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Miguel Bosé vivió anoche un emocionante regreso a los escenarios de Madrid después de ocho años de ausencia con un concierto al que asistieron más de 12.500 personas y que marcó la segunda parada de su gira, Importante Tour. El Movistar Arena vivió una noche histórica con un lleno absoluto que puso de manifiesto la inmensa expectación y el cariño incondicional del público por ver al artista. El cantante, de 69 años, actuó durante cerca de dos horas y media y entonó los grandes éxitos de su carrera, incluyendo temas como Mirarte, con el que dio comienzo al espectáculo, Te amaré, Morena mía, Nena, Nada en particular, Amante bandido y Don diablo, todos coreados con un gran entusiasmo por los asistentes.
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Bosé, vestido completamente de blanco, se mostró emocionado y agradecido por el reencuentro con su ciudad natal. "Buenas noches, Madrid. En casa. Madrid, el suelo de mis raíces, mi hogar. Pensé que tal vez no iba a volver, pero aquí estoy para recuperar el tiempo perdido", señaló en medio de una inmensa ovación. El intérprete aprovechó su altavoz para lanzar mensajes de paz y crítica a la guerra, especialmente al interpretar Nada en particular, y expresó su deseo de "dejar un mundo mejor" para sus hijos, "un mundo más honesto". Miguel es padre de cuatro hijos: Ivo y Telmo, hijos biológicos de Miguel y Diego y Tadeo, de su ex, Nacho Palau, con los que se suele reunir cada verano.
El ambiente en el recinto fue de auténtica celebración con asistentes de todas las edades, muchos de los cuales no pudieron evitar emocionarse al ver a Bosé sobre el escenario después de tanto tiempo. De su familia destacó la presencia de su hermana, Lucía Dominguín, y de su sobrina Palito, que acudió junto a su novio, Harry James Pavis, con el que lleva ocho años de noviazgo. "Yo que lloro con todo y siempre digo que los ídolos los tengo en casa... Con muchas ganas, y con mucha emoción por él también, porque ya ha pasado mucho tiempo y estamos deseando" señaló emocionada Palito ante las cámaras de Europa Press a su llegada al Movistar Arena.
Además, se dieron cita otros rostros conocidos como Samanta Vallejo-Nágera, que acudió junto a uno de sus hijos, Alaska y Mario Vaquerizo, Elena Benarroch, Nika, Boris Izaguirre y Blanca Suelves, entre otros.
Este regreso a Madrid es especialmente significativo para Bosé, quien había estado alejado de los escenarios por problemas de salud que afectaron gravemente su voz desde 2017. El cantante perdió progresivamente su voz a causa de una infección originada por un implante dental defectuoso, que derivó en una sinusitis crónica y una afonía severa que lo mantuvo prácticamente sin voz durante ocho años. Tras superar este difícil periodo en el que llegó a pensar que no volvería a cantar, su regreso ha sido recibido como un auténtico acontecimiento. Después de su paso por Madrid, la gira continuará su recorrido triunfal por España con Barcelona como su próxima parada en el Palau Sant Jordi el 3 de julio, seguida de otras fechas en Valencia, Sevilla y Bilbao.