Podríamos decir que, en general, tanto el trabajo de parto como el parto son procesos dolorosos, aunque la percepción del mismo varía mucho de unas mujeres a otras. El dolor de parto depende de muchos factores y normalmente este se incrementa según crece la intensidad de las contracciones uterinas. La Dra. Vidal Sagnier, Obstetra especialista en Alto Riesgo y directora médica del centro de salud integral para la mujer @fitback_woman, nos comenta que “las contracciones de parto pueden ser una experiencia intensa para el cuerpo y la mente que, a veces, requieren ayuda y herramientas externas para traspasar. Lo que más ayuda en el control de esta experiencia (que no nos gusta llamar dolor) en el parto es, de hecho, el respeto a la fisiología y un buen acompañamiento por un equipo versado en todas las alternativas que disponemos”.
La técnica de la anestesia epidural se ha impuesto como la elección más frecuente para el alivio del dolor durante el parto: “La elección más frecuente en el parto hospitalario es la eperidural. No hay que olvidar que implica el uso de una técnica invasiva que, no solo tiene riesgos inherentes en la propia técnica, sino que implica, especialmente en mujeres primíparas (aquellas que se enfrentan a su primer parto), mayores riesgos obstétricos, entre ellos: progresión más lenta del parto en ocasiones con mayor necesidad de uso de oxitocina sintética, mayor uso de antibióticos, partos instrumentales (ventosa y fórceps), fiebre intraparto y menor probabilidad de establecer una lactancia materna correcta, entre otros”, indica la Dra. Vidal. Por ello, la doctora recomienda que se opte por la eperidural “en una etapa avanzada de parto, con contracciones ya estables y regulares, además de una buena dilatación (ideal mayor a 5 cm)”.
Aunque esta suele ser la técnica más demandada, desde hace unos años existen otras técnicas farmacológicas y no farmacológicas que han ido adquiriendo cada vez más importancia y protagonismo, y que “es imperativo que tanto profesionales como gestantes y familiares conozcan, ya que permitiría reducir la medicalización del parto en un buen porcentaje de casos o retrasar el intervencionismo mediante peridural a estadíos más avanzados del parto”, sostiene la ginecóloga. Te contamos cuáles son.
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