Alejandro Sanz con los Flores: Lola, Antonio y Lolita© alejandrosanz

Alejandro Sanz revela la petición que le hizo Antonio Flores antes de morir: "Me arrepentiré toda mi vida"

Ha dado detalles hasta ahora desconocidos de su amistad con el hijo de Lola Flores


9 de julio de 2025 - 17:13 CEST

Da igual el tiempo que pase, las canciones de Antonio Flores siempre serán un himno y su nombre formará parte para siempre de nuestra cultura por su inmenso talento y su sello irrepetible. Su temprana muerte hace ahora 30 años fue un durísimo varapalo para su familia, ya que solo dos semanas antes despedían a su madre tras una larga enfermedad,  pero también dejó un vacío imposible de llenar en el mundo de la música. En la industria era admirado y querido a partes iguales por compañeros como Alejandro Sanz, quien ha compartido un relato hasta ahora desconocido de una conversación que tuvo con su amigo horas antes de ese fatídico 30 de mayo de 1995 en la que esa voz melancólica se apagó para siempre.

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Alejandro Sanz con los Flores: Lola, Antonio y Lolita© alejandrosanz

Para el ganador de 4 premios Grammy y 22 Grammy Latinos, Antonio Flores era un buen amigo al que recuerda como honesto, cariñoso, leal y un alma sin maldad. Además era un referente profesional y una fuente de inspiración desde el principio. Porque cuando comenzó su carrera a finales de los 80 y haciéndose llamar Alejandro Magno, el menor de los Flores ya llevaba más de diez años triunfando y conquistando al público con esas letras llenas de verdad. En conversación con Esquire, Sanz recalca que su mayor virtud era ser único y destaca la facilidad que tenía para contar historias: "Su virtud como músico eran los trazos sueltos, la belleza desnuda, la simpleza de lo verdadero, la personalidad que mostraba en todo lo que hacía".

El intérprete de temas como Corazón partío, La fuerza del corazón y Mi marciana ha recordado con gran cariño y nostalgia esas confidencias que compartían en el coche. Porque Antonio le llevaba a casa después de los eventos, sin importar qué hora fuera ni a qué distancia estaban. De aquellos trayectos atesora "como joyitas en forma de recuerdo" las charlas que ambos mantenían sobre diferentes aspectos de la vida. Pero lo que se le ha quedado especialmente grabado es  la conversación que tuvo con su amigo antes de morir, sin imaginar que esa sería la última vez que hablarían por teléfono: "Hablé el día anterior con él. Me dijo que fuera a la cabaña de El Lerele, pero no fui… Me arrepentiré toda mi vida".

Reconocido con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes y poseedor de su propia estrella en el paseo de la fama de Hollywood, Alejandro estaba inmerso en sus compromisos profesionales aquel mayo de 1995 y le atormenta no haber aceptado la invitación de su amigo. Antonio Flores, que entonces tenía 33 años, fue encontrado sin vida por una persona de servicio en la cabaña que la propia Lola Flores construyó en el jardín de su vivienda familiar de La Moraleja para tenerlo siempre cerca. El cantante no pudo superar el profundo dolor que le produjo la muerte de su madre, a la que siempre estuvo tremendamente unido y con la que fue enterrado en el cementerio de la Almudena de Madrid.

© GTRES

Homenaje a Lola Flores

Tiempo atrás, Alejandro Sanz también recordaba la genialidad y el arte que Lola Flores derrochaba por cada uno de sus poros con una preciosa carta: "Hay gente que colecciona frases en verano, para gastarlas en invierno.Y hay gente que vive en un verano permanente de palabras para abastecernos de ellas. Lola era así. A Lola las frases se le caían de los bolsillos del alma. Alrededor de Lola siempre revoloteaban alegres y geniales las palabras, la oratoria, el ingenio ingenuo y genuino. Las frases y las sentencias se desprendían de ella como el aroma se desprende de la flor, con la naturalidad del que no fuerza lo que es tan grande que no se puede controlar... la genialidad, el talento. Ella provocaba el verbo, estimulaba la gambeta, el regate palabril. El doble sentido, siempre espontáneo y recién nacido, se hacía ley en la boca de Lola y su locura se cargaba de verdad innegable, absoluta y te explotaba en la cara... salpicándote de luciérnagas, alguna que otra oscuridad, algún que otro maquillaje... y es que hay gente a la que le persigue la belleza".

"Si me queréis, irse" podría ser el grito de guerra del anfitrión que recibe durante el verano la esperada visita de su interminable familia, ¡qué buen recurso nos dejó Lola! Y es que después de una semana organizando multitudinarias comidas y cenas, repartiendo habitaciones y bregando con los niños, al final, el brindis de la última cena que se suponía emotivo, se convierte en el mismo grito desesperado, en una súplica profunda y punzante, desgarrada... entregada, y de este modo, reuniendo el valor necesario alzo mi copa y de mi boca solo sale una frase: Si me queréis, irse, mientras algún familiar (no daré nombres) sin darse por aludido, responde a viva voz: Eso, eso, yes we can. Este si me queréis irse es muy distinto al otro; este significa no me olvidéis; este significa no os vayáis; este significa os extrañé; este significa, os espero el verano que viene, por eso aprovechen el verano, usen sus redes para cazar frases y clávenlas con alfileres sobre cartulinas negras para cuando llegue el invierno las saquen de paseo y se refugien en ellas. Señora Lola Flores, señora: cuánto verano llevabas dentro", finaliza su escrito.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.