‘No me hace caso’, ‘grito demasiado’, ‘tengo que jugar más con ellos’, ‘no lo estoy haciendo bien’… Mensajes que asaltan la mente de muchos padres y madres habitualmente y que, en muchos casos, lleva intrínseco que se cuestionen su papel como progenitores y que, incluso, duden de si están criando bien a sus hijos o no. Dudas que en pocas ocasiones se comparten públicamente o con otros padres y madres, a pesar de que es mucho más común de lo que cabría imaginar.

Así, según el barómetro ‘FamilyLovers’ de Chicco, el 44,2% de las madres y padres españoles se cuestionan su capacidad para cuidar de sus hijos. Esta es, de hecho, la principal preocupación para las mujeres (47,3%) y para quienes tienen entre 40 y 50 años (43,1%). Además, es la más destacada por las familias homoparentales entrevistadas (69,2%), en función de los datos del citado barómetro que busca precisamente poner evidencia esta presión social que sufren los padres y las madres y trabajar para evitarla. Pero… ¿tiene una base real o se trata de miedos infundados?

“Hay una base real que nos hace dudar de nuestra capacidad” de criar a nuestros hijos, asegura Noelia Esteban (@noeliaeducacontigo), pedagoga y asesora de crianza. El motivo, nos dice, es que “es una locura criar como estamos criando ahora; hace años, criábamos en tribu, más adultos se encargaban de cuidar a los niños y a las niñas, y ahora toda la responsabilidad recae en una o dos personas. Si a eso le sumamos, los trabajos y la vida frenética que llevamos, la pregunta es ¿cómo no vas a dudar de tu capacidad de criar?”. Al final, “llegar a todo se convierte en una carrera de fondo y la factura a pagar (simbólicamente y no tan simbólicamente hablando) de criar, a veces, es demasiado elevada”.

Aún así, la experta ve claro que esas dudas son extrínsecas, “son fruto de la situación y no tienen que ver con que puedas o no criar”. Y la clave la da la propia naturaleza: “como mamífero, tienes la capacidad de criar, lo llevas de manera innata”, afirma con contundencia. La clave es confiar en uno mismo como padre o madre y autoconvencerse de que “sabes hacerlo”.

Eso no significa que no sea necesaria ayuda y que sea fácil, “incluso que sea lo que más a prueba te ha puesto del mundo”; seguramente, en no pocas ocasiones, “cuanto mejor quieres hacerlo y más implicación tienes, más complicado se hace todo”. ¿Por qué ocurre esto? “Porque te cuestionas todo, te planteas diferentes maneras de acompañar a tu peque, quieres que sea lo más respetuoso posible… y todo eso no nos suele salir solo”.

¿Qué hacer si te cuestionas tu papel como madre o como padre?

“En primer lugar, tribu, tribu y tribu”, aconseja Noelia Esteban. “Te recomiendo buscar grupos de juego, grupos de lactancia, de asesoramiento… de lo que sea… que te permita a hablar con otras mamás y papás”. A pesar de que se trata, como señalábamos, de un tema tabú en muchas personas, es necesario compartir nuestras sensaciones y nuestras preocupaciones con otras mamás o papás que se encuentren en una situación similar.

Por eso, “id al parque, a actividades para peques… ¡socializad! No solo para que ellos estén con otros niños y niñas, sino para que puedas hablar también con otros papis, que seguramente, estén pasando lo mismo que tú”.

“Otra cosa que te ayudará será poner en valor todo lo que sí haces, todo a lo que sí llegas y todo lo que estás enseñando a tu peque”, subraya.