La Familia Real belga festeja la Navidad con un árbol de 20 metros de altura y un concierto muy familiar

Los reyes Felipe y Matilde y sus cuatro hijos se reúnen estos días en un país plagado de mercadillos y ambiente festivo

Por Beatriz Castrillo

La Navidad en la Familia Real belga huele a tradición, a canela y sabe a pan brioche. Los reyes Felipe y Matilde logran reunir cada año a sus cuatro hijos, los príncipes Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Eléonore,  en un espectacular concierto navideño que se celebra en el Palacio Real de Bruselas, el acto cumbre de estas fechas donde los mercadillos, las pistas de patinaje sobre hielo, la iluminación, el gran abeto, así como  los platos tradicionales inundan las calles. 

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El pistoletazo de salida de las Fiestas en Laeken también supone la difusión un nuevo retrato familiar, a través del cual, año tras año vemos la evolución de la familia, en especial, la de los más jóvenes. El de 2023, en el que aparecen muy sonrientes y abrazados en una actitud cercana e informal, es el décimo posado de este tipo desde que Felipe de los Belgas accedió al trono y Palacio ha querido reseñar esta efeméride echando la vista una década atrás para recordar esa primera imagen de la familia real a las puertas de la Navidad. 

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En la imagen de 2013, algo más formal y en uno de los salones del palacio de Laeken, en lugar de en el exterior, aparecen colocados en la misma posición que en la fotografía actual. El cambio en el caso de los niños, más serios y cohibidos, es enorme como cabe esperar. Los Reyes, también con una gran sonrisa, aparecen con un atuendo mucho más formal que diez años más tarde, en especial el monarca que, recién coronado, aparecía entonces con traje de gala y luciendo sus galones.

El árbol de 20 metros

La Navidad da comienzo en Bélgica con el gran árbol de Navidad iluminado frente al Palacio Real. Un pino natural de considerable altura (puede llegar a medir hasta 20 metros) y gran envergadura. El del año pasado provenía de la aldea de Küchelscheid, en el municipio de Butgenbach, y fue un regalo de la provincia de Luik. El fabuloso ejemplar se ilumina cada noche con miles de pequeñas luces. 

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El concierto con Belén a tamaño natural 

Como decíamos, la Familia Real belga oficializa la llegada de  la Navidad con el gran concierto que nos sirve para ver lo mayores que están los hijos del monarca. Supone el regreso de la heredera, Elisabeth, de 22 años, que estudia Historia y Política en el Lincoln College de la Universidad de Oxford. Los seis posan junto al gran Belén a tamaño natural y los árboles de Navidad, en una imagen que ha ido cambiado con el paso de los años pues antes, además del Rey, la Reina y sus hijos, también estaban los reyes Alberto y Paola así como los príncipes Laurent y Astrid, hermanos del monarca, acompañados por sus consortes y algunos de sus hijos. 

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Las actuaciones de los pequeños de Palacio

En 2020, un año que quedará para siempre grabado en la memoria por los estragos de la pandemia por coronavirus, los hijos pequeños del Rey los príncipes Emmanuel (18)  y Eléonore (15) demostraron sus dotes con el saxofón y el violín, respectivamente. La benjamina de Felipe y Matilde de los belgas ya destaca por su estilo elegante y sofisticado y ha acompañado a sus padres a actos públicos como el del pasado julio cuando se trasladó a Motril (Granada) para rendir un homenaje al rey Balduino, al que también acudió la reina Sofía. 

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La visita a un comedor social

Algunos años en las vísperas de Nochebuena, los Reyes han acudido a comedores sociales para compartir mesa y mantel con personas en riesgo de exclusión social. En 2019 acudieron al centro Sauverdias en Jambes, una ciudad valona del sur del país, para tomar una reconfortante crema de calabaza con los usuarios que se ven abocados a usar este servicio. Además de tomar el almuerzo, se adentraron hasta las cocinas para saludar personalmente a los cocineros y asistentes. 

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Mercadillos e iluminaciones de lo más evocadoras

Bélgica en Navidad se transforma con sus famosos mercadillos. Además de los de Bruselas, con los puestos en la Grand-Place, son famosos los de la hermosa ciudad de Brujas, donde destaca el chocolate y la cerveza de Navidad, el de Gante, con 150 puestos de madera que dotan a la ciudad medieval de un encanto especial. La pista de hielo, los árboles de Navidad, los tiovivos y una iluminación de lo más cuidada, son parte del encanto de este país en esta época. 

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La familiar felicitación y el discurso del Rey 

La Casa Real belga suele apostar por felicitar las Fiestas con tarjetas con imágenes de lo más familiares. Los Reyes suelen aparecer con sus cuatro hijos y en la instantánea también hay hueco para sus mascotas, que el año pasado posaron a sus pies en uno de los salones. Días más tarde, el día 25 a mediodía, Felipe de los belgas ofrece su tradicional discurso a la nación, en una intervención que es emitida a las televisiones belgas. Año a año, el monarca suele hablar a sus ciudadanos desde la misma sala de Palacio, ante un gran árbol ricamente decorado con con bolas doradas y junto a  una espectacular chimenea. 

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Los banquetes y el ‘cougnou’

La Navidad en Bélgica no difiere demasiado a las costumbres españolas. Nochebuena y Navidad se celebran a lo grande con un banquete que suele tener entrantes y un plato principal que puede ser faisán, pavo, pescado o marisco. Como postre, crema de mantequilla y el chocolate que tan famoso han hecho al país a lo largo y ancho del mundo en forma de árbol de Navidad. Año Nuevo se celebra de manera más festiva y callejera y deseando Feliz Año y dandi tres besos en la mejilla. Si en España el Roscón de Reyes es el dulce estrella, en Bélgica es el cougnou, un bollo que se desayuna el día 25 que tiene forma de Niño Jesús o de una cuna sobre la que reposa una figurita del Mesías recién nacido. Suele tomarse con una buena taza de chocolate caliente para coger fuerzas antes de abrir los regalos. 

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