Harry Potter vuelve a estar de plena actualidad gracias a la nueva serie de HBO que acaba de revelar a los nombres del trío protagonista: Dominic McLaughlin será el joven aprendiz de mago, Arabella Stanton encarnará a Hermione y Alastair Stout se meterá en la piel de Ron. Aunque el reto de estos nuevos actores será mayúsculo para ganarse el cariño del público y estar a la altura de las icónicas interpretaciones de las películas, el legado de la saga sigue vivo y muy presente. Entre quienes ayudaron a dar vida a ese mundo mágico está Miriam Margolyes, conocida por su papel de la entrañable profesora Pomona Sprout en la gran pantalla, quien ha preocupado a los seguidores al revelar que atraviesa un momento delicado en su salud.
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La actriz británica, de 84 años, ha dado vida a la peculiar maestra de herbología en Howarts, experta en las gritonas mandrágoras que salvarían la vida de los alumnos petrificados en Harry Potter y la cámara secreta, Harry Potter y el cáliz de fuego y Harry Potter y las reliquias de la muerte. Aunque su papel era secundario, su personaje ha dejado huella en los fans gracias a su carisma y calidez. Por eso, las recientes declaraciones de Margolyes a The Times, en las que habla de las dificultades físicas que enfrenta, asegurando que "no me queda mucho tiempo de vida", han encendido las alarmas y causado tristeza entre los seguidores del universo creado por J. K. Rowling.
La protagonista de La edad de la inocencia, trabajo por el que obtuvo un premio Bafta, no ha ocultado la gravedad de su situación al afirmar: "Probablemente me queden entre cinco o seis años de vida", debido a los problemas médicos que viene arrastrando. Miriam, que superó una compleja cirugía cardíaca en 2023, también sufre estenosis espinal, una enfermedad degenerativa que limita su movilidad y la obliga a elegir cuidadosamente los papeles que acepta. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Margolyes confiesa que se resiste a abandonar la actuación porque seguir interpretando sigue siendo "una gran alegría" para ella, dejando claro que su amor por el oficio permanece intacto.
La veterana artista también ha reconocido el impacto que estas dolencias tienen en su día a día: "Me muevo con dificultad y eso me obliga a aceptar papeles que no requieren esfuerzo físico", aunque reconoce que anhela personajes que "no me confinen a una silla de ruedas", lamentablemente "no tengo la fuerza suficiente". Además, ha explicado que, a pesar de las limitaciones, la pasión por su trabajo la mantiene en pie: "La actuación es lo que me mantiene viva y con ganas de seguir adelante", ha desvelado ante el temor de tener que dejar su pasión por su enfermedad.
Margolyes, con su característico sentido del humor, no dudó en bromear sobre su estado de salud tras la intervención cardíaca: “Ahora tengo el corazón de una vaca”, confesaba entre risas en el pódcast Table Manners. La actriz explicaba que, para evitar una operación a corazón abierto, los médicos le colocaron una válvula cardíaca bovina. “No sabía que eso se podía hacer. Pero ahora tengo parte de un corazón de vaca”, detallaba.
Más allá de la anécdota, Miriam ha contado también que está oficialmente reconocida como persona con discapacidad debido a la estenosis espinal. Esto afecta gravemente su movilidad y hace que necesite utilizar bastones, andadores o incluso un scooter eléctrico para poder desplazarse con mayor autonomía. Siempre sin perder la sonrisa, y aunque su futuro sea incierto, Margolyes sigue siendo un ejemplo de entrega y amor por su profesión, demostrando que, pese a las adversidades, la magia del teatro y el cine permanece más viva que nunca en ella.