Diciembre, por ejemplo, es el mes de las zambombas en Jerez de la Frontera. La más populosa de las ciudades de la provincia (y también su capital económica) bulle de actividad en este tiempo, alimentada por esa celebración que anticipa la Navidad. Se llaman zambombas porque el protagonista en la farra es ese instrumento de caña. La fiesta en sí consiste en que una familia, un grupo de vecinos o de amigos se reúne, por lo general en torno a una hoguera, a cantar y bailar villancicos populares, para acabar tocando los más diversos palos flamencos.
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Eso, las tradicionales, la de toda la vida, que tienen lugar en patios particulares o en las plazas frente a las casas. Porque en los últimos años se han institucionalizado y algunas se celebran en espacios públicos de la ciudad, como las plazas del Arenal, de la Asunción y del Banco. Y luego están las privada, previo pago de entrada o invitación, que se hacen en restaurantes, bares, salas de espectáculos y otras instituciones culturales.
Las zambombas, amén de en Jerez y Arcos de la Frontera, también han llegado a otras localidades de la provincia de Cádiz. Es el caso de Sanlúcar de Barrameda, donde adoptan un concepto lúdico que va más allá de la tradición. De hecho, es posible asistir a alguna de ellas en bares de copas y luego acabar bailando al ritmo de la música más actual.