Es una imagen cada vez más frecuente. El balcón del Palacio Grimaldi acaparado por la viveza y espontaneidad de Jacques y Gabriella de Mónaco que, a sus seis años, lo tienen todo para atraer a los flashes en un escenario en el que los niños siempre ha tenido un gran protagonismo. Sin embargo, sus sonrisas, los gestos de cariño a su padre, el príncipe Alberto, o la naturalidad con la que ya dominan la escena pública en los actos en los que por su edad pueden participar hacen que su protagonismo vaya en aumento.
La creciente popularidad de los jóvenes príncipes que, a medida que avanza su formación irán ganando más peso institucional, coincide con la prolongada ausencia de su madre de la vida pública. A pesar de ser la esposa del jefe de la casa real monegasca, Charlene de Mónaco siempre ha mantenido un perfil bajo en sus obligaciones institucionales y ha preferido disfrutar de su faceta más personal y familiar. Sin embargo, en esta ocasión, cuando lleva desde el mes de enero sin participar en ningún acto en el Principado, la propia Princesa ha querido dar explicaciones a través de un comunicado emitido por su Fundación en el que explica que permanece en Sudáfrica, su país natal, para ser tratada de una infección severa. A pesar de la lógica preocupación, la agenda institucional continúa y el día de San Juan, Alberto de Mónaco volvía a aparecer con sus hijos para celebrar la efeméride, unos niños que, cada vez más, son la cara del Principado y la mano de derecha de su padre