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Cuando viajamos por el continente europeo demasiadas veces nos sentimos atraídos por el arte y los atractivos de las grandes ciudades pasando por alto otras localidades más pequeñas. Y no sabemos lo que nos perdemos, recorremos con la vista algunas de ellas. A orillas del Mediterráneo, en las cumbres alpinas, amuralladas o convertidas en decorados de cine, cada una tiene su particular encanto. ¿Con cuál te quedas? 

 

KINSALE, IRLANDA (5200 habitantes) 

Sus casas con fachadas pintadas de vivísimos colores son la imagen más conocida de esta pequeña ciudad a unos 30 kilómetros de Cork, en la desembocadura del río Bandon. No es el único de sus encantos, a ellos se suman el histórico castillo de Desmond Castle, el espectacular fuerte Charles, sus tiendas de artesanía, sus campos de golf y sus restaurantes en los que se degustan mariscos y pescados típicos de la zona. Kinsale también es punto de partida de la Wild Atlantic Way, la ruta que recorre a lo largo de 2500 kilómetros la costa oeste de Irlanda.  

 

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REINE, NORUEGA (314 habitantes) 

Por su entorno de montaña, sus casas con tejados de hierba y su flota pesquera, este pueblo por encima del Círculo Polar Ártico de poco más de 300 habitantes ofrece una auténtica postal. Se sitúa en el punto más remoto del país, en el archipiélago de las Lofoten y pasa por ser una de las aldeas más bonitas de Noruega.  

 

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TÓRSHAVN, DINAMARCA (13.000 habitantes) 

 En el conjunto de las 18 islas de las Feroe viven unas 49.000 personas de 80 nacionalidades diferentes, pero la gran mayoría residen en la capital, Tórshavn, la más pequeña del mundo. Tiene dos calles principales, pero una animada vida gracias a su escena musical y a una rica oferta cultural y también a su puerto, con restaurantes para ir a comer pescados. Solo 3 semáforos regulan el tráfico en ella, los únicos del archipiélago. 

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MDINA, MALTA (243 habitantes)

Pocas ciudades amuralladas poseen el encanto y el color de la que fuera durante mucho tiempo la capital de Malta y donde se cree que vivió el apóstol San Pablo después de haber naufragado en las islas. Conocida como la Ciudad del Silencio y con cuatro mil años de antigüedad, esta ciudad medieval sobre una colina la conforman un conjunto de encantadoras calles adornadas con palacios aristocráticos, iglesias y plazas de ambiente atemporal. 

 

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OBIDOS, PORTUGAL (12000 habitantes) 

En uno de los rincones más evocadores de la Estremadura portuguesa, esta antigua ciudad fortificada domina un inmenso paisaje de lomas y hondonadas. Sus murallas protectoras, sus casas blancas y calles estrechas y sinuosas se prolongan en escaleras, arcos, pasadizos y puertas ojivales. La plaza de Santa María es el centro social de la localidad, que tiene entre otros lugares imprescindibles el castillo medieval, el Museu Municipal y, extramuros, el santuario do Senhor da Pedra. 

 

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PRAIANO, ITALIA (2000 habitantes) 

Dicen que este bonito pueblo enclavado entre los también atractivos de Positano y Furore tiene los atardeceres más románticos de toda la Costa Amalfitana. Conquistan tanto como caminar por las callejuelas de su pequeño centro histórico, donde se levantan las iglesias de San Gennaro y San Luca Evangelista y se admiran los pequeños santuarios en Maiolica, construidos con fe y devoción por sus habitantes. Pasear por el sendero panorámico Sentiero sulla Scogliera y descender a las playas de Marina di Praia y Cala della Gavitella añaden aún más belleza al lugar

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CASTLE COMBE, INGLATERRA (350 habitantes) 

Una carretera comarcal enmarcada por frondosos bosques lleva hasta este pequeño pueblo del condado de Wiltshire que es bonito a rabiar. Decorado cinematográfico para algunas películas, sobresalen en él la iglesia medieval, el mercado que se remonta al siglo XIV y sus casas de estilo Cotswold, construidas con paredes gruesas de piedra y tejados de pizarra. 

 

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EGUISHEIM, FRANCIA (1700 habitantes) 

Suaves colinas de viñedos enmarcan el pueblo que inspiró a los estudios Disney para crear la villa de la película La Bella y la Bestia. Su particularidad está en que sus calles empedradas están dispuestas en círculos concéntricos, protegidas en otro tiempo por una muralla y unidas al castillo, en el mismo centro de la ciudad. Pararse a admirar sus plazas y fuentes se antoja como un plan tranquilo y placentero. 

 

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LAUTERBRUNNEN, SUIZA (2500 habitantes) 

Entre paredes rocosas y altos picos, el pueblo que da nombre al valle Lauterbrunnen es punto de partida a los destinos de excursiones más populares de la región del Jungfrau. Más de 70 cataratas, prados alpinos y coquetas posadas de montaña decoran el valle. 

 

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DINANT, BÉLGICA (13.500 habitantes) 

Su ubicación ya es única, porque está a orillas del río Mossa y con las montañas de las Ardenas a sus espaldas. Pero esta preciosa ciudad tiene también una antigua ciudadela, a la que se puede acceder salvando más de 400 escalones o a través de un funicular, y una colegiata dedicada a Notre-Dame, coronada por una gran cúpula en forma de bulbo. 

 

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