Martina Klein, Verónica Blume, Laura Sánchez y Ariadne Artiles: cumbre de supermodelos de leyenda en sus bodas de plata con el éxito


Las cuatro "tops" posan para 'HOLA! y repasan sus logros personales y profesionales


Verónica Blume nos confiesa que "no era una niña que soñara con ser modelo. A mis 15 años, un familiar me dio a conocer una agencia que, justamente, estaba organizando un concurso de modelos. Fueron una secuencia de eventos que se dieron con un “timing” increíble". Por su parte, Ariadne Artiles nos asegura que, de joven, tampoco le interesaba "nada" convertirse en modelo. "Pero una prima de mi madre me invitó a presentarme al concurso de Elite… Allí, conocí a Laura"© Valero Rioja
27 de agosto de 2025 - 6:21 CEST

Sin duda, la moda no habría sido lo mismo sin las diosas de los 90: Naomi Campbell, Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Linda Evangelista, Christy Turlington, Kate Moss… España también vio crecer a sus propias supermodelos, que igualmente contribuyeron a ese espectáculo sobre las pasarelas de todo el mundo. Hablamos de nombres como Martina Klein (48), Verónica Blume (48), Laura Sánchez (44) y Ariadne Artiles (43), que deslumbraron en París, Nueva York y Milán. Aunque las dos primeras nacieron en Argentina y Alemania, respectivamente, se criaron en España y comenzaron a trabajar aquí en los primeros 90. De hecho, con 15 años, coincidieron en un "casting" en Barcelona. Un lustro después, se unieron Ariadne Artiles y Laura Sánchez, que también nació en Alemania —aunque su familia se instaló en Huelva cuando ella tenía dos meses—. Ambas coincidieron en el prestigioso concurso Elite Model Look, en 1998, donde Laura ganó el certamen a nivel nacional y quedó finalista internacional. Martina, Verónica, Laura y Ariadne formaron aquel escuadrón de "tops" españolas que alcanzaron el Olimpo de la moda en el 2000. Ahora, 25 años después, las cuatro posan para ¡HOLA!, mientras repasan sus carreras y analizan sus éxitos personales.

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© © Valero Rioja

VERÓNICA.—Tengo una relación bien bonita y llena de alegría con todas, pero Martina es la primera que conocí, en un "casting" en Barcelona. Me acuerdo como si fuera ayer. Así comenzó una larga amistad de mucha alegría, complicidad y la sensación de familia.

MARTINA.—Verónica siempre ha sido mi espejo durante mi carrera. Siempre hemos estado cerca, nos han pasado cosas similares… Hemos sido madres en la misma época y cómplices de situaciones que nos han marcado en momentos parecidos. A día de hoy, nos tenemos muy cerca y sentimos una conexión enorme, aunque no nos veamos a diario.

© © Archivo ¡HOLA!
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LAURA.—Ariadne y yo nos conocimos en el concurso Elite Model Look.

ARIADNE.—¡Hace más de 25 años! Anécdotas tenemos unas cuantas, Laura y yo, pero no se pueden contar (ríe). Es una de mis grandes amigas en este mundo. Con Martina, además de trabajar juntas, vivimos historias muy similares y nos hemos acompañado en la distancia. La admiro muchísimo como mujer. A Vero la adoro. Aunque he trabajado menos con ella, está bien tenerla cerca siempre.

LAURA.—Recuerdo que a Martina y a mí nos separaron en los desfiles en España, porque nos intentábamos hacer reír la una a la otra y la liábamos (ríe). Era una época en la que solo queríamos reír.

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A la aventura, por el mundo

—¿Cómo os apañabais viajando, tan jóvenes, a ciudades como Nueva York o Londres, cuando entonces no había teléfonos móviles ni redes sociales?

MARTINA.—Los primeros años para mí fueron muy intensos y bastante cómodos, ya que se hacían todos los anuncios en Barcelona. Ahí la prioridad era que yo fuera al instituto. Pasada la selectividad, empecé a viajar y fue un poco más difícil. No tanto por no tener móviles, porque siempre me he manejado muy bien en las ciudades, sino porque no me resultaba fácil encontrar mi sitio en el extranjero y siempre quería volver.

VERÓNICA.—Con 16, me mudé a Nueva York. Sin móviles ni redes, estaba mucho más desconectada de mi gente.

ARIADNE.—Cuando trabajé con Bruce Weber en Roma, me dijo que me fuera a Miami que, en ese momento, era la ciudad de la moda, además de Nueva York. Así hice. Trabajé cada día durante tres años. De ahí, me fui a Nueva York y a Europa, pero mi mercado siempre ha sido más americano.

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De izquierda a derecha, Verónica Blume, Martina Klein, Laura Sánchez y Ariadne Artiles, que posan para ¡HOLA! "De pequeña, no era consciente de que pudiera trabajar en la moda, ni mucho menos que fuera guapa. Se dieron cuenta, mi padre y mi hermano, de que con 16 años medía 1,80. Yo quería ser veterinaria de vacuno", nos dice Laura. "Yo era muy payasa y muy fotogénica. Con 12 años, mis padres nos llevaron a mi hermano y a mí a un “casting” de un anuncio", nos dice Martina

VERÓNICA: "Los 90 fueron un momentazo para la moda y la aparición del concepto “top model”. Christy Turlington, Kate Moss, Linda Evangelista… Todas me parecían unas diosas, seres de un mundo al que yo no sentía que perteneciera"

LAURA.—Cuando llegabas a Nueva York, Londres o la ciudad que fuera, confiabas en que hubiese una persona con un cartelito que te recogiera. Si no, estabas perdida. Alguna vez, no había nadie y tuve que buscar una cabina de teléfono para llamar. Encima, con una diferencia horaria brutal en España… Era otra época. Sin Google Maps, te comprabas los libritos callejeros… Pero sobrevivíamos muy bien.

MARTINA.—La agencia mandaba un fax cada mañana e íbamos, puntuales y monas, a los "castings" con un mapa desplegado. Luego, llamábamos a la agencia un par de veces al día, para contar qué tal había ido y ver si alguna cita había dado fruto. Cuando no pasaba nada, día tras día, podía ser frustrante.

VERÓNICA.—Mi madre también me mandaba faxes… ¡Me hacían una ilusión tremenda!

LAURA.—Cuando cuento estas cosas, la gente se queda un poco alucinada. Estamos hablando de otro siglo y de otro milenio. Sobre todo, tecnológicamente (ríe). Fue una época muy, muy bonita. Viví la moda o las sesiones de fotos con Polaroids para pruebas de luces y los carretes analógicos… Alguno se velaba y había que repetir la sesión. Hablando así, ¡parezco supermayor! (ríe).

LAURA: "Gracias a Dios, encontré a personas que ya llevaban años y me cogieron de la mano. Entre ellas, Martina y Verónica. Les doy las gracias. También a Nieves Álvarez, que siempre me cuidaba. Han sido unas grandes hermanas, incluida Ariadne. Llevamos unos cuantos años dándonos la mano todas"

—Cada día sería una aventura.

LAURA.—Yo vivía felizmente inconsciente. A mi madre le daba mucho miedo que me secuestraran. Si no me localizaba, llamaba a la policía. En más de una ocasión, estuve en busca y captura por ella.

VERÓNICA.—Seguramente, aquello me ha hecho más independiente y curtido antes de tiempo, pero, sin redes sociales, ¡vivíamos bastante más libres! Las modelos éramos una especie de criaturas misteriosas que aparecíamos en las revistas, los desfiles y poco más.

ARIADNE.—¡Esa época era una maravilla! Lo de ahora es una locura. Hoy nos llevamos el trabajo a casa: hay que grabarlo todo, editar… Incluso, muchas veces, hacemos las campañas en casa.

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Verónica Blume nos confiesa que "no era una niña que soñara con ser modelo. A mis 15 años, un familiar me dio a conocer una agencia que, justamente, estaba organizando un concurso de modelos. Fueron una secuencia de eventos que se dieron con un “timing” increíble". Por su parte, Ariadne Artiles nos asegura que, de joven, tampoco le interesaba "nada" convertirse en modelo. "Pero una prima de mi madre me invitó a presentarme al concurso de Elite… Allí, conocí a Laura"

—¿Quiénes eran vuestros referentes en esos primeros años?

VERÓNICA.—Los 90 fueron un momentazo para la moda y la aparición del concepto "top model". Christy, Kate, Linda… Todas me parecían unas diosas. Como seres de un mundo al que yo no sentía que perteneciera.

ARIADNE.—Siempre me gustó Cindy y, en New York, me decían que nos parecíamos. Yo no lo veo, pero, seguramente, me ayudó a trabajar más. Cindy me parece una mujer admirable. Hace dos años trabajé con ella en Los Ángeles. Además de guapísima, es muy inteligente y una gran madre. Hablamos de hijos, de lo que ha cambiado la moda… Me quitaba el pelo si se me veía mal… Una gran compañera.

MARTINA.—Mi referente era Judit Mascó. Me parecía guapísima. La seguía en todas las revistas y campañas. Y mi hermano tenía un póster suyo en su habitación.

LAURA SÁNCHEZ.—Gracias a Dios, encontré a personas que ya llevaban años y que me cogieron de la mano. Entre ellas, Martina y Verónica. Y les tengo que dar las gracias. También a Nieves Álvarez, que siempre me daba buenos consejos y siempre me cuidaba. Han sido unas grandes hermanas, incluida Ariadne. Llevamos unos cuantos años dándonos la mano todas.

"La vida de modelo es muy solitaria. Por eso decidí volver de Nueva York a España, para crear una familia. Ha sido la mejor elección. Además, sigo trabajando"

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Rivalidad en las pasarelas: ¿mito o realidad?

—¿Habéis sentido la rivalidad a lo largo de vuestras carreras?

LAURA.—Yo no. Tampoco me he encontrado a malas personas. Bueno, alguna que otra… Pero como en todos sitios. Solamente, es cuestión de alejarse de ellas. La gran mayoría han sido buenos compañeros… He tenido suerte en ese sentido. O, quizás, es que me he arrimado a lo que era afín a mí.

VERÓNICA.—La rivalidad, la ambición y la envidia en el trabajo no son características que me definan. Muchas veces, nacen desde la inseguridad. Mi manera de gestionar la mía es la de hacerme pequeña e invisible, no rivalizar.

MARTINA.Yo tampoco la he sentido. Siempre he tenido la sensación de que había mucho trabajo y que cada una de nosotras estaba muy sola. Por lo tanto, más que mis rivales, mis compañeras eran cómplices de un estilo de vida bastante difícil. Por lo general, coincidir con ellas era lo más divertido.

ARIADNE.—Pues yo sí la he sentido. Como en cualquier trabajo, en la moda también existe. Pero, por suerte, tengo grandes amigas como Martina, Laura, Vero… A nosotras nos une la vida, no la moda, pero tenemos la suerte de que la moda nos sigue uniendo y trabajar juntas siempre es un regalo.

MARTINA: "Lo más cruel de nuestra profesión, más que la edad, está en las tallas. Las mujeres delgadas encuentran un hueco, aunque tengan canas y arrugas"

—Cada vez es más habitual que las modelos tengáis una carrera más longeva, cuando antes no era así.

VERÓNICA.—Es un privilegio formar parte de este momento en el que la belleza no está limitada a unos cánones específicos y en el que el concepto de ser mujer, en sus diferentes etapas, se está enriqueciendo. Poder poner cara a esa realidad, desde la naturalidad, me parece un lujo.

LAURA.—Valoro muchísimo que sigamos viviendo de lo mismo. También aceptando el tiempo, evidentemente. No podemos intentar o querer hacer ahora una campaña para un público "teenager", pero las mujeres vamos madurando y seguimos queriendo ver a referentes de nuestra edad en publicidad, en televisión, en revistas y poder vernos reflejadas en el paso del tiempo de ellas con el paso del tiempo.

MARTINA.—Tenemos muchísima suerte de haber sido modelos y formado una generación tan fuerte, que es la profesión la que se adapta y crece con nosotras. No ha habido ni habrá una generación de modelos que haya podido vivir de la moda durante tantos años.

ARIADNE.—Afortunadamente, hoy el edadismo no existe prácticamente. Hoy, cualquiera puede ser modelo a cualquier edad, siempre que pueda representar una firma acorde a sus valores. Ya no es lo de antes. La niña joven que anuncia un antiarrugas ha quedado obsoleto y me alegra. Vamos por un camino más honesto con la realidad.

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LAURA: "Me gusta mucho cómo han evolucionado mi cuerpo, mi cara… He decidido no teñirme y dejar mi pelo natural. Tampoco me preocupan las arrugas"

Cuatro madres "top"

Además de haber conseguido desarrollar carreras internacionales, todas ellas han logrado formar una familia. Martina tiene dos hijos: Pablo, que tuvo hace 20 años con el músico Álex de la Nuez
—del dúo Álex & Christina—; y Érika, de ocho, fruto de su relación con el extenista Àlex Corretja. Por su parte, Verónica es madre de Liam, que cumplió 22 años hace unas semanas. También Laura Sánchez acaba de celebrar el 19 cumpleaños de Naia —la hija que tuvo con el exfutbolista Aitor Ocio— y se encuentra enamorada del torero Manuel Escribano. Igual de feliz está Ariadne Artiles, junto a José María García Fraile —hijo del periodista deportivo José María García— y las tres hijas de la pareja: la pequeña Ari, nacida en diciembre de 2017, y las gemelas María y Julieta, en abril de 2021.

—¿Qué les sorprende a vuestros hijos de tener unas madres "top"?

VERÓNICA.—La capacidad de transformación. En mi vida diaria, lo que mi hijo ve de mí es una versión diferente. Es también lo que me gusta: ¡la oportunidad de ser muchas mujeres sin perderme!

LAURA.—A mi hija le hace mucha gracia ver mi armario. Ahora que ya entiende bastante de moda, igual o más que yo, ve esos bolsos "vintage" que me compré hace 20 años y me dice: "¿En qué momento tienes eso?" (ríe). También le gusta la vida de su madre. Ha sido consciente siempre del sacrificio y del esfuerzo en este trabajo, que no es solamente un tacón, un labio rojo y un "photocall".

ARIADNE.—Las mías lo viven con mucha naturalidad. Hace poco, una niña del cole de Ari —la mayor, de siete años— hizo un trabajo sobre mi carrera porque buscaban personas relevantes en Canarias. A ella le hizo muchísima ilusión. Pero lo demás le da igual. En el caso de María y Julieta —de cuatro años—, aún no se enteran tanto. Para ellas, su madre siempre es la reina de casa. Andan todo el día poniéndome coronas y pidiéndome que me ponga vestidos (ríe). ¡Más cursis no me han podido salir! (sigue riendo). Soy todo lo contrario y me hace mucha gracia, pero, por ellas, hago lo que sea.

MARTINA.—A mis hijos no les sorprende demasiado, porque se han criado con esta madre así de peculiar. Quizá, lo que sí les sorprenda es lo diferente que es la mamá de casa a la disfrazada de modelo. Somos muy diferentes.

LAURA: "A mi hija le gusta la vida de su madre. Ha sido consciente siempre del sacrificio y del esfuerzo en este trabajo, que no es solamente un tacón, un labio rojo y un “photocall”"

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Laura compagina su faceta de modelo con las de actriz y de diseñadora, al frente de la pasarela We Love Flamenco

—¿Os hubiese gustado que vuestros hijos hubieran seguido vuestros pasos?

MARTINA.No, la verdad. Me encantaría que descubrieran su pasión en un ámbito en el que dependan de ellos mismos, no tanto de una estética externa o capricho ajeno a su talento. Me gustaría que su esfuerzo sea proporcional a sus logros y no fruto de las tendencias o un golpe de suerte.

VERÓNICA.—Si Liam hubiera querido ser modelo, le habría apoyado. Pero no ha sido el caso y me parece perfecto.

ARIADNE.—Mis hijas son unas bebés aún y ni me lo planteo. Aunque suene tópico, lo único que me interesa es que sean felices.

© © @laurasanchezofi
La modelo con su hija, Naia, que estudia en una universidad de Estados Unidos con formación de futbolista
© © @laurasanchezofi
Laura con su novio, el torero Manuel Escribano

—¿Cómo ha sido compaginar el amor con carreras internacionales? ¿Creéis que algunas relaciones no llegaron a fructificar por ello?

LAURA.—En mi caso, todo ha ido muy bien. Principalmente, porque he encontrado parejas que no tenían trabajos rutinarios y eran dueños de su propio tiempo. No he tenido problemas.

VERÓNICA.—Todo es cuestión de prioridades. En mi caso, lo profesional no ha interferido en lo personal.

MARTINA.—Creo que el amor llegó en el momento en que podía encajar con mi vida. Mi primer hijo llegó cuando era necesario. Y mi relación con Àlex (Corretja) e implantar nuestra familia se produjo cuando ya no tenía tantos viajes y cuando mi carrera me dejó poner mi vida como prioridad. Lo demás, es cuestión de compaginar y sabernos organizar en equipo.

ARIADNE.—Bueno, la vida de modelo es muy solitaria en los inicios. Por eso, con los años, decidí volver de Nueva York a España. No es compatible crear una familia viviendo allí. Sin duda, ha sido la mejor elección. Además, sigo trabajando… ¡Todo se transforma!

© © Valero Rioja
Ariadne Artiles está volcada con su proyecto hotelero en Canarias, Pura Vida

ARIADNE: "Para las mías, que son muy pequeñas, soy la reina de casa. Todo el día me ponen coronas y me piden que me ponga vestidos, siendo yo nada cursi… Pero, por ellas, hago lo que sea"

—¿Cómo es seguir siendo modelo, tras haber sido madres y realizado profesionalmente?

ARIADNE.—Con mucha felicidad y mucha calma. Ahora, elijo cada proyecto, que todo no me compensa. Salir de casa tiene que ser por una muy buena excusa.

MARTINA.—La profesión ha cambiado tanto y mi vida es tan distinta, que me parece sorprendente seguir dedicándome a ello después de más de 35 años. Siempre me ha parecido que la moda y yo tenemos una relación de respeto y que no estamos hechos al cien por cien la una para la otra, pero, de alguna manera, podemos entendernos. Mi vida, a mi edad y mi familia, me deja un espacio limitado en el que la moda se sigue colando y dándome muchas satisfacciones. Soy muy afortunada.

LAURA.—Yo lo vivo desde una calma absoluta y valorando mucho más esta profesión. Cuando era más joven, no era consciente de lo privilegiada que era. Ahora, todo lo disfruto muchísimo más. Es un regalazo poder seguir viviendo de esta profesión.

VERÓNICA.—¡Yo también la disfruto más que nunca! Hace 20 años que doy clases de yoga, realizo retiros y eventos relacionados con yoga y meditación. Luego, he escrito un libro, mi hijo ya es adulto… Cuando ahora trabajo como modelo, lo hago desde una mujer que se conoce y se acepta de una manera mucho más equilibrada que antes. Es un privilegio seguir.

© © Orlando Gutiérrez
Ariadne con el empresario José María García Fraile —hijo del mítico locutor deportivo José María García—
© © Gerardo Valido
La modelo con sus tres hijas

Cómo afrontar el paso del tiempo

—¿Cómo vivís el paso del tiempo, habiendo sido el físico tan importante para vosotras? ¿Os miráis mucho las arrugas?

LAURA.—Lo vivo muy bien. Me encuentro muy bien. Me gusta mucho cómo han evolucionado mi cuerpo, mi piel, mi cara… He decidido no teñirme y dejar mi pelo natural, porque me gusta. Tampoco me preocupan las arrugas. Evidentemente, las tengo y miro fotos de joven y digo: "Qué carita y qué alegría de piel". Pero me gusta en la que estoy ahora. Es importante aceptarse y no querer parecer más joven, sino estar lo mejor posible para la edad que tengas.

ARIADNE.—Todo cambia y tenemos que ir adaptándonos a los cambios. Claro que me miro y me alucina el cuerpo humano, pero es el único que voy a tener e intento mimarlo todo lo que puedo, aceptándolo como es.

VERÓNICA.—El paso del tiempo es la realidad de la vida, que es donde quiero vivir. Mis arrugas cuentan la historia de la vida y no son enemigas. Me gusta cuidarme de forma no invasiva y con productos naturales. También creo en aprender a escucharnos, crear espacios para la práctica que te dé paz. Creo en la meditación, la naturaleza, el amor y la autenticidad… Estoy convencida de que son componentes esenciales. No para tener menos arrugas, sino para estar en paz con quien eres y cultivar una belleza que va mucho más allá de un recuento de arrugas.

MARTINA.—A veces, me cuesta entender que mis valores son tan diferentes a los que veo en las redes sociales. Mi fuerte creo que ha sido la naturalidad, tanto física como personalmente. Siempre ha habido una dosis de honestidad, que choca con la mujer escaparate que pretende no envejecer a los 50. Me cuido, hago ejercicio y como bien, pero no quiero entrar en una lucha estéril contra el tiempo. Hago esfuerzos para gustarme y quererme sin competir con mi "yo" de 20 años. No quiero estar atada a los tratamientos, quiero una relación sana con mi cuerpo. Si miras las redes sociales, eso no es fácil. Necesitamos referentes más sanos.

VERÓNICA: "Lo que le sorprende a mi hijo, de mi profesión, es la capacidad de transformación. Es también lo que me gusta a diario: ¡la oportunidad de ser muchas mujeres sin perderme!"

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Verónica Blume, que sigue trabajando como modelo y ha desarrollado una carrera paralela en el mundo del yoga. "Hace 20 años que doy clases, realizo retiros y eventos relacionados con yoga y meditación", nos cuenta

—¿Qué es lo mejor de cumplir años? 

MARTINA.—Probablemente, es la certeza de las cosas que vas aprendiendo, lo que no volverías a repetir. También ver cómo crece nuestro proyecto familiar, cómo nos vamos acompañando y cómo seguimos construyendo juntos. Ver cómo nuestras profesiones también florecen y nos hacen más sabios. Ser consciente de que para que una cosa te salga bien es probable que vaya acompañada de varios fracasos anteriores. El fallo forma parte del aprendizaje. Conocer gente nueva y amigos, ilusionarte con nuevos proyectos…

VERÓNICA.—Lo mejor es conocerme más, aceptarme más, relativizar los dramas que antes me atormentaban. Ser más auténtica, más de verdad. No tomarme tan en serio y reírme más. Valorar las cosas pequeñas y saber detectar cuándo la vida me hace un regalo. Agarrarme a seguir siendo la que fui sería una lucha sin mucho sentido.

LAURA.—La seguridad y la cabeza tan limpia que tengo con 44. Lo realmente importante es la salud. La tuya y la de los tuyos. Lo demás son adornos de la vida. Son ratitos de pasar con mi madre, con mi hija.

ARIADNE.—La verdad es que cumplir años empieza a no gustarme nada. No quiero que pase el tiempo y quiero envejecer con mis hijas, así que me da mucha pena. Lo positivo es que seguimos aquí. Ahora que hay tanta gente malita y se nos empiezan a ir los seres queridos, valoras mucho más estar aquí presente y vivir el día a día.

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Verónica Blume junto a su hijo Liam, quien a sus 22 años, el joven acaba de finalizar sus estudios de Publicidad y Marketing en la Universidad de Gales Trinity Saint David
© © Agencias
La modelo junto a su hijo Liam, recién nacido

¿Quién dijo edadismo?

—Antes, Ariadne mencionaba la palabra edadismo. ¿Lo habéis sentido en vuestro trabajo? 

LAURA.—Pues cuando nos han jubilado de las pasarelas, como algo lógico y normal. Yo dejé de hacer el circuito como a los 26 o 28, más o menos. Eran muchos años y conllevaba muchos días fuera de casa. Ahí ya tenía a mi hija y fue una jubilación orgánica.

VERÓNICA.—A mí tampoco me ha afectado.

ARIADNE.—La verdad es que no. El cambio ha venido justo en el momento en el que pensé que iba a trabajar menos y ha sido todo lo contrario.

MARTINA.—Creo que lo más cruel de nuestra profesión, más que la edad, está en las tallas. Las mujeres delgadas encuentran un hueco, aunque tengan el pelo blanco y la cara más surcada de arrugas. Creo que la moda venera la delgadez por encima de todas las cosas.

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Martina Klein, que también colabora en el programa "Aquí la tierra", de TVE, y cuenta con su propia firma de interiorismo, Lo de Manuela

MARTINA: "Mis hijos se han criado con una madre así de peculiar. Quizá, lo que les sorprende es lo diferente que es la mamá de casa a la disfrazada de modelo. Somos muy diferentes"

—¿Y notáis el edadismo en vuestro día a día?

ARIADNE.—Que me llamen señora me sigue pareciendo rarísimo (ríe).

LAURA.—A mí me hace mucha gracia, pero lo entiendo. ¡El pelo blanco es lo que tiene! (ríe). 

VERÓNICA.—Yo no lo noto. ¡Para nada! Al revés. Disfruto muchísimo compartiendo con mujeres de mi edad en mis clases de yoga.

MARTINA.—Es probable que los siguientes años sean clave para tener un punto de vista más formado de cómo la sociedad actúa a partir de los 50 con la mujer. Por el momento, me siento muy afortunada de formar parte de una generación que está cambiando las cosas. No competimos con las mujeres más jóvenes, sino que nos complementamos. Nosotras tenemos una sabiduría que ellas no tienen y seguimos teniendo mucha fuerza.

LAURA.—Me molesta la palabra edadismo. ¿Qué es edadismo? Cada uno tiene la edad que tiene y se siente como se siente. Sé que tengo 44, pero tengo la misma ilusión y ganas de disfrutar, personal y laboralmente, que cuando empecé.

© © @martinakleinpro
Martina, con la pequeña y su otro hijo, Pablo, nacido hace 20 años de su relación con el músico Álex de la Nuez
© © Agencias
La modelo con su pareja, el extenista Àlex Corretja, y su hija en común, Érika, que nació en enero de 2017

—Para acabar la entrevista, contadnos cómo estáis viviendo el verano.

LAURA.—A finales, me escapo unos días a Estados Unidos para ver a mi hija. Lo demás, igual que el del año pasado, improvisando. Me gustan mucho los veranos improvisados… Nunca se sabe. Algún viaje de tres o cuatro días con mi pareja. Como también toca trabajar, voy buscando hueco en medio.

ARIADNE.—Mis planes son disfrutar de la familia, desconectar el teléfono y coger la cámara de fotos para captar cada momento de mis hijas, creciendo en el mar y disfrutando en familia.

VERÓNICA.—En mi caso, familia, naturaleza, ricas comidas y largas siestas.

MARTINA.—Yo muchas escapadas con la familia. Playa, comida rica y momentos con amigos. Es curioso cómo los veranos se hacen cada vez más cortos con el paso de los años. En nada, estamos en otoño otra vez.

TEXTO

Antonio Diéguez

FOTOGRAFÍAS

Valero Rioja

ESTILISMO

Marieta Torres

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA

Sonia Marina y Paula Soroa

AYUDANTE DE FOTOGRAFÍA

Pedro Melo y Andrés Barbosa  

ASISTENTE DE ESTILISMO

Marta Cabello 

AYUDANTES DE PRODUCCIÓN

Lucía Salgado y Armando Arrojo  

FOTOGRAFÍAS ADICIONALES

@ariadneartiles, @laurasanchezofi, @martinakleinpro, Gerardo Valido, Orlando Gutiérrez, Agencias, Archivo ¡HOLA!

LOOKS VERÓNICA, LAURA, MARTINA Y VERÓNICA

Verónica: bañador Ysabel Mora, jeans Levi's / Laura: top y falda Max Mara, joyas Rabat / Martina: bañador Primark, jeans Levi's, joyas Rabat / Verónica: top Max Mara, falda Alicia Rueda, joyas Dinh Van

LOOKS VERÓNICA Y ARIADNE

Vestidos de Louis Vuitton

LOOKS MARTINA Y LAURA

Martina: camisa Max Mara, jeans Levi's, joyas Rabat / Laura: camisa Max Mara, top Louis Vuitton, jeans Levi's, joyas Rabat

LOOK LAURA

Vestido de Vicolo y joyas de Rabat

LOOK ARIADNE

Vestido de Daniela Linares y joyas de Dinh Van

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.