Alba Padró©Marta Calvo

Lactancia

La experta Alba Padró nos descubre cómo volver al trabajo y mantener la lactancia

Hacer acopio de leche, usar el extractor en el trabajo, dejar al bebé al cuidado de otra persona... reincoporarse a la vida laboral y seguir dando el pecho es complicado para la mayoría de las mujeres. ¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrentan? Y, sobre todo, ¿qué pueden hacer ante ellos?

Al volver al trabajo, más del 35% de las mujeres abandonan la lactancia materna. Es un porcentaje muy elevado, sobre todo teniendo en cuenta que la baja por maternidad no cubre los seis meses de lactancia exclusiva que recomiendan las sociedades médicas. La madre que quiere seguir amamantando a su hijo tiene que hacer verdaderos juegos malabares para lograrlo.

Alba Padró es consultora internacional de lactancia IBCLC y fundadora de LactApp, la primera aplicación móvil de lactancia materna que resuelve personalizadamente las dudas de las madres durante este periodo. Acaba de publicar su nuevo libro,Lactancia y trabajo (Ed. Grijalbo), donde ofrece recursos para aquellas mujeres que quieren continuar dando el pecho.

Comentas en el libro que las tres razones básicas por las que las mujeres explican el abandono de la lactancia son: el dolor, la falta de leche (o la percepción de que es así) y la vuelta al trabajo. El hecho de que la baja maternal sea de tan solo 16 semanas no ayuda, ¿verdad?

Tener las bajas de maternidad que tenemos no ayuda en nada, pero podemos comparar con otros países como Inglaterra donde las tasas de lactancia son muchísimo más bajas y tienen mejor baja de maternidad. Al final debemos tener en cuenta que, efectivamente, tener bajas de maternidad más adecuadas podría facilitar el mantenimiento de la lactancia, pero que hay otros elementos que tener en cuenta a la hora de ver cómo se decanta esta decisión. Por ejemplo, que haya flexibilidad en los puestos de trabajo, que existan salas de lactancia… todo esto facilita que las mujeres quieran, a pesar de las 16 semanas, seguir la recomendación de mantener la lactancia exclusiva hasta los seis meses.

Dices también que tenemos la percepción de que la lactancia materna es algo muy breve, por lo que muchas mujeres no ven extraño dejar de amamantar a sus bebés cuando retornan al mundo laboral fuera de casa. ¿Cómo podemos cambiar esa idea?

La percepción de que la lactancia es algo breve es muy común en muchas mujeres, sobre todo con el primer bebé, porque no existe la cultura de la lactancia y lo que nos llega son lactancias que duran meses, o semanas a veces, y después ya no perduran, y se introduce muy rápido la leche artificial. De hecho, la lactancia mixta es la forma de lactancia más habitual. Esta percepción la cambiaremos con el tiempo y con los cambios sociales, empresariales y gubernamentales que necesitamos para obtener un mayor reconocimiento a la maternidad, al cuidado, y a las mujeres que deciden dejar de trabajar y cuidar de sus hijos, pues ahora tienen una penalización por ello. También cuando las tareas en el cuidado de los hijos sean compartidas. Siguen sin ser compartidas al 50% y recaen sobre las mujeres, generando mucho burnout.

Cuando una madre consigue seguir dando el pecho mientras está trabajando, habitualmente es con un esfuerzo personal muy grande que no siempre es entendido por la gente de su alrededor. ¿Qué necesitarían estas mujeres para tenerlo más fácil?

Cuando una madre vuelve al trabajo y mantiene la lactancia, efectivamente, es un trabajo personal muy grande porque generalmente todo le va en contra. Las opiniones externas, ya sean de familia o del resto de compañeros, le irán en contra. Es una exposición pública a todos, que van a juzgar lo que está haciendo de forma poco positiva. Esta mujer necesita que tengamos en cuenta lo que está haciendo y que en el trabajo tengamos cierta flexibilidad y ciertas facilidades.

Es verdad que no es lo mismo una empresa de cien trabajadores que una pyme de 10 trabajadores en la que cuando una madre se ausenta para sacarse leche es más complicado. Pero sí hay que tener una mirada más amable hacia el proceso de lactancia para facilitar que estas mujeres puedan sacarse leche en un entorno limpio, adecuado, sin presión y sin ser juzgadas. Aún hay muchas madres, y en el libro aparece, que reciben muchos comentarios desafortunados cuando se sacan leche en el trabajo. Esto no alienta a que una madre pueda o quiera seguir haciendo pública su vida. Debe explicar que mantiene la lactancia materna, que se saca leche, que la lleva a casa, y es una exposición a la que muchas mujeres no quieren estar sometidas.

Libro Lactancia y trabajo©Ed. Grijalbo

¿En qué lugares de trabajo no se debería usar el sacaleches?

En un baño, desde luego que no. Y, por desgracia, al hacer el libro he visto que la mayoría de las madres se saca leche allí porque no existe otro lugar para hacerlo. Es absolutamente deprimente que no podamos facilitar un mínimo espacio con unas condiciones higiénicas y de comodidad mínimas para hacer la extracción de leche. No necesitamos grandes espacios ni grandes salas de lactancia. De hecho, en el manual hay distintas recomendaciones para las salas de lactancia. No necesitamos salas de lactancia excelentes, necesitamos salas de lactancia en las que la extracción se haga de manera higiénica, que cuenten con un lavamanos, con una neverita o similar donde puedas guardar tu leche, que sea un espacio que esté resguardado y en el que te sientas cómoda.

En la extracción de leche influye el estado emocional de la madre. Si ella está tensa, metida en un baño, sufriendo por no tocar ciertas partes del baño, sufriendo porque alguien vaya a llamar a la puerta… Esto no facilita la extracción. Pero si le ofrecemos un espacio cálido y confortable lo tendrá mucho más fácil.

Un aspecto clave para seguir dando el pecho al volver al trabajo es la organización, como destacas en tu libro. ¿Cuál es el punto clave de esa planificación?

Un punto clave de la planificación es, como digo en el libro, hacer la carta a los Reyes Magos. Ver qué nos gustaría y qué opciones tenemos y a partir de aquí confrontar nuestros deseos con la realidad para poder empezar a establecer cosas. A veces me encuentro con mujeres que me piden ayuda cuando falta una semana para volver al trabajo, ahí no hay planificación.

La planificación nos aporta tranquilidad y conocimiento, y esto es clave en cualquier proceso de lactancia. A ser posible, debemos organizar cómo será, qué neverita vas a utilizar, qué botes, dónde me extraeré leche en el trabajo, cómo haré para entrar y salir si tengo la hora de lactancia un poco antes… Todo esto ayuda. La organización también involucra a la pareja y al cuidador del bebé. Debe poder transmitir a esa persona cosas del bebé que le hagan identificar sus necesidades. Esto da tranquilidad, dentro de lo angustioso que es volver a trabajar y tener que dejar a un bebé.

¿Cuándo hay que empezar a preparar esa vuelta al trabajo, haciendo acopio de leche materna?

Para hacer un banco de leche, la recomendación es empezar entre un mes y un mes y medio antes. Yo prefiero decirle a las mujeres que comiencen un mes y medio antes, porque habrá algún día en que no puedas sacarte leche, que no te dará tiempo… Yo prefiero tomarlo con calma y hacer extracciones poco a poco. Con una extracción o máximo dos al día es más que suficiente para hacer un pequeño banco de leche. No tiene que ser un gran acopio de leche, aunque depende de las necesidades concretas, pero sí tener un ‘salvavidas’. Si podemos empezar con tiempo y estar familiarizadas con el sacaleches, todo esto nos dará seguridad.

Muchas veces se recomienda a la madre que introduzca el biberón antes de volver al trabajo para que el bebé se vaya acostumbrando. ¿Es realmente un buen consejo?

La mayoría de los bebés lo rechazan. Las madres buscan tranquilidad: tener seguro que su bebé va a comer en su ausencia, pero lo que estamos consiguiendo es que ese tiempo que nos queda de estar con nuestro bebé no disfrutemos de la lactancia. Imponernos no darle el pecho y darle la leche extraída, que gastamos antes de separarnos del bebé, crea mucha angustia porque a los bebés, si no hacen lactancia mixta y hacen lactancia exclusiva, les cuesta aceptar el biberón. Durante este tiempo, que podríamos dedicar a disfrutar, vamos a sufrir.

¿Cómo vive el bebé amamantado el hecho de que su madre ya no esté disponible para él siempre que quiera cuando ella vuelve al trabajo?

En ausencia de la madre, algunos bebés están más inquietos, otros duermen… todo esto forma parte del aprendizaje. Los bebés son muy flexibles y muy adaptables, pero es cierto que lo pueden vivir mal. Hay bebés que cuando ven que su mamá no está deciden dormir y esperar. Pueden estar ocho horas dormitando sin más, lo que asusta mucho a las familias; otros bebés se pasan el rato llorando (y ahí es importante que el adulto que esté con él tenga el máximo de herramientas para gestionar ese llanto y calmarlo); hay veces que comen poquito, lo justo para mantenerse y esperar a mamá, y hay algunos que se lo comen todo. 

No hay un comportamiento único de los bebés, lo que sí sabemos es que, pase lo que pase, tardan unos 15 días en adaptarse a esta nueva situación y debemos considerar ese tiempo como algo normal dentro de un proceso de adaptación.

¿Qué hacer cuando el niño se niega a comer en ausencia de su madre?

Cuando el niño se niega a comer hay que tener, primero, mucha paciencia y ver qué pasa. Nunca forzamos a que coma, siempre ofrecemos y vemos qué pasa. Muchos niños no comen y esperan a su madre o comen poquito. Hay que tener en cuenta que lo que hagan hoy no tiene por qué ser lo que hagan dentro de 15 días. Por esa razón hay que seguir ofreciendo un poquito de leche y ver qué pasa y si van queriendo. Lo importante es que la madre y la familia estén avisadas de que esto puede pasar. Porque cuando sucede y no lo sabes o no te han informado, da muchísimo miedo y se pasa fatal.


¿Cuáles son las emociones más frecuentes que expresan las mujeres que compatibilizan lactancia y trabajo?

La mayoría de madres expresan mucha rabia, tristeza y frustración y te recuerdan constantemente: “Si la OMS recomienda seis meses de lactancia materna exclusiva, por qué tengo que volver al trabajo”. La maternidad y el cuidado está penalizado de alguna manera y no se siguen estas recomendaciones oficiales de alimentación infantil.

También hay madres que están felices de volver al trabajo y está muy bien. No debemos acusar a estas madres que tienen ganas de tener conversaciones de adultos o que les apetece ir al trabajo, porque ellas también se sienten mal por sentir estas cosas. Los sentimientos pueden ser muy variados y habitualmente encontramos tristeza y frustración, pero también podemos estar en el otro lado, con el deseo de volver al trabajo y retomar ‘la vida de antes’.

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