbo” por los excesos de fama y drogas. “Estoy avergonzado”, declaró y aseguró que sus hijos merecían “algo mejor”. Añadiendo que estaba sobrio por primera vez en 25 años.
Combs, de 55 años, escuchó la sentencia acompañado por su madre y seis de sus hijos. Se enfrentaba a cinco cargos: dos por transporte con fines de prostitución —los menos graves, con penas de hasta diez años cada uno—, dos por tráfico sexual y uno por liderar una organización criminal, este último con posibilidad de cadena perpetua. Aunque el jurado no encontró pruebas suficientes para condenarlo por los cargos más graves, el juez dejó claro que los tuvo en cuenta al dictar la pena.
La sentencia llega tras un largo proceso judicial en el que Combs fue absuelto de cargos más graves como tráfico sexual y crimen organizado, que podrían haberle supuesto cadena perpetua. Aunque el jurado no encontró pruebas suficientes para condenarlo por los cargos más graves y lo declaró culpable de organizar viajes relacionados con la prostitución, el juez dejó claro que los tuvo en cuenta al dictar la pena. De esta manera, el rapero y empresario tendrá que pasar algo más de cuatro años en prisión y pagar una multa de 500.000 dólares (unos 425.000 euros).
Durante la audiencia, los hijos del rapero protagonizaron uno de los momentos más conmovedores. Jessie Combs, de 18 años, rompió en llanto al pedir clemencia para su padre: “No estamos aquí para excusar sus errores, pero sigue siendo nuestro padre y lo necesitamos en nuestras vidas”. Su hermana gemela, D’Lila, añadió que tras la muerte de su madre en 2018, su familia “ya ha perdido demasiado” y pidió al juez la oportunidad de “sanar juntos”.
El mayor de los hijos, Justin Combs, de 32 años, también se dirigió al tribunal: “Desde que fue detenido ha cambiado muchísimo. Le queda mucho por ofrecer al mundo, pero sobre todo a sus hijos”. Christian Combs, por su parte, defendió que su padre le ha enseñado a “tratar con respeto a las mujeres”.
La defensa presentó un video sobre la vida filantrópica de Combs, destacando su trabajo con niños y su participación en maratones benéficas. Además, señalaron que en prisión ha impartido cursos sobre gestión y desarrollo personal. Pese a ello, el juez recordó que el artista aún no se ha disculpado por los delitos de prostitución que motivaron la condena.
La Fiscalía, que pedía más de once años de prisión, argumentó que Combs abusó de su poder para coaccionar a mujeres y proteger su reputación. La exnovia del artista, Cassandra CassieVentura, expresó su temor ante una posible liberación anticipada, lo que llevó al juez a añadir cinco años de libertad supervisada a la condena. Como el rapero ya ha cumplido un año en prisión, la sentencia se reducirá a 36 meses. De manera que saldrá en libertad en 2028. Aunque Combs se declaró inocente, se espera que apele el veredicto.
Con esta sentencia, el mundo del espectáculo se enfrenta a una de sus caídas más estrepitosas. Sean Combs, quien durante años fue sinónimo de éxito y glamour, ahora deberá cumplir su condena en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, donde permanece desde su arresto en 2024.