MUY PRÁCTICO
Para llegar a Lhasa, capital de la región autónoma china de Tíbet, donde se levanta el palacio, no hay vuelos directos. Desde Madrid o Barcelona hay que volar primero a una de las principales ciudades chinas –Shanghái, Pekín, Chengdu, Xi’an, Hong Kong, Chongqing–, con compañías aéreas como Air China, Finnair o KLM, con mínimo una escala, y desde estas a Lhasa. Este trayecto también se puede hacer desde alguna de estas ciudades en el famoso tren transtibetano, también llamado tren de las nubes.
Solo se puede llegar a Tíbet a través de una agencia. Luego ya la mayor o menor movilidad y las rutas son personalizadas, se adaptan a la medida a sus clientes. Lo más habitual es estar un mínimo 15 días e incluir otros lugares imprecindibles de China, a partir de unos 3000 €. Youlan Tours ( viajaraltibet.com) es una agencia española especializada en Tíbet
La altitud a la que está situado el palacio provoca que haya mucho menos oxígeno del habitual en el aire, por lo que será recomendable la visita a él cuando uno ya se ha aclimatado a semejante altura.
Para entrar en el Tíbet es necesario tener el pasaporte con vigencia mínima de seis meses, un visado y un peremiso de entrada emitido por la Oficina de Turismo y tramitado con agencia de viajes. No es obligatoria ninguna vacuna.
La mejor época para visitar el Tíbet es de abril a septiembre. Conviene tener en cuenta que por su ubicación, la radiación solar es de las más altas del mundo.
VISITA VIRTUAL
A miles de kilómetros de distancia, puedes recorrer todos los espacios de la morada ancestral de los dalai lama gracias a este vídeo de National Geographic: youtube.com/watch?v=baK3X5Oozh4