Entrevistamos a Marta Lozano: de su reciente visita a Cannes a la celebración de su primer año de casada

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-Marta, no paras. ¿Cómo estás?

-Un poco cansada, la verdad. Esta semana he tenido muchos proyectos, pero todos muy guais, así que muy contenta.

-¿Cómo has vivido esta última edición de Cannes?

-Mucho más tranquila que otros años, la verdad. Hace dos, justo me acababa de pedir Lorenzo que me casara con él. Y el año pasado, se celebró una semana antes de casarme. Por eso, esta vez era disfrutar y no pensar en nada más.

-Para ti, ¿Cannes es el evento más importante del año?

-Si no es el más, uno de los más importantes. Sí, porque hay mucha expectación. Cada año la gente se pregunta más por lo que voy a llevar y está más pendiente. Trabaja mucha gente alrededor de este proyecto, concretamente esa alfombra. Entonces, sí es uno de los proyectos más importantes del año.

-Quizá el mayor reto es elegir un look diferente y sorprender en Cannes.

-Lo que pasa es que soy como muy fiel a mí misma. Entonces, prefiero reconocerme, verme guapa y sentirme yo que, de repente, sin volverme loca.

-No quieres disfrazarte.

-No, odio esto. Prefiero ser muy fiel a mí misma y, aunque no haya cambios muy, muy grandes, busco más que sean looks icónicos.

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-Este año lo has dado todo con el vestido. ¿Cuántos metros tenías de cola?

-Fíjate que tenía menos metros que el diseño de Caprile. Como un metro menos o así. La cola no llegaba a los cinco metros, creo. Pero es que la cola es una cosa que me encanta y qué mejor momento que Cannes para poder lucir una.

-¿Este año tenías muy clara la idea del vestido o has dejado que te asesoren?

-Lo tenía clarísimo. Además, desde que vi los looks de inspiración de la gala MET de este año, tenía muy claro que quería algo en blanco y negro. Tenía muy claro el diseño. En seguida, nos pusimos de acuerdo.

-¿Les diste tú esa indicación al equipo de diseño?

-Sí, sí. Me hacía mucha ilusión esa silueta y tenía muy claro en inspirarme en Karl Lagerfeld. Luego, ellos me terminaron de rematar cuatro o cinco cosas.

-¿Te fijaste en algún vestido en concreto?

-No. Vi la capa que llevaba una en la gala MET, el vestido de otra… No sé, vas tirando de cosas.

-¿Cuánto tardas en arreglarte para una aparición como la tuya en Cannes?

-Es verdad que hacemos producciones, pero empezamos tipo dos y media y la alfombra era a las seis y media de la tarde.

-Cuatro horas. ¿Qué es en lo que más se tarda?

-En el make up. Le dedicamos mucho tiempo, porque, además, me gusta maquillarme con mi tiempo y estar hablando con el equipo, que es prácticamente de mi familia. Como mínimo, nos tomamos nuestras dos horas mínimo para estar tranquilos, poder comer entre ojos y boca… Estar tranquilos y disfrutar ese momento.

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-Siempre luces joyones en Cannes. ¿Da respeto a llevar tanto dinero puesto?

-Fíjate que yo he llegado a llevar seis millones de euros encima… Pero este año, no. Ni mucho menos. Esta vez, no sé exactamente. Pero es verdad que el equipo de Messika cuida muy mucho todos los detalles mientras estamos haciendo las fotos. Cuando vamos a la alfombra roja, siempre me acompaña una persona de seguridad, desde el principio hasta que termina la proyección de la película.

-¿Se sienta contigo a ver la película?

-No, sólo me acompaña hasta que entro. Cuando salgo de la proyección y el coche me recoge, él está ahí plantado. Me dejan a las puertas y me recogen a la salida. Pero él me acompaña ya en la habitación. Mientras me ponen las joyas, él está ahí trajeado y mirándome con sus gafas negras (ríe).

-¿Tienes algún tipo tipo de interacción con esa persona de seguridad?

-No, no, Está siempre muy serio y mirándome todo el rato, comprobando las joyas (ríe). Pero siempre de forma muy respetuosa.

-Cuando sales al photocall y comienza el bombardeo de flashes, ¿en qué piensas?

-Se mezclan muchos sentimientos. Además, cada año, veo como que hay mucha más gente. Este momento intento disfrutarlo, porque estos años he ido muy a gusto con los looks. Cuando empiezo a oír mi nombre, como que me recreo e intento sacar lo mejor de mí para dejar la moda española en lo más alto.

-Vamos, que te vienes arribísima.

-Sí, bueno, lo intento (ríe). Este año, había un montón de españoles, porque vi José Coronado y María León. También estaba Rosie Huntington en la escalera, usto delante de mí, que estaba guapísima.

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-Teniendo ya un millón de seguidores, ¿te ha reconocido alguien en Cannes?

-¿De los actores? No, no los conozco. Además, no sabes la de gente que va. Además, entre José Coronado y María León había como diez personas entre medias. Normalmente, cuando vas hacia la alfombra, no miras atrás, sino hacia delante.

-En tu misma alfombra roja también se encontraban Eva Herzigova y Coco Rocha, entre otras figuras tan conocidas. ¿No te sientes pequeña en momentos así?

-No. Me hace más ilusión verlas, en directo. Es un momento guay. No me hago pequeña, qué va. Siempre sobrevives a la alfombra roja (ríe).

-A la hora de posar, ¿tienes algún truco para sonreír? ¿Piensas en algo divertido?

-No . Es verdad que oigo cómo me llaman. Normalmente, las personas están puestas como en varios niveles. Arriba del todo, suelen estar los fotógrafos, que te llaman y te piden que saludes o mandes un beso. Entonces, eso te hace gracia. Cuando estás saludando es porque arriba te están llamando y sale solo.

-Debe de ser muy fuerte ir a Cannes y escuchar a fotógrafos gritar tu nombre.

-La verdad es que sí (ríe). Además, con su acento francés, es gracioso. Pero sí, es muy fuerte estar escuchando mi nombre y que te digan: “Mira aquí, mira aquí”. En plan, “look here, look here”.

-En alguna edición, te cruzaste con Tilda Swinton dentro del hotel. ¿Tienes alguna anécdota curiosa de este año?

-No, el hotel estaba bastante tranquilo este año. En la siguiente proyección sé que fue el de… –Se pone a cantar I Feel It Coming–. ¡The Weeknd!

-¿Has acudido alguna fiesta este año en Cannes?

-No. Qué va, qué va. A las siete de la mañana del día siguiente, tenía que coger un vuelo para venir al desfile de la Colección Crucero de Louis Vuitton. Hemos hecho más escalas para venir… Lo único que hice fue celebrarlo con el equipo de Dior, que siempre lo hacemos. A la una, ya estaba en el hotel.

-De las ocho de la mañana hasta la una de la madrugada, ya son bastantes horas con tacones.

-No. Sólo me los ponen una hora antes de ir a la alfombra, para hacerme las fotos.

-¿Qué es lo mejor de ir a Cannes?

-Creo que es vivir toda la experiencia en sí. Me refiero a tener la oportunidad de ir con el equipo de Dior, de estar en la suite y lucir un lookazo. Además, me gusta que se vea el talento español. En los cinco años que he ido, siempre apostado por española. Luego, la repercusión que da a nivel internacional, que te conocen en otros países… Es toda la experiencia, yo creo.

-¿Y qué es lo peor, si es que hay algo?

-No sé qué sería lo peor. La verdad que es una experiencia que disfruto mucho, sinceramente. Lo paso tan bien… No sabría decirte, la verdad. Me parece uno de los mejores planes del año.

-En algunos medios, han escrito noticias sobre tu asistencia en Cannes. En concreto, han recogido opiniones en las redes de gente que dice: “¿Qué pinta una influencer en un festival de cine?”. ¿Qué les responderías a esas personas?

-Le diría lo mismo que que le dicen a mis compañeras cuando van a los Goya o una alfombra roja: damos visibilidad al arte del cine. Al final, nosotras somos canales muy grandes, llegamos a mucha gente y damos voz a muchas cosas. En concreto, el cine es algo que me encanta. Si me da la oportunidad de ir ahí y dar visibilidad, por supuesto que lo voy a hacer. Todos los años que Dior me lo permita, claro que sí.

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-¿Alguna vez te han propuesto un proyecto de interpretación?

-Pues no, la verdad (ríe). Nunca. Pero nunca se sabe… Después de haber cantado, cortarme el pelo y todas las cosas que he hecho en los últimos años, en los que me he vuelto loca… No me extrañaría verme haciendo o intentando hacer algo.

-Pensando a lo grande, ¿qué te encantaría hacer en cine?

-¿Pensando a lo grande? Algo tipo Moulin Rouge. Me encantaría (ríe).

-Después de grabar la canción, te faltan pocas cosas por hacer.

-(Ríe) El caso es animarse.

-No queda nada para tu primer aniversario de casada. ¿Vas a celebrarlo de alguna manera especial?

-¡Sí, este domingo! Nosotros queríamos hacer un viaje justo que coincidiera con la fecha, pero no podía ser porque esta semana la tenía llena de compromisos. Por eso, nos fuimos a Maldivas la semana pasada. Igualmente, el domingo nos iremos de cena especial. Después de ir a votar, claro.

-¿Qué ha sido lo mejor de este año de casada con Lorenzo?

-El matrimonio nos ha hecho unirnos más. Como que somos equipo y tenemos muchos proyectos a futuro juntos. Antes lo teníamos también, pero ahora como que está todo más afianzados. Siento que cada día lo quiero más.

-¿Nos puedes adelantar algún proyecto que estés planeando?

-Proyectos familiares y personales que no puedo contar ahora (ríe).

-¿Ser madre muy a corto plazo?

-No lo sé, no lo sé… No sé qué es un corto plazo, la verdad. Yo ahora mismo estoy en Isola Bella, con la Colección Crucero. Ahora no está mi marido para decirte.

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-¿No estarás ya embarazada?

-Ahora mismo, no estoy embarazada, no (ríe). De momento, que yo sepa, no.

-Entre esos planes, ¿quizá el cambiarte de cuidad y mudarte a Madrid, como ha hecho tu amiga Teresa Andrés Gonzalvo?

-Si Dios quiere, me voy a quedar en Valencia y soy feliz en Valencia. Me encanta Madrid, pero prefiero tener mi campamento base en Valencia.

-Supongo que a Teresa la echas mucho de menos?

-Bueno, te diré que ahora la veo más que cuando Tere vivía en Alicante. Como voy a Madrid siempre, pues ahora la veo mucho más. Estoy feliz con su cambio.

-¿Quién crees que va a ser madre antes, ella o tú?

-Pues no lo sé. Yo no lo sé. ¿Por intuición? No lo sé, pero ella era mayor que yo. Igual tiene la llamada antes… No lo sé.