Las imágenes de Irina Shayk y Kanye West en la Provenza, donde celebraron el cuarenta y cuatro cumpleaños del rapero, han creado un auténtico revuelo después de varias semanas de rumores sobre su posible relación.

Mientras la modelo y el rapero ya han vuelto a su rutina habitual, ella en Nueva York y él en Los Ángeles, donde viven su exmujer, Kim Kardashian, y sus cuatro hijos, comienzan a conocerse los detalles de una amistad que viene de lejos. Se conocieron en el año 2010, cuando el cantante grabó el videoclip de su canción Power, en el que, entre otras modelos, participó la rusa. Llegó incluso a hablar de ella en una de las letras de sus canciones: “Quiero ver a Irina Shayk...”, cantaba.

No fue la única vez que trabajaron juntos. Años después, Irina desfiló en la colección otoño-invierno 2012/2013 de Kanye West y es habitual ver a la modelo con prendas del cantante. Pero algunos medios estadounidenses van más allá y aseguran que el romance ya tuvo una primera parte hace una década, cuando se cruzaron sus caminos, antes de que en sus vidas hubieran llegado ni Cristiano Ronaldo ni Bradley Cooper, en el caso de la modelo, ni él se hubiera casado con Kim Kardashian.