Mert Ramazan Demir no necesita grandes discursos para dejar huella; lo hace a través de la pantalla con cada una de sus interpretaciones. Con 27 años y casi una década de carrera a sus espaldas, el actor turco se ha consolidado como uno de los rostros más reconocidos de la ficción otomana, dentro y fuera de su país de origen, gracias a proyectos tan populares Una nueva vida, donde se mete en la piel de Ferit Korhan, un personaje complejo marcado por su historia familiar, una complicada historia de amor y una no menos sencilla lucha interna.
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Desde los 17 años tuvo claro que quería ser actor y se mueve en el mundo de la interpretación como pez en el agua. Pero esto no es fruto de la casualidad, sino de su manera de sumergirse en cada papel. Para Mert, actuar no consiste solo en comprender a un personaje, sino en empezar a pensar como él. Esa transformación emocional es, para él, el alma de su oficio. “A veces sabes técnicamente lo que tienes que sentir en una escena, pero en realidad no lo sientes. Conectar de forma intuitiva con ese momento es el punto de inflexión. Yo siempre voy tras esa conexión”, ha desvelado en actor en una reciente entrevista con la revista L’Officiel Hommes Türkiye.
En este sentido, y en el caso del joven Korhan, Demir prefiere acercarse a él con empatía en lugar de juzgarlo, buscando comprender sus contradicciones y motivaciones profundas. “Interpretar a Ferit es como conocer a una nueva persona: cada semana evoluciona y eso me permite explorar distintas facetas emocionales”, aseguraba en Elle Man Türkiye. Por otro lado, Mert describe a su personaje como alguien que actúa impulsivamente, guiado por sus emociones y sin pensar en las consecuencias. Esta característica lo convierte en un personaje impredecible y apasionado. "Actualmente esta herido y, por ello, toma decisiones equivocadas. Está perdido y desorientado", contaba en una entrevista en el canal MTV del Líbano.
A lo largo de su trayectoria profesional, Mert ha aprendido que lo importante es mirar hacia dentro. La interpretación, más que un escaparate, se convierte en un espejo. “El arte me impacta cuando me hace preguntarme: ‘¿Por qué esto me afecta tanto?’ Si despierta en mí algo que había olvidado o ni siquiera sabía que tenía, me conmueve de verdad”, ha reconocido en L’Officiel, añadiendo además que tiene la convicción de que “la creación no es un espacio para el acuerdo, sino para la reflexión”. Demir defiende que una obra no debe buscar complacer, sino remover. “Lo que se hace con la intención de contentar a todo el mundo acaba volviéndose vacío. Me interesa aquello que rompe la comodidad, porque la verdad no siempre es cómoda”, ha explicado con rotundidad.
Precisamente, para no instalarse en esa zona de confort, el protagonista de Şahmaran no elige sus papeles al azar. Le gustan los retos y busca personajes que estén en lucha consigo mismos, que se hagan preguntas sobre el sentido de la vida o que simplemente estén perdidos, porque son esos conflictos los que despiertan su interés. Más allá del conflicto emocional que le provoquen, lo que mantiene viva su vocación es la necesidad de seguir explorando. "Si mantengo la curiosidad hacia la vida, el entusiasmo siempre aparece. Evito estar donde no tengo nada que descubrir. Esa es la clave para mantener la pasión”, ha compartido.
A pesar de la intensidad con la que vive su profesión, Mert define su personalidad como flexible y relajada ante la vida. “No me obsesiono con las cosas, soy paciente y creo en el cambio. No me preocupo por mis defectos mientras no haga daño a nadie”, explicaba en Elle Man.
Su talento lo ha llevado muy lejos y ahora está viviendo uno de los mejores momentos de su carrera. El protagonista de Öğretmen es uno de los actores más populares de Turquía y su fama sigue creciendo. Sobre el precio que conlleva, Mert ha confesaba a L’Officiel que "a veces es más agotador exponerte a demasiadas cosas que perderte otras. Por eso, elijo conscientemente no estar en todos lados. Prefiero perderme cosas antes que sentir que estoy siempre bajo la mirada de los demás”.
Mert Ramazan Demir conquista no solo con sus personajes y su encanto personal, sino también con esa forma auténtica de mirar la vida. Seguro que seguirá evolucionando y sorprendiéndonos en nuevos proyectos, siempre con esa pasión que le hace único.