Hay entrevistas que marcan un antes y un después. Y la que ha protagonizado Lamine Yamal en el pódcast Resonancia de Corazón, conducido por José Ramón de la Morena, es una de ellas. El joven jugador del FC Barcelona, con apenas 18 años, se ha desnudado emocionalmente como nunca antes, dejando al descubierto no solo su ambición deportiva, sino también las experiencias difíciles que han marcado su camino.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Con la serenidad de quien ha vivido mucho en poco tiempo, Lamine comenzó hablando de su presente, de lo que significa ser una estrella del fútbol en ascenso, con un futuro prometedor a pesar de su corta edad. “Antes podía salir a tomar algo con mis amigos, pero ahora nada de nada. En la pretemporada en Corea, Japón, China… era imposible salir. Pero estoy feliz”, confesó, dejando claro que la fama ha cambiado su vida por completo, muy a su pesar.
Yamal no se pone límites. Su ambición es firme y genuina: “No sueño con tener un Balón de Oro, sueño con tener muchos. Así se lo digo a mis amigos. Tengo la capacidad para hacerlo y, si no lo consigo, es porque no habré hecho las cosas bien”, afirmó con convicción. Pero también dejó claro que su prioridad es el Barcelona, el equipo que confió en él desde pequeño y le dio la oportunidad de hacer su sueño realidad: ser una estrella del fútbol. Así que sobre la posibilidad de alzarse con el Balón de Oro, lo tiene claro: “Si llega, seré muy feliz, pero hay que ir ganando con mi equipo”.
Todavía recuerda cómo fue su debut en el FC Barcelona y así se lo contó a José Ramón de la Morena. “Estaba en el juvenil, no jugaba nunca. Un día hicimos un partidillo con el primer equipo y marqué dos goles. Óscar, el hermano de Xavi Hernández, me preguntó cómo era posible que no jugara. Poco después me convocaron. En el primer partido no jugué, pero en el siguiente debuté contra el Betis. Íbamos 3-0, ellos con uno menos, y me dije: hoy es mi día”, recordó con una sonrisa. Solo tenía 15 años cuando se convirtió en el jugador más joven en debutar en el siglo XXI con el club azulgrana, superando a Babadinga o Ansu Fati.
Su madre, la persona más importante de su vida
Pero si hay una figura que brilla especialmente en el relato de Lamine Yamal, es su madre. Sheila Ebana. “Para mí ella es mi reina, es lo que más quiero”, declaro el joven jugador, quien recuerda lo duro que tuvo que trabajar esta para sacarlo adelante: “Mi madre no podía estar mucho conmigo por el trabajo, pero siempre me hacía la cena cuando venía por la noche”. Ahora, gracias al dinero que está ganando con el fútbol, le ha comprado una casa: “Yo solo le pregunté por la zona y le dije que la que ella quisiera”, le confesó a De la Morena.
Se siente satisfecho de poder ayudar a los suyos, su auténtico pilar. Facilitarles la vida, es lo que más le satisface. “Veo a mi madre feliz, veo que mi hermano puede tener la infancia que yo hubiera querido. Y eso es lo que más feliz me pone. Veo que mi padre está tranquilo en su casa, que mi abuela está tranquila en su casa… Es todo lo que un niño puede pedir”, reconoció ante los micrófonos de De la Morena.
Su madre jugó un papel clave en su carrera deportiva. Ella quería que estudiara, que se formara y le insistía cada día, incluso cuando él ya estaba en La Masía. “Siempre quería que estudiara y me decía que si no lo hacía no me dejaría ir a jugar“. Hasta que un día le dijo: “Mamá, voy a ir al cole, pero no voy a hacer nada. Me voy a preparar para el entrenamiento de la tarde”, declaró divertido. Recordando aquellos días, Lamine recordó que su madre no cesó en su empeño con los estudios, pero no consiguió su propósito: “Me echaba broncas todos los días. Hasta el día que debuté, me decía que tenía que estar estudiando. Pero llegó un momento en que me entendió. Era mi sueño y lo conseguí”.
El apuñalamiento de su padre
El momento más duro de la entrevista llegó cuando habló del apuñalamiento que sufrió su padre en agosto de 2024. Aquello todavía le pone triste: “Estaba en el coche, venía de comprar ropa. Me llamó mi prima y me lo contó. Me empezaron a llegar más llamadas. Yo era un niño y lo primero que quise hacer era bajarme del coche e ir a la estación para llegar a Mataró. No me dejaron ir. Me llevaron a casa y me encerraron. No me dejaron salir”, relató con crudeza. Afortunadamente, su padre se recuperó bien de las heridas, y Lamine pudo visitarlo en el hospital al día siguiente.
Su fiesta de cumpleaños
También hubo espacio para momentos más ligeros, como su famosa fiesta de cumpleaños por su mayoría de edad, el pasado 13 de julio. Primero tuvo una celebración familiar, rodeado de sus padres, hermanos, abuela, etc. Sin embargo, la fiesta que organizó para sus amigos, fue la que causó un gran revuelo y quiso aclarar el tema: “No me cabreé. Me hizo gracia cuando intentaron mancharlo de muchas formas. Salió una señora a hablar diciendo mentira: que si yo elegía a las chicas de una forma u otra y no tenía ningún sentido. Luego salió el tema de los camareros”, dijo. De hecho, reconoció que el revuelo mediático que se formó no le afecto en absoluto y declaró con contundencia: “No me importa lo que digan de mí. Ya me he acostumbrado. Al final me he dado cuenta de que, cuánto mejor esté jugando, más se hablará”, sentenció.
Lamine compartió detalles de su infancia, marcada por la humildad y el esfuerzo familiar. “Mi abuela se coló en un bus desde Marruecos para llegar a Mataró. Trabajó en tres turnos para que mi padre pudiera venir. Mi madre vino de Guinea con mi abuela. Vivimos en una residencia de padres jóvenes, luego en casas prestadas por amigos. Hasta que mis padres se separaron y me fui a vivir con mi madre a Granollers”, explicó.
Hoy, con una carrera que promete ser legendaria, Lamine Yamal no olvida sus raíces. “Yo puedo tener la mansión más grande del mundo, pero estaré siempre en la sala de la Play”, dijo con ternura, recordando los días en que su madre le regaló una PlayStation 4 que para él “lo era todo”.
Con esta entrevista junto a José Ramón de la Morena, Lamine Yamal ha mostrado que detrás del talento hay una historia de esfuerzo, familia y convicción. A pesar de su juventud, tiene claro quién es, de dónde viene y hasta dónde quiere llegar. Y todo apunta a que lo conseguirá.