Algo debió sentir la sirena Parténope, hija de Caliope y el río Aqueloo, cuando, condenada por los dioses por no haber podido seducir a Ulises con su mágico canto, vino a morir a estas costas. Poco importa que el mito sea sólo eso, un mito, lo más hermoso es que la vieja Nápoles, tantas veces maltratada e incomprendida por el devenir de su propia historia, tiene un personal encanto que merece la pena descubrir.
06/08/2002 14:13 UTC Por Hola.com