Cuando el frío llega, Sol se transforma. La plaza vibra con el ir y venir de madrileños y turistas que se refugian entre escaparates iluminados y aroma de castañas asadas. Testigo de siglos y protagonista de las campanadas de Fin de Año, este barrio ha visto pasar reyes, manifestaciones, celebraciones y generaciones de madrileños que han hecho de él el auténtico centro de España. Es el punto donde late la historia, el arte y la vida cotidiana de Madrid.
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Su origen se remonta al siglo XV, cuando la Puerta del Sol era una de las entradas principales a la villa amurallada. Su nombre proviene del emblema solar que adornaba aquella puerta orientada al este, por donde entraba el sol cada mañana. Desde entonces, Sol ha sido el escenario donde se ha escrito buena parte de la historia de Madrid; desde la proclamación de la Constitución de 1812 hasta las celebraciones más multitudinarias de nuestros días.
La estatua del Oso y el Madroño, símbolo de la ciudad, recibe a miles de visitantes cada año. A su alrededor, edificios del siglo XIX conviven con escaparates contemporáneos, cafés centenarios y las últimas direcciones de moda. Durante el invierno, el barrio despliega su magia. Pasear por Preciados o Montera, dos calles que desembocan en la Puerta del Sol y concentran la vida comercial del centro, es asistir a un desfile de abrigos, música callejera y sonrisas que se reflejan en los cristales, sobre todo en Navidad.
UN PASEO ENTRE SIGLOS
Comienza la visita en la Casa de Correos, bajo su reloj centenario, protagonista de las campanadas que cada 31 de diciembre reúnen a miles de personas. Muy cerca, La Mallorquina (Puerta del Sol, 8) endulza las mañanas con sus napolitanas y roscones, mientras que la Chocolatería San Ginés, abierta desde 1894 en el pasadizo del mismo nombre, mantiene intacta la tradición del chocolate con churros más famoso de Madrid.
Desde la Puerta del Sol parten las arterias más emblemáticas del centro. Por la Calle Mayor descubrirás el alma más castiza de la ciudad, con tiendas centenarias como Casa de Diego o Maty. A un paso, la Plaza Mayor conserva su trazado del siglo XVII y su inconfundible ambiente bajo los soportales.
LOCALES MÍTICOS, CAFÉS Y TERRAZAS DE ALTURA
El invierno en Sol también se disfruta a través de su gastronomía. A la hora del aperitivo, imprescindible acercarse a la calle Tetuán, donde abre Casa Labra desde 1860, una taberna que invita a probar los míticos soldaditos de Pavía, bocaditos de bacalao rebozado, y las croquetas que son ya patrimonio gastronómico de la ciudad. Allí mismo, además, se fundó el PSOE en 1879. A esa misma hora, las calles Cádiz y Barcelona se llenan de terrazas animadas para picar algo. Al lado encontramos el Mercado de San Miguel. Totalmente renovado y siempre lleno de turistas, combina la esencia histórica del hierro madrileño con nuevas propuestas gourmet.
Para comer, imprescindible el cocido de Lhardy, famoso por su consomé servido en el mostrador y el bocata de calamares de La Campana. Cuando llega la hora del café, dos opciones: Zapcoffee, escondido en la segunda planta de una zapatería del número 6, que ofrece café de especialidad y una de las vistas más agradables de la misma; o Galería Canalejas Café, inspirado en los antiguos quioscos de las plazas y en los cafés literarios de los siglos XIX y XX. Situado dentro de Galería Canalejas, este espacio reúne lujo, diseño y gastronomía bajo sus cúpulas restauradas de antiguos bancos del siglo XIX. En la esquina contigua, la fachada del hotel Four Seasons se convierte cada Navidad en uno de los rincones más fotografiados de la ciudad.
En la hora mágica en la que cae la tarde y se encienden las luces, las terrazas se convierten en el mejor refugio: Doñaluz The Madrid Rooftop (Montera, 10) y El Cielo de Montera (Montera, 47), en el hotel Montera Curio Collection by Hilton, ofrecen cócteles bien servidos y vistas espectaculares sobre las luces del invierno madrileño.
5 IMPRESCINDIBLES EN SOL
1. La Plaza Mayor
El corazón histórico de Madrid y uno de los escenarios más emblemáticos de la ciudad. Construida en el siglo XVII, fue mercado, plaza de toros y lugar de celebraciones reales. Hoy reúne terrazas, galerías y tiendas tradicionales bajo sus soportales.
2. Casa Labra
Fundada en 1860, esta taberna centenaria es una institución madrileña. Sus croquetas de bacalao son parte del ADN gastronómico de la ciudad, y su barra de azulejos conserva el aire del viejo Madrid (Tetuán, 12)
3. Lhardy
Desde 1839, Lhardy encarna la elegancia clásica de la capital. Fue pionero en traer la alta cocina francesa a Madrid, y su cocido madrileño y su consomé caliente, que aún se toma de pie en el mostrador, siguen siendo rituales de invierno. (Carrera de San Jerónimo, 8)
4. Galería Canalejas
El nuevo lujo madrileño se concentra en este espacio restaurado y ubicado en los antiguos edificios del Banco Hispano Americano. Sus cúpulas de principios del siglo XX y su Food Hall reúnen lo mejor de la gastronomía internacional y local. (Plaza de Canalejas, 1)
5. Iglesia de San Ginés y Chocolatería San Ginés
Uno de los rincones más fotografiados de Madrid. La iglesia, de origen medieval, es una de las más antiguas de la ciudad, y justo al lado, la chocolatería (1894) mantiene intacta la tradición del chocolate con churros a cualquier hora del día. (Pasadizo de San Ginés, 5)
5 PLANES DE NAVIDAD
- El alumbrado navideño de la Puerta del Sol: cada año, a finales de noviembre, la plaza se convierte en el punto de partida para descubrir el alumbrado de la ciudad. El gran árbol luminoso, de más de 30 metros, vuelve a ser el icono de las fiestas y uno de los escenarios más fotografiados.
- Mercadillo de la Plaza Mayor: histórico y lleno de encanto, este mercado navideño data del siglo XVII y es uno de los más antiguos de Europa. Más de 100 casetas de madera ofrecen figuras para el belén, adornos artesanos y dulces típicos como turrones y barquillos.
- Belenes y conciertos en la Real Casa de Correos: durante todo diciembre, el edificio acoge un belén monumental y conciertos corales gratuitos en su patio central. Una visita muy recomendable para familias o para quienes quieran ver el lado más tradicional de la Navidad madrileña.
- Campanadas de Fin de Año en la Puerta del Sol: Un clásico madrileño: miles de personas se reúnen frente al reloj de la Casa de Correos para despedir el año al ritmo de las doce uvas. Un ritual que simboliza el espíritu de la ciudad y que atrae a visitantes de todo el mundo. A ella se asoma Cristina Pedroche cada año, donde sorprende a todos con su ya esperadísimo vestido y este año lo harán también Chenoa y Estopa, con su retrasmisión de las campanadas para TVE.
- Rutas de chocolate y dulces de invierno: Entre San Ginés, La Mallorquina y el nuevo espacio de repostería de la Galería Canalejas, el centro se convierte en una ruta dulce.
