Los hogares son espacios que albergan memorias, recuerdos e imponentes vistas de la ciudad que nos acoge. No es de extrañar, pues, que los famosos decidan tener una vivienda en cada lugar en el que echan raíces. Un ejemplo de dicha filosofía es Bob Dylan, que convirtió sus casas en espacios de inspiración, arte y maestría. Fue en ellas donde compuso algunos de sus mayores éxitos, y donde se gestó como el artista que acabó siendo: uno de los pocos compositores y músicos que alberga en su estantería un Premio Nobel de Literatura.
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No es de extrañar, pues, que una de sus antiguas mansiones se esté vendiendo por un precio poco rentable para las clases medias. La impresionante casa adosada en Harlem en la que vivió de 1986 al año 2000 está disponible, pero no para todo aquel que busque su espíritu entre sus salas. La vivienda acaba de ponerse en venta por 3 millones de dólares (unos dos millones y medio de euros), según Realtor.com.
La casa, de 420 metros cuadrados, cinco pisos y cinco habitaciones, se encuentra en una de las zonas más prestigiosas del barrio neoyorquino: el enclave histórico de Striver’s Row. Además, está diseñada por el arquitecto Stanford White dentro del estilo neorrenacentista.
Dylan fue dueño de la propiedad desde 1986 hasta el año 2000, viviendo allí de forma privada durante catorce años. Con su salida, decidió vender la vivienda por unos 560.000 dólares, mucho menos de lo que se pide ahora por ella. Los sucesivos propietarios han ido restaurado cuidadosamente la vivienda, equilibrando la modernización con el respeto por su carácter histórico.
En el año 2018 la adquirieron los actuales propietarios, Isam Salah -un abogado jubilado- y Elaina Richardson -ex editora de Elle-, pagando por ella el módico precio de 3.17 millones de dólares. La vivienda conserva muchos de sus elementos originales, como molduras ornamentales, suelos de madera noble, puertas bolsillo y chimeneas decorativas, reflejando fielmente su época.
Al mismo tiempo, se han incorporado comodidades modernas tales como una cocina con electrodomésticos de gama alta, suelo radiante en los baños y sistema de climatización por zonas. El salón del primer piso dispone de techos de casi seis metros de altura y ofrece un ambiente elegante y espacioso, muy apreciado por compradores que buscan carácter y funcionalidad. Además, la propiedad incluye plazas de aparcamiento privado, ventanas insonorizadas y una pequeña terraza trasera accesible desde la cocina. ¡Todos los lujos y más!
Según los actuales dueños, han decidido ponerla a la venta porque ahora pasan más tiempo en su residencia del norte del estado de Nueva York, y consideran que la propiedad merece volver a estar viva y llena de energía humana tras los años que ha estado como residencia secundaria.