Madre dando el pecho a su hijo©AdobeStock

Lactancia

Mastitis subaguda: ¿por qué es más difícil de detectar?

Durante el periodo de lactancia pueden surgir algunos problemas. Uno de ellos es la mastitis, cuyos síntomas son más conocidos. Pero ¿cómo se manifiesta la mastitis subaguda? ¿En qué se diferencia de la primera?

La lactancia es un proceso natural, pero en el que pueden aparecer algunas dificultades. Entre ellas está la mastitis subaguda, mucho menos conocida que la mastitis aguda, pero que también tiene remedio para que la madre pueda continuar dando el pecho si así lo desea.

Para saber más de ella, hemos consultado con Cristina Olivares, matrona y consultora certificada de lactancia materna IBCLC, que también divulga en redes sociales (@matronacris, en Instagram).

¿Por qué se produce la mastitis subaguda?

La mastitis subaguda es una inflamación del tejido de la mama. Se produce cuando hay un estrechamiento en los conductos galactóforos (por los que se transporta la leche hacia el exterior), lo que aumenta la presión de la leche a su paso.

“La causa más frecuente de este estrechamiento es la proliferación de los llamados biofilms: conjuntos de microorganismos que, debido a alguna alteración en la microbiota, crecen más de lo normal”, explica la experta. De este modo, forman una especie de película muy resistente en las paredes de los conductos. La leche puede seguir pasando, a pesar de ese biofilm de bacterias patógenas, pero el diámetro por el que lo hace es más reducido.

En cuanto a los síntomas que presenta, “puede producir dolor tipo pinchazos durante o tras las tomas, quemazón, induración de algunas zonas del pecho e incluso aparición de perlas de leche”, detalla la experta.

¿Qué problemas provocan las mastitis subagudas?

La madre que pasa por una mastitis subaguda va a notar dolor, inflamación y malestar. No hay problema con la leche, “es igual de buena, el bebé puede seguir amamantado, pero es difícil que sea una lactancia satisfactoria si la madre está dolorida o con perlas de leche, o con mastitis que van y vienen”, subraya la matrona.

De hecho, las mastitis subagudas a veces se subestiman porque los síntomas son más sutiles que los de la mastitis agudas. En esta última, los síntomas son más intensos y puede aparecer fiebre y malestar general. De hecho, “a veces cuando se detectan las mastitis subagudas es por insistencia de la madre, que tiene dolor y sabe que algo no va bien”, comenta. “Si la lactancia duele, hay que buscar ayuda para encontrar el problema y abordarlo”, insiste.

Madre dando el pecho a su hijo©AdobeStock

¿Hay alguna forma de prevenir las mastitis subagudas?

Algunas mujeres son muy propensas a tener mastitis subagudas. ¿Qué hacer en estos casos? Lo primero sería “investigar si existe alguna causa que pueda estar favoreciendo la mastitis de repetición”, aclara Cristina Olivares. Así, habría que elaborar una historia clínica exhaustiva donde se reflejen, entre otros datos, los antecedentes de la madre, el progreso con la lactancia y los tratamientos que haya podido recibir hasta la fecha.

“Muchas mujeres, por ejemplo, comienzan con mastitis subagudas después de un tratamiento antibiótico previo a una mastitis aguda”, señala. Otros factores que pueden influir en la aparición de este cuadro es la lactancia en diferido o el nacimiento por cesárea, “al alterar de una u otra forma la microbiota”.

Si se descartan los motivos anteriores, que son los más frecuentes, puede solicitarse un cultivo de leche. El objetivo es descubrir si hay un sobrecrecimiento de alguna bacteria patógena que pueda estar ocasionando las mastitis subagudas. Dependiendo del resultado, se individualiza el tratamiento o se establece la línea a seguir para prevenir nuevos episodios.

¿Qué tratamientos hay para la mastitis subaguda?

Esta es la línea de tratamiento que se suele seguir cuando hay una mastitis subaguda, tal como explica la consultora:

  • Facilitar las tomas frecuentes “para evitar que la acumulación de leche produzca mayor inflamación, obstrucciones o empeoramiento de los síntomas”.
  • Tratar los síntomas: mediante una buena hidratación, evitando los sujetadores que aprieten, poniendo frío local en la mama afectada para disminuir la inflamación y tomando analgésicos y antiinflamatorios (los compatibles con la lactancia pueden consultarse en la página de referencia www.e-lactancia.org).
  • Antibiótico. Lo prescribirá el médico y debe completarse la pauta entera aunque los síntomas hayan mejorado o remitido.

“Algunas guías contemplan también el uso de probióticos tanto en la prevención como en el tratamiento, especialmente los que contienen cepas de L.salivarius o L.fermentum. Sin embargo, aunque parece que los probióticos no alteran la composición de la microbiota, no existe una evidencia sólida, por lo que es una recomendación controvertida”, indica Cristina Olivares.

Algunas mujeres recurren al destete por el dolor, las molestias y la recurrencia de las mastitis subagudas. En este sentido, hay que saber que es importante contar con información fiable sobre lactancia desde el embarazo, incluyendo un listado de profesionales especializados en lactancia materna (como matrona y consultora IBCLC) por si surgiera luego cualquier contratiempo.