Desde que anunció su compromiso, en mayo de 2019, Anabel Pantoja se ha enfrentado a numerosos obstáculos que han puesto en peligro su boda: la pandemia, una rotura de peroné, los enfrentamientos entre su tía Isabel y su primo Kiko… Sin embargo, el fallecimiento de su abuela paterna, doña Ana Martín, a la que llamaba ‘yaya’ de manera cariñosa, ha sido el imprevisto que, de verdad, llevó a Anabel a replantearse seriamente la celebración de su unión con el profesor de windsurf canario Omar Sánchez. La colaboradora conoció la triste noticia en La Graciosa, a escasas horas del gran día. Sin embargo, no dudó en viajar hasta ‘Cantora’ para despedirse de su abuela y reunirse con su tía Isabel y su tío Agustín, quienes la animaron a seguir adelante con la gran fiesta.
Gracias a su rápido regreso, Anabel pudo continuar con el enlace, en el que ¡HOLA! estuvo acompañando a la sobrina de la cantante desde que comenzó a vestirse. “Pensaba estar más nerviosa, pero, cuando regresé de ‘Cantora’ a la isla, me encontré muy arropada por los míos”, nos confesaba la colaboradora, serena e ilusionada, mientras se arreglaba y bebía un rebujito. Los nervios empezaron a aflorar una vez que se vio vestida de blanco, con un llamativo diseño de la firma neozelandesa Rue de Seine, que le regaló su madre, Mercedes Bernal. “¿Estoy guapa?”, preguntaba a los presentes, al tiempo que se ponía una pulsera de su abuela Ana, obsequio de su tía Isabel. A continuación, Anabel agarró el ramo que le habían regalado sus compañeros de Sálvame, mientras Antonio Abad, el peluquero de confianza de su tía, la terminaba de peinar.
‘Sí, quiero’, frente al mar
En la isla de La Graciosa y, concretamente, en la playa de Pedro Barba, con Lanzarote y el Atlántico de telón de fondo, Anabel se proponía jurar amor eterno a Omar. Alrededor de las cinco y media de la tarde, el novio irrumpió, con un traje realizado por Sastrería 7, al ritmo de la canción Someone You Love, de Lewis Capaldi. Un cuarto de hora después, lo hizo su “morena trianera”, Anabel, acompañada de dos pajes: Albertito, hijo de su prima Isa Pantoja, y Martina, hija de un familiar de Omar. La novia se mostró visiblemente emocionada, al tiempo que caminaba con la melodía de I Will Always Love You, de Whitney Houston. Así se reunió con los cerca de ochenta invitados que, minutos antes, habían llegado al lugar de la ceremonia en barco. Entre ellos, la madre de la novia y su pareja actual, Fernando, además de Belén Esteban e Isa Pantoja, que fue acompañada por su prometido, Asraf Beno. Por su parte, Raquel Bollo no acudió con Mariano Jorge Gutiérrez, con quien también planea casarse, sino con su hija, Alma, sin su pareja y sin la bebé que tuvo en febrero de 2020. Además de las sonadas ausencias de sus tíos Isabel y Agustín, por razones obvias, tampoco estuvo presente Bernardo Pantoja, padre de la novia, por sus problemas de movilidad —le amputaron el pie derecho en 2017—. Por parte de Omar, que también acababa de perder a su abuelo, tampoco acudió su madre, “por prescripción médica”.
“Mi tía Isabel quería que me casara. Me dijo que la yaya no consentiría que anulara la celebración”, ha confesado la sobrina de Isabel Pantoja a ¡HOLA!
Pese a todo, Anabel y su ‘negro’, que es como lo llama cariñosamente, no pararon de irradiar felicidad a lo largo de todo el enlace. La colaboradora de Sálvame se emocionó durante los discursos de su madre e Isa Pantoja. También cuando sonó la canción Qué bonita que es mi niña, que en su día versionaron tanto su tía Isabel como su tío Agustín. “Es un homenaje a mi yaya”, nos explica la novia. La ceremonia terminó con Shallow, el tema principal que Lady Gaga y Bradley Cooper interpretaron para el remake de Ha nacido una estrella. A continuación, Anabel se reunió con su grupo de amigos, quienes se arrancaron con una pequeña fiesta flamenca. Fue entonces cuando comenzó a servirse la cena, típica de Canarias: croquetas de pescado, pulpo frito, papas con mojo picón, puntillitas de calamar, pescaíto frito, quesos de Fuerteventura, papas ‘arrugás’, arroz con marisco… De postre, el polvito uruguayo, que es el favorito de Anabel. “No hemos querido tarta porque lo veo muy antiguo”, nos cuenta ella.
“Perdona si te hago llorar”
Alrededor de las once de la noche, Anabel se cambió de vestido y se enfundó en un diseño sencillo, realizado por Virginia Abzueta. Con este nuevo look, la novia arrancaba el baile, en el que se intercalaron éxitos de reguetón con otros más folclóricos. Una selección que jaleó Belén Esteban, mientras que Raquel Bollo y su hija, Alma, bailaban totalmente entregadas. Sin embargo, la noche brindó otros momentos emotivos, como cuando Anabel e Isa agarraron el micrófono para cantar Así fue, el clásico de Juan Gabriel que popularizó Isabel Pantoja. También fue especialmente conmovedor cuando le entregó el ramo de novia a su amiga Susana Molina, influencer de profesión, recordada por sus pasos por Gran Hermano y La isla de las tentaciones. “Ella ha estado estos últimos tiempos a mi lado y es muy especial”, nos relata Anabel. La sobrina de Isabel Pantoja también obsequió con otros pequeños ramos a sus amigos Juan e Iván, que llevan catorce años como pareja; a Raquel Bollo, y a Antonio Abad, su peluquero. Todos ellos celebraron la boda hasta pasadas las cuatro de la madrugada.
