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Olivia Benson, la gata de Taylor Swift, posee una fortuna de 97 millones de dólares

Taylor Swift, Karl Lagerfeld…estas son las mascotas de ‘celebrities’ más ricas del planeta

Bubbles, Choupette, Moujik... y, especialmente, Gunther IV, recibieron sustanciosas herencias de sus queridos -y ricos- amos

La gata de Taylos Swift es millonaria. Se llama ‘Olivia Benson’ y tiene un patrimonio de 97 millones de dólares. Taylor Swift sigue viva, obvio, pero la gata ya ha heredado. La noticia ha dado la vuelta al mundo porque no hay nada como una excentricidad para ganar clicks, pero aquí estamos para contar la verdad de las cosas aunque eso nos cueste el titular. Olivia Benson no es la mascota más rica del mundo. Ni siquiera, la única rica. Fuerte, pero la vida es así: cruel y paradójica. Con lo que queremos decir que 1) hay mascotas aún más ricas y 2) Taylor no ha sido ni la primera ni la única celebrity que ha dejado a su mascota un patrimonio que ni trabajando siete vidas -ejem- cuando la gata, a diferencia de cualquier ser humano, difícilmente puede llevar unos Manolos, un Birkin o un trajecito de Chanel. Exacto, con lo que haríamos cualquiera de nosotros con 97 milloncitos de dolores en el bolsillo, ¿verdad?

Pero es que el lugar que se ha ganado ‘Olivia Benson’ en el corazón de la cantante de Shake it off es enorme y, por cierto, muy cerquita de su cuenta bancaria desde que Taylor la adoptara en 2014 y la gata se convirtiera también en una estrella de la cuenta de instagram de su mamá. Porque Taylor ha alcanzado la friolera de 239 millones de seguidores en su cuenta sí, y muchos de ellos obviamente porque aman a la novia de América, con permiso de Julia Roberts, vale, pero otros millones de followers los ha ganado porque no hay nada que les guste más que la foto de un gatito o un perrito. Así que, no cabe duda de que la ex de Harry Styles, a sabiendas del potencial como influencer de su ‘Olivia’, le ha dado su parte.

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Se llama ‘Olivia Benson’ y es la gata de la cantante Taylor Swift.

A ver, que no es broma. ‘Olivia’, que debe su nombre a la protagonista de Law and Order, a la que interpretaba Mariska Hargitay, la misma que salía en el videoclip de su temazo Bad blood, es una auténtica estrella. Ha protagonizado anuncios de Coca-Cola y zapatos de Keds, por ejemplo. Lo que no sabemos aún por cierto es a cuánto ascenderá el patrimonio de Meredith Grey y de Benjamín Button… Y no, no hablamos ni de Ellen Pompeo ni de Brad Pitt. Hablamos de los otros dos gatitos de Taylor que, además de una máquina de éxitos, es evidente que es una “serieadicta” de manual. Pero volviendo a ‘Olivia’. Gracias a su gracejo en redes, ocupa el nada desdeñable tercer puesto en el ranking de los animales más ricos del mundo porque, tal y como decíamos hay más animales muy millonarios y Taylor no es la primera megastar que ama a sus pequeños tanto como para legarles sus fortunas.

Legendaria es la historia del perrito de Yves Saint Laurent, ‘Moujik’, el bullgod francés que lamió las heridas de su dueño, que le regaló pequeños destellos de felicidad y fue, a buen seguro, su mayor confidente. “Cuando estoy paralizado por la angustia, miro a Moujik. Y, después de un día de trabajo, me divierte, me hace sentir bien”. De hecho, basta con echar un vistazo a cualquier imagen de la vida privada del modisto para encontrar a aquel perrito rechoncho a su alrededor. Su nombre aparecía en todas las entrevistas de su amo a lo largo y ancho de las editoriales de moda del planeta. Por supuesto que Andy Warhol lo inmortalizaría en una polaroid. En 1986. Y según el diseñador, sería ésta la última pintura del checo antes de morir… Y como toda aquella estrella de los 70, tuvo también su problema con las drogas… En realidad, parece ser que en Majorelle, en una noche movida, ‘Moujik’ ingirió accidentalmente un amplio surtido de estupefacientes…

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La versión oficial fue que le había picado un escorpión. ‘Moujik’ no era inmortal ni tuvo 30 años… ‘Moujik’ murió a finales de los 80 y fue una tragedia profundísima. Pero Pierre Bergé, el eterno amor fou de Yves, descubrió que aquel amigo podría ser reemplazado por un sustituto idéntico con el objetivo de consolar, satisfacer y acallar a YSL… “Cada vez que uno de sus bulldogs franceses moría, Yves Saint Laurent pasaba el duelo, compraba otro y le llamaba de nuevo ‘Moujik’”. Así se creó la saga Moujik. De quien más material se guarda y también, el que más triste futuro tuvo fue ‘Moujik IV’, que vivió los últimos momentos de la vida de su dueño y le sobrevivió.

Hay fotos incluso de su presencia en la subasta del siglo de 2009 en la que Pierre Bergé vendió la colección de arte Después, acompañaría las cenizas de su dueño hasta Marrakech y, cuando le llamaron del cielo de los perros, Bergé se ocupó de que descansara en Majorelle. Por cierto, los perritos de Lady Gaga también son bulldogs franceses y, aunque no sabemos aún si son millonarios o no, aunque viendo como es ‘Germanotta’ de excéntrica, agarrémonos los machos, ‘Koji’ y ‘Gustav’ se hicieron desgraciadamente famosos cuando en febrero fueron secuestrados a punta de pistola. La de Telefono pudo recuperarlos tras pagar 500.000 dólares.

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“Cuando estoy paralizado por la angustia, miro a Moujik. Y, después de un día de trabajo, me divierte, me hace sentir bien”, contaba Yves Saint Laurent de su bullgod francés.

‘Choupette’, la otra mascota mítica del mundo de la moda en los tiempos de su Moujik, también sobrevivió a su amo. De hecho, éste era el gran antagonista del genio francés. Nos referimos al Kaiser, a Karl Lagerfeld. El alemán, un año antes de hacerse eterno, le regaló un titular en The New York Times, “Choupette es el gato más famoso del mundo y de los más ricos”. A ver, es que ese año, el minino había ganado 3,3 millones de dólares él solito con dos actuaciones: una para unos coches alemanes y otra, para un producto de belleza japonés. Y el cáncer de páncreas del director creativo de Fendi, primero, y Chanel, después, y su desaparición no afectaron ni lo más mínimo a sus contratos publicitarios, -sí, sí, seguimos hablando del gato- sino que, es más, su caché aumentó y, por consiguiente, su fortuna personal, tambiénl. Perdón, gatuna. ‘Chouppette’ tendría un patrimonio de trece millones de dólares, bajo la supervisión de su nueva ama, FranÇoise CaÇote, doncella del diseñador.

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Choupette era la mascota de Karl Lagerfeld. En esta imagen, el gato en las oficinas.

El caso de ‘Pontiac’ es, en cambio, bastante paradójico. Resulta que el perrito de Betty White se había ganado el amor de su dueña hasta el punto de que la mítica Rose Nylund de Las chicas de oro, ya sobrepasando los 90, consideró que tenía que dejar a su compañero de vida bien colocadito cuando ella faltara. Con esa idea, le dejó en el testamento cinco millones de dólares. Cosas del azar de la vida, el animal murió en 2017, cuatro años antes que esta centenaria actriz con tan buen humor como ganas de vivir nos dijera adiós.

Michael Jackson haría algo parecido con ‘Bubbles’, su chimpancé. El rey del pop lo consideraba un hijo más, así que, en su testamento, fue tomado en consideración como si cualquier de sus tres sus hijos naturales -Prince I, Price II y Paris- se tratara. Bubbles se repartió la fortuna del mítico vocalista de los Jackson Five con sus hermanos humanos a partes iguales, esto es, dos millones de dólares por cabeza.

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En esta imagen de archivo, Michael Jackson y su chimpancé, el cual fue tomado en consideración en su testamento como si se tratase de un hijo más.

Las mascotas de Oprah Winfrey también tendrán que repartirse la herencia cuando su mamá les falte pero la presentadora de televisión, actriz, editora, líderesa de opinión y entrevistadora oficial de Meghan y Harry les dejará más que bien colocados. Sus cinco perritos, ‘Sadie’, ‘Sunny’, ‘Lauren’, ‘Layla’ y ‘Luke’ recibirán, según sus últimas voluntades, treinta millones de dólares ¡cada uno! Una barbarida, sí, pero nada comparables a la de la mascota más rica del mundo: ‘Gunther IV’.

Cuando la condesa alemana Karlotta Lieberstein murió, le dejó su fortuna, de 372 millones de dólares, a su perro ‘Gunther III’ que, ahora, pertenecen el cachorro de éste, ‘Gunther IV’. Este pastor aleman es dueño de una villa en las Bahamas y una mansión en Miami… Se la compró a Madonna, por cierto. Y allí vive el señor perro. Comiendo caviar y champan cada día. Igual que Isak Dinesen, la de Memorias de África.

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La presentadora tiene cinco perritos; Sadie, Sunny, Lauren, Layla y Luke recibirán. Según sus últimas voluntades, recibirán treinta millones de dólares cada uno.

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