© Jesús Cordero Caritina Goyanes HOLA 4038

Caritina Goyanes nos habla de su conversión religiosa: ‘Se puede rezar en cualquier momento, incluso cuando haces croquetas’

Hablamos con la hija de Cari Lapique sobre cómo ha logrado sacar adelante su negocio, el catering Six Sens, a pesar de la pandemia.

Caritina Goyanes, hija de Cari Lapique, una de los iconos de la sociedad española, y Carlos Goyanes, tiene muchos motivos para brindar este año. Sobre todo porque, a pesar de los malos momentos pasados en 2020 con la muerte de su tío Alfonso Cortina y su abuela Nena Perojo, ha logrado sacar adelante su negocio: el catering SixSens ya que, como todo el mundo conoce, el sector de la restauración ha sido uno de los más afectados por la pandemia. Cari encuentra la fuerza en su familia, en su marido, Antonio Matos, sus hijos, Pedrito y MiniCari y en la fe. Hablamos con ella para conocerla más de cerca y celebrar con ella la Navidad.

©Jesús Cordero

—¿Cómo vas a vivir estas fiestas? 

—Siempre en familia y sin perder de vista lo que significa la Navidad. Con los niños nos ha cambiado muchísimo el plan navideño y ahora que los nuestros ya están creciditos deseando que lleguen por parte de mis primos.

—Siempre te ocupas del menú, ¿en qué va a consistir en esta ocasión? 

—Somos super clásicos en Navidad. No encuentro para nada que sea el momento de innovar. Lo que sí que vamos a hacer este año, para que la cena sea más corta, es un aperitivo largo y, luego, un pavo relleno con muchos acompañamientos. De postre, turrones y polvorones.

—¿Cómo ha sido este 2021 para ti? 

—Pese a que ha habido momentos muy duros, ha sido un año maravilloso en el que solo puedo dar gracias a Dios por tener a mi familia, a mis amigos, mi trabajo... ¡Por todo! Soy super afortunada y cada vez estoy más agradecida.

“Pese a que ha habido momentos muy duros, ha sido un año maravilloso en el que solo puedo dar gracias a Dios por tener a mi familia, a mis amigos, mi trabajo...”

En el reciente reportaje para ¡HOLA! tu hija, Mini Cari, de ocho años, nos confesó que de mayor quiere ser maquilladora o influencer. ¿Cómo la defines? 

—¡Ella cada día quiere ser una cosa distinta! Es un terremoto, muy alegre y con una personalidad impresionante. Tiene mucho carácter, pero luego es buena y muy cariñosa. ¡Siempre está pendiente de todos los demás!

—Todo parece indicar que será la próxima gran estrella de la familia. ¿Lo intuyes? 

—A mí, mientras tenga la mirada puesta en lo que de verdad importa, que sea lo que quiera.

—También nos contó en el reportaje navideño en casa de tu madre, Cari Lapique, que ha pedido una hermanita en la carta de los reyes... ¿Crees que será posible? 

—¡Me temo que de momento tendrá que conformarse con otras cosas!

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—Tienes otro hijo, Pedro. ¿Cómo es?

—Mi hijo Pedro es un corazón con dos piernas. Necesitaría toda la revista para hablar de él.

—La restauración ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia, ¿cómo afectó a tu negocio, el catering Six Sens? 

—Ha sido tremendo. De repente ves que todo lo que es el sustento, no solo de tu familia, sino de la de varios más, se va a ir al traste y que además no hay una solución clara, no sabes lo que va a durar, no sabíamos nada... Pero estas situaciones tan complicadas te hacen parar, pensar, avanzar y plantearte cosas que hasta ahora no hacíamos... El mundo delivery ha sido un descubrimiento que nos ha salvado este año y medio.

—¿Has tenido ganas de tirar la toalla en algún momento? 

—Ha habido momentos muy complicados. Sobre todo por el desconocimiento de lo que esto iba a durar, ¿no? Pero, cuando de repente veía que todo se desmoronaba y quería tirar la toalla, Dios me daba fuerzas para levantarme y sacarlo todo adelante. Yo llevaba tiempo ocupándome de la parte de oficina del catering, me pasaba por los eventos, iba a las bodas pero estaba sobre todo en la parte comercial... y el año pasado he hecho de todo. He elaborado menús de delivery, he actualizado la web, cocinado, repartido... de todo y con la mejor de las sonrisas y la mayor de las alegrías.

“Las situaciones complicadas te hacen parar, pensar, avanzar y plantearte cosas que hasta ahora no hacíamos...”

—En estos tiempos de incertidumbre, ¿te has refugiado todavía más en la fe? 

—Desde que descubrí el amor de Dios me he refugiado en él en los momentos de incertidumbre y en los de no incertidumbre. Es lo que le da sentido a todo lo que hago desde que me levanto hasta que me acuesto.

—¿No has tenido dudas de tu fe en ningún momento? 

—¡Nunca!

—¿Sigues practicando los retiros de Emaús? 

—¡Sí! ¡Y los espero como agua de mayo! Salgo con una paz y con un amor y una alegría que no es comparable con nada.

—Con una vida tan ajetreada, ¿cuándo encuentras tiempo para rezar?

—Aunque lo mejor para rezar sea recogerse un poco, se puede rezar en cualquier momento, en el coche cuando vas a llevar a los niños, mientras montas una barra o... ¡mientras haces croquetas!

©GettyImages

—Has confesado haber sufrido ansiedad en otros momentos de tu vida. ¿Cómo has cuidado la salud mental en estos meses tan complicados para todos en los que parece que la pandemia no termina? 

—Pues yo creo que mientras no se pierda de vista el camino que realmente importa lo demás da igual. La pandemia nos ha enseñado, entre otras muchas cosas, que nada está en nuestras manos. Se han perdido trabajos, a seres muy queridos, nos han quitado nuestra libertad. En definitiva, cosas que hasta hace poco eran inimaginables que nos pudiesen pasar pero han pasado y esto debería de hacernos plantearnos a todos nuestras prioridades.

—Ha sido un momento duro especialmente en tu familia por la muerte de tu tío Alfonso Cortina. ¿Estabas muy unida a él? Cuéntame algún recuerdo bonito con él... 

—No es fácil buscar un momento ya que hemos vivido con ellos muchísimos. ¡Hemos crecido con ellos!

—¿Cómo está tu tía?

—Mi tía es un ejemplo de fuerza y valentía constante. Hemos convivido muchísimo con ella este año y medio y es impresionante nunca haberla visto quejarse, nunca haberla visto enfadada con el vuelco que le ha dado la vida. Una vida totalmente distinta a la que tenía. Eran un matrimonio ejemplar que no se separaban jamás, súper unidos y con una complicidad envidiable. La vida le ha dado un golpe durísimo y ella ha cogido el toro por los cuernos y sigue adelante con ganas y, aunque tenga momentos muy duros, tira hacía adelante como una campeona.

—El año pasado también despediste a tu abuela, Nena Perojo, madre de tu padre, que este año hubiera cumplido cien años. Una mujer fascinante con una vida apasionante. ¿Te contó algunas historias de su época? ¿Recuerdas alguna con especial cariño? 

—Mi abuela Nena era una genio. No era muy dada a hablar de su vida. Lo que más me gustaba era cocinar con ella. ¡Es impresionante la mano que tenía en la cocina! Adoraba a mis hijos y eso que la veían mucho menos de lo que me hubiese gustado que lo hicieran.

“La pandemia nos ha enseñado, entre otras muchas cosas, que nada está en nuestras manos”

—En cambio, ha sido un año emotivo por las bodas de tus primos, Carlos y Felipe...

—Adoro a mis primos. Hemos crecido como si fuésemos hermanos. Y sus bodas han sido momentos muy emotivos y especiales que hemos vivido con una alegría tremenda.

—¿Cómo te llevas con sus ya mujeres? 

—¡Tienen dos pedazos de mujeres a su lado! Se han tomado su tiempo para encontrarlas. Amelia está con Felipe desde que es una niña así que la hemos visto crecer y convertirse en mujer y a Carla la conozco desde que es una niña por su familia y porque trabajó muchísimo conmigo en el catering. ¡No tengo ninguna duda de que van a ser súper felices los cuatro!

—Este próximo año, celebras 14 años de matrimonio con Antonio. ¿Hay truco para seguir siendo una pareja unida o eso es una tontería? 

—Amor, respeto, paciencia, confianza... Poner a Dios en el centro sobre todo la verdad. Cuando dicen que el matrimonio es un mandamiento yo creo que es porque es imposible de sobrellevar sin ayuda del Señor. Por supuesto tenemos nuestros más o nuestros menos, pero creo que es importante que en las discusiones se busque la construcción y no la destrucción.

©Mario Sierra
Caritina Goyanes posa juntos a sus hijos en una foto de archivo de ¡HOLA!

—En estos años de matrimonio, ¿ha sido todo de color de rosa? 

—Bueno tuvimos unos comienzos complicados que se alargaron con baches durante mucho tiempo. Creo que hasta que no pusimos en orden nuestras prioridades no empezó la cosa a solidificarse de verdad.

—Tu madre cumplirá 70 años, ¿has pensado en cómo lo vais a celebrar? 

—Pues a mi me encantaría hacer un viaje familiar a una playa maravillosa pero si algo hemos aprendido estos dos años es a no hacer planes muy a largo plazo así que con tal de celebrarlo todos juntos con mucha salud el resto da igual!!

—¿Cómo ha sido crecer rodeada de flashes? 

—Siempre me han tratado con muchísimo cariño y respeto. No ha sido algo que me haya afectado a la hora de hacer cualquier cosa.

—Por último, ¿muchos nuevos proyectos a la vista?

—Para el año que viene quiero montar una línea llamada “La Despensa de Cari”, de productos gourmet elaborados por nosotros o por otros proveedores. Empecé en el confinamiento y me gustaría que tomase forma ya en breve. Pero lo más importante sigue siendo el catering. Me encanta mi trabajo, disfruto conociendo a gente, montando mesas, decorando buffets, enseñando a camareros, emplatando o cocinando lo que sea.


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