Niñas comiendo tostadas con mermelada©AdobeStock

Salud

Por qué el desayuno puede llegar a evitar la obesidad infantil

Ya sabíamos que el desayuno es una de las comidas más importantes del día. Pero más allá del mito, desayunar bien puede ser determinante para los niños y evitar problemas serios como la obesidad infantil.

Las cifras de obesidad infantil han ido incrementando durante los últimos años y es que la prevalencia aumenta a ritmo alarmante. Según últimas cifras publicadas: “Un 23,3 % de los escolares españoles tienen sobrepeso y un 17,3 % presentan obesidad. Esto significa que un 40,6 % de la población infantil tiene exceso ponderal”, nos cuenta la nutricionista de @matronaparami, Yolanda Masa, además de darnos los detalles de por qué el desayuno puede llegar a evitar la obesidad infantil.

La obesidad está provocada por una ingesta mayor al desgaste calórico que realizan en este caso estos niños; algo que puede estar influenciado por varios factores, que como dice la experta, como pueden ser genéticos, metabólicos, ambientales, de comportamiento, sociales y culturales, entre otros.

Pero además de ser un problema durante la infancia, la obesidad puede repercutir a largo plazo en su futuro, ya que: “Los niños con obesidad y con sobrepeso tienen un elevado riesgo de ser obesos en la edad adulta y además, de generar enfermedades cardiovasculares como la diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia. Tanto el sobrepeso y la obesidad como todas estas enfermedades relacionadas con el exceso de peso son, en gran medida, prevenibles. Para ello, es fundamental conocer tanto la magnitud del problema como los factores asociados para, posteriormente, diseñar, implementar y evaluar las estrategias e intervenciones dirigidas a paliar este problema, donde los nutricionistas jugamos un papel esencial”, asegura la profesional.


Por qué el desayuno puede evitar la obesidad

Según estudios publicados recientemente como “El papel del desayuno y su calidad en la salud de los niños y adolescentes de España”, llevado a cabo por Instituto Danone, se asegura que los niños que no desayunan tienen un 43% más de probabilidades de sufrir sobrepeso. Ya sabíamos que del desayuno se dice ser la comida más importante del día, pero ¿hasta qué punto lo es para los pequeños?

“El desayuno es una ingesta muy importante durante la edad infantil, ya que el niño probablemente lleve varias horas de ayuno tras la noche y es necesario ‘recargar energía’. Además, se considera una parte importante de una dieta equilibrada y una manera fantástica de empezar el día. En general, quienes desayunan ingieren más micronutrientes ayudando a llegar a las cantidades diarias recomendadas y contribuye a evitar el sobrepeso u obesidad. Además, ayuda a mejorar la concentración y el aprendizaje, según varios estudios. De esta forma, promocionar el hábito del desayuno debería ser un punto esencial en la educación de los niños. Pero no por ello hay que restarle importancia al resto de ingestas. El niño debe realizar entre 5 y 6 comidas, repartidas a lo largo del día, teniendo en cuenta que sean equilibradas, variadas y en cantidades adecuadas a la edad”, explica la nutricionista.

Si para los padres debe quedar claro que los niños no pueden salir de casa sin haber desayunado correctamente, para los niños también debe convertirse en una rutina saludable y apetecible, ya que de esta manera asumirán la ‘tarea’ e interiorizarán el hábito de desayunar. Los padres tienen la responsabilidad de enseñarles la importancia de esta ingesta, pero: “Realmente no sólo hay que enseñarles el valor del desayuno, sino trabajar en inculcar hábitos alimentarios adecuados que respeten todas las ingestas para llevar a cabo una alimentación equilibrada, variada y suficiente”, dice la experta. Y, nos proporciona una serie de mensajes que podemos darles a los peques para mostrarlas todas las ventajas del desayuno:

  • Se trata de una ingesta muy importante para empezar el día con energía y recargar combustible tras las horas de ayuno.
  • Ayuda en las actividades diarias: ejercicio, concentración, aprendizaje…
  • Es importante realizar buenas elecciones: frutas, cereales sin azúcares, lácteos enteros, frutos secos… evitando bollería y ultraprocesados.
  • Si es posible, compartir el desayuno en familia.
  • Los fines de semana o días que dispongamos de más tiempo, involucrar al niño a la hora de hacer el desayuno y generar un ambiente agradable.

¿Cuál es el desayuno ideal para un niño?

En primer lugar, hay que tener en cuenta la calidad de los alimentos que vamos a incluir en el desayuno. No es lo mismo tomar fruta entera que un zumo procesado, un cereal de desayuno azucarado que un cereal integral y sin azúcares añadidos, o un postre lácteo ultraprocesado y un vaso de leche entera, tal y como nos cuenta la nutricionista. Una vez tengamos clara la elección, debemos combinar correctamente los alimentos sin olvidarnos que: “El desayuno debe llevar un lácteo, un cereal, una fruta y una grasa saludable”, indica la experta. Y nos da unos ejemplos, para aplicar en casa, que respetan dicha estructura:

  1. Vaso de leche entera + avena + crema de cacahuete y una pieza de fruta.
  2. Un yogur natural con copos de maíz, semillas de chía y una pieza de fruta.
  3. Un vaso de leche acompañado con una tostada de pan integral, aguacate y una pieza de fruta.
Niño y madre bebiendo de una taza©AdobeStock


Cómo inculcar buenos hábitos alimenticios a nuestros hijos

Realmente, para la nutricionista, este es el punto más importante desde donde debe asentarse una buena base de hábitos alimenticios para los niños. Inculcar desde pequeños cuál es la opción más saludable para la primera comida del día será fundamental para que esto prevalezca en la edad adulta. “Lo que nos permite el control del sobrepeso y la obesidad, y la aparición de enfermedades cardiovasculares asociadas”, asegura. Y, para ello, aconseja que los padres trabajen los siguientes puntos:

 

  • Respetar horarios regulares.
  • Seguir rutinas. Por ejemplo: lavar las manos, sentarse a comer, lavarse los dientes...
  • No premiar o castigar con comida.
  • Involucrar a los niños en las elaboraciones de comida, participar a la hora de poner la mesa o elegir alimentos a la hora de ir a comprar.
  • Cuidar el entorno a la hora de comer: compartir ese momento en familia, evitar distracciones como la televisión o el móvil e intentar (con alguna modificación si es necesario) que el menú sea el mismo para todos.
  • Fijar un menú previo y evitar dar alternativas.
  • Si un alimento no le gusta, buscar otras opciones: formas de cocinado, presentación, combinación con otros alimentos…
  • Evitar el consumo de productos utraprocesados: muy ricos en grasas, azúcares y sal.
  • Acostumbrar al paladar del niño a sabores dulces que procedan de los alimentos como la fruta y evitar azúcares añadidos y edulcorantes.
  • Preferir siempre la fruta entera y evitar los zumos, ya que contienen el azúcar en forma libre, la capacidad saciante es menor y la fibra también se ve disminuida.