"Su primer nieto es mi hijo, Alvar, y la verdad es que tenían una unión brutal. Yo le pregunto cosas que mi padre le contaba más a él que a nosotros. No sé si es porque estaba más preparado para escucharle, pero se adoraban y tenían una relación impresionante", contó Sol de la Quadra-Salcedo a ¡HOLA! hace un año. La hija de Miguel de la Quadra-Salcedo no ha sido la única que ha mantenido el aventurero ADN familiar a buen recaudo: su hijo Alvar también honra la memoria de su abuelo, manteniéndola más viva que nunca.
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Considerado por muchos como el último explorador del mundo, Miguel de la Quadra-Salcedo fue una leyenda de la televisión en España. Impulsor de la Ruta Quetzal, el periodista, aventurero y documentalista fue un entusiasta seguidor de todo lo relacionado con el descubrimiento de América, además de un destacado deportista que llegó a participar en los Juegos Olímpicos de Roma en el año 1960.
Aunque nació en Madrid, a los 4 años se trasladó a Pamplona, donde pasaría toda su niñez. Se matriculó en la carrera de ingeniero agrónomo, pero comenzó a destacar como un excelente atleta -de hecho, formó parte de la sección de Atletismo del Real Madrid C. F.- y consiguió varios récords nacionales en las especialidades de lanzamiento de martillo, disco y jabalina, además de conseguir su aclamado debut olímpico. Miguel tuvo tres hijos, Rodrigo, Sol Íñigo, fruto de su matrimonio con Marisol Arzumendi, a quien conoció mientras recorría 20.000 kilómetros en Asia, un extenuante viaje que realizó en el año 1965.
Seguir sus pasos ha sido una convicción cristalina para Sol: arquitecta, experta en diseño y gestión del paisaje y divulgadora científica, la hija mediana del mítico reportero ha encontrado en la fotografía de naturaleza su gran pasión. No es de extrañar, pues, que su hijo, nieto de Miguel, sea una calcomanía de su abuelo. El joven no solo tiene un flamante parecido al explorador, sino que también atesora su misma pasión por los viajes y la curiosidad aventurera, palabras que definen su árbol genealógico.
"Qué gran suerte la mía haber nacido siendo quien soy, miembro de esta familia, y sobre todo, contigo como abuelo. Desde enano siempre enseñándome a vivir como hay que hacerlo, con pasión, con valor, con respeto y, sobre todo, con amor por la vida y por la aventura de vivirla. Mi querido Papagrande, estás presente en cada paso que doy por el mundo y lo estarás siempre, y por eso doy las gracias todos los días". Este es uno de los muchos, y preciosos, mensajes que el joven dedica a su abuelo en sus redes sociales, espacio que dedica a la memoria de las acciones de su familia, a su legado, y también como porfolio de sus viajes y espectaculares fotografías -hobby que hereda de mamá-.
"Honrando el nombre de mi familia viajando con pasión, entusiasmo, creatividad y curiosidad por la aventura de la vida", así describe su 'misión' y su plan de vida. Además de fotógrafo y viajero empedernido, el joven Alvar se considera un apasionado de las olas, pues no duda en señalar el surf como otra de sus grandes pasiones. "Tanto el surf como los viajes me permiten ver la vida como un viaje que comienza con el nacimiento y termina con la muerte", admite en su página web profesional.
Ha sido, sin embargo, por medio del cine y la fotografía donde el nieto del periodista y atleta ha encontrado su verdadero camino de expresión. Alvar pasó su adolescencia estudiando en la Escuela Montessori de Madrid hasta los 18 años, y después pasaría una larga temporada en Sídney, Australia. Allí estuvo varios años y estudió Diseño Gráfico en el Martin College y Marketing en el Australian Pacific College.
En 2018 volvió a Madrid para profundizar y ampliar sus estudios de cine, sacándose un diploma en EFTI, la histórica escuela de fotografía y cine de Madrid que cerró sus puertas de forma definitiva el pasado año. Su impresionante currículo no acaba ahí, pues Alvar viajaría a Cardiff para sacarse un Grado en Dirección de Cine en la Universidad del Sur de Gales. Desde entonces, ha trabajado como diseñador gráfico, ilustrador, productor audiovisual y director, además de explorar ramas como el arte urbano o la puntura en directo.
En su página de LinkedIn, Alvar se describe como "un joven artista y viajero español" y muy "curioso, entusiasta y enérgico". "Mis experiencias viajando por Australia, Asia y Europa reforzaron mis habilidades y capacidades en el mundo de las ideas, la expresión artística y la narración visual, y fortalecieron mi fascinación por la antropología cultural y el alma humana", expresa. Sin duda, el nieto de Miguel e hijo de Sol de la Quadra-Salcedo ha heredado la pasión familiar por lo desconocido, además de sus genes.