Creció mientras la veíamos en pantalla. Durante trece años, fue la risueña y cariñosa Karina de Cuéntame cómo pasó, un personaje que siempre le acompañará. Desde que dejó la serie —varias temporadas antes de su final—, Elena ha trabajado encadenando y protagonizando un proyecto tras otro: de Inés del alma mía a Los herederos del tierra, Sequía, Alba o, más recientemente, Perdiendo el juicio. Damos la bienvenida al otoño con la actriz, que comenzó con seis años, cantando temas de Paloma San Basilio en Menudas estrellas, sigue siendo una apasionada de la música y hace cinco años se licenció en Magisterio.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
—Acabas de regresar de unos días de vacaciones después de un intenso año de trabajo, Elena.
—Sí, y en nuestra profesión tener tanto trabajo es un privilegio. A principios de año estuve con toda la promoción y el estreno de Perdiendo el juicio, que se estrenó en marzo en Atresplayer, y el "feedback" ha sido buenísimo. Al mismo tiempo, tuve la preparación de la obra de teatro El efecto, con la que estuve en los Teatros del Canal y ahora iremos de gira. Así que estoy muy contenta.
—Y ahora, ¿cómo afrontas el nuevo curso? ¿Qué está por venir este otoño?
—La gira de teatro comienza el 5 de octubre en San Sebastián y, a partir de ahí, todos los fines de semana estaremos recorriendo España y deseando que el público disfrute como en Madrid, porque estuvo lleno todos los días y es una maravilla que guste tanto y la gente vaya al teatro. Es una función muy especial, una historia de amor, que es universal, pero además abre un debate muy interesante, porque los protagonistas son dos personas que han entrado a formar parte de un ensayo clínico para un nuevo fármaco y no saben si lo que empiezan a sentir es real o forma parte de ese ensayo. También estrenaré próximamente la serie Dime tú nombre, en Prime Vídeo.
—Estás en un momento muy interesante de tu carrera, con papeles que generan debate, además.
—Empecé muy chiquitita, con cinco o seis años, y ahora tengo más de 30 y sigo aquí. Para mí es una absoluta satisfacción ver que he ido recorriendo ese camino con la tranquilidad de que lo importante es ir labrándote una trayectoria. Al final, hoy en día, todo es muy efímero y puedes estar arriba cuando apenas hace unos meses nadie te conocía, y en dos o tres años volver al anonimato, y eso sí que da mucho vértigo. Yo estoy muy contenta de hacer las cosas a mi manera, pasito a pasito, pero son pasos seguros. Y ojalá dentro de 20 años pueda seguir haciendo esto, porque me apasiona. Sí, estoy en un momento muy bueno con muchos papeles y protagonistas, que siempre es una suerte que apuesten por ti. Y además, muy distintos y muy interesantes a la vez, que me aportan y me hacen aprender como persona y como profesional.
—Parece una pregunta extraña para alguien tan joven, pero llevas 20 años en la profesión: ¿sigues disfrutando como el primer día?
—Más de 20, porque como actriz sí empecé con doce años, pero mis comienzos fueron en Menudas estrellas, cantando una canción de Paloma San Basilio, con seis o siete. Intento no perder la ilusión, esa forma de juego, porque, si no, para mí no tendría sentido seguir en la profesión. Hay que trabajar mucho, seguir demostrando, porque nadie te regala nada; pero luego me encanta estar en esa burbuja que yo misma me creo cuando estoy trabajando en casa, preparando un personaje. Me gusta mucho ese proceso de crear. Y ahora, aun con la edad que tengo, me considero una "viejoven" total, porque reconozco que me gustan muchas cosas de las de antes.
—¿No habrán influido en eso tus años en Cuéntame cómo pasó?
—Sí, siempre lo digo, que quizás es un poco también por haber estado en una serie que contaba la historia de España y eso me permitía ir conociendo cosas de otra época. Pero no creo que sea cuestión de edad, sino de valorar lo que era bueno en otras épocas.
Esa incertidumbre universal
—Acabas de celebrar tu 33 cumpleaños. ¿En qué momento vital te sientes?
—Soy muy disfrutona de la vida y, al mismo tiempo, me gusta estar tranquila y desconectada, relajada, porque todo es tan rápido ahora, tan efímero y a veces tan superficial… Para mí, tienen valor los pequeños detalles de la vida, cosas que te impactan, que tienes que recordar durante años, lo perdurable. Yo intento disfrutar de mi tiempo, de mi familia, de mi gente; por supuesto, voy haciendo nuevas amistades a través de mi profesión, pero soy como muy de mi círculo.
—¿Te molesta que, después de tanto tiempo, se siga hablando de ti como de la niña de Cuéntame, que se te siga asociando con Karina?
—No, para nada. Y de hecho me ha sorprendido, porque está en alguna plataforma y, durante las vacaciones, ha habido un montón de gente muy joven que se me ha acercado. Hace mucho tiempo que empezó, dos años ya desde el final, y, sin embargo, es un gustazo que venga la gente con ese cariño, porque, al final, nos dedicamos al público. Si no te respalda, nuestro trabajo no tendría sentido. Y Cuéntame no deja de ser una serie que ha marcado la historia de España, ha sido muy buena, con un nivel técnico e interpretativo increíble. Y haber formado parte de eso, para mí, es un orgullo y estoy muy contenta también de que la gente haya tenido tanto amor por el personaje, que a mí me hizo descubrir esta profesión y saber que quería dedicarme a ella.
—¿Existe siempre ese miedo a que el teléfono no suene?
—Sí, claro, y si alguien te dice que no le pasa, miente. Esa incertidumbre es universal de todos. Y cuando comienzas un nuevo rodaje estás con muchos miedos, con inseguridades, hasta que tú misma vas encontrando el personaje. Y después, cuando tienes ya todo controlado y te gustaría seguir unos meses más, se termina. Y hay veces que se solapan dos trabajos y, aunque te encantaría hacerlos, es imposible y tienes que decir que no a uno.
—¿Cuál es tu gran triunfo?
—Siempre parece que pensamos en lo profesional, pero para mí tiene más que ver con lo personal. Te diría, sobre todo, que tener salud, que todos los míos la tengan y estar con mi gente tranquila.
—¿Eres de madrugar o de trasnochar?
—De trasnochar. Soy muy dormilona y madrugar no me gusta nada.
—¿Te gusta experimentar con la moda?
—Tengo un estilo bastante definido, siempre pienso que, para mí, el menos es más, pero poco a poco también voy descubriendo y me gusta el probar y experimentar cosas nuevas. También influye muchas veces cómo estás, depende de tu ánimo, aunque, por supuesto, yo intento que mi esencia no cambie y tengo claro muchas veces lo que no quiero.
—En el amor, ¿crees en los grandes pasos, como una boda, o te identificas más con el día a día compartido?
—Soy muy del día a día compartido. Además, llevo con mi pareja ya catorce años y seguimos igual de bien. Me lo tomo más como que, si ocurre lo de dar el paso y casarte, sea juntar a tu gente, algo íntimo y chiquitito. No me gusta algo supergrande, pero bueno, que tampoco se sabe, luego lo mismo te vienes arriba. Yo, como te digo, sería más de juntar a la gente y celebrar una fiesta y pasarlo bien. Creo que lo importante y lo bonito es llevar tantos años con tu pareja.
—¿Y te ves formando una familia en el futuro?
—De pequeña lo veía claro, decía: "Me encantaría ser madre". Luego llega la edad, el momento, el trabajo, todo parece más complicado. Pero bueno, no se sabe, habrá que ir viendo. Yo soy más del día a día, disfrutar el aquí y el ahora.
Ent