La familia del magnate Rupert Murdoch ha resuelto por fin la batalla legal por la sucesión del imperio mediático y ha confirmado que el hijo del empresario Lachlan Murdoch es el elegido para llevar las riendas del negocio. Hace un año el patriarca del clan, dueño de poderosas empresas como Fox News, The Wall Street Journal, The New York Post y los principales periódicos y canales de televisión de Australia y Gran Bretaña, comenzó una disputa que enfrentó a sus hijos en los tribunales por un fideicomiso familiar que originalmente dividía el control entre los cuatro hijos mayores.
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Rupert Murdoch quiso modificar este fideicomiso para dejar el control total de sus empresas en manos de su hijo Lachlan, que preside Fox News y News Corp desde la retirada de su padre en 2023. Algo a lo que el resto de hijos, James, Prudecence y Elisabeth, se negaba. Finalmente, después de batallas legales y negociaciones, se ha llegado a un acuerdo que consolida a Lachlan como líder del imperio, mientras que sus hermanos mayores han aceptado retirarse y recibir una millonaria compensación económica. De este modo, Rupert Murdoch, de 94 años, se asegura que la línea editorial conservadora del imperio Murdoch se mantenga bajo el mando de Lachlan durante las próximas décadas
El pacto está valorado en 3.300 millones de dólares (2.800 millones de euros) e indica que los tres hermanos recibirán 1.100 millones de dólares cada uno (935 millones de euros) por sus participaciones, una cifra equivalente al 80% del valor bursátil de sus acciones al cierre del último viernes.
La lucha por la sucesión en la familia Murdoch ha sido comparada frecuentemente con el drama de Shakespeare El Rey Lear. Esta comparación se debe a las traiciones, alianzas y conflictos internos que recuerda la historia del rey Lear, quien divide su reino entre sus hijas según cuánto amor le expresen, generando desconfianza y enfrentamientos dentro de su familia. Además, esta disputa familiar de los Murdoch inspiró la popular serie Succession, una de las más vistas de HBO, que retrata un clan empresarial ficticio muy similar a los Murdoch. Al igual que en la vida real, la serie muestra a un patriarca poderoso y mayor que enfrenta la lucha por el control de un imperio mediático entre sus hijos, con rivalidades, ambiciones y traiciones que recuerdan a la familia Murdoch.
El origen del conflicto se remonta al divorcio de Rupert y su segunda esposa, Anna Mann, cuando el magnate se comprometió a entregar el control de su imperio en partes iguales a sus cuatro hijos mayores tras su fallecimiento. Ahora tras el acuerdo firmado, Prudence, Elisabeth y James Murdoch venderán sus acciones en las empresas en los próximos seis meses y no podrán comprar ninguna más, lo que confirma su salida definitiva del imperio mediático. Por otra parte, Lachlan y dos hermanas pequeñas, Grace y Chloe, que son hijas de Rupert Murdoch y su tercera esposa, Wendi, tendrán acciones en otro nuevo fideicomiso que controla todas las empresas. Aunque serán beneficiarias financieras a partes iguales, solo Lachlan tendrá el poder de voto y control sobre la toma de decisiones en el imperio.