Nació en Madrid, pero se casó con el explorador y aventurero Kitín Muñoz en Sofía, la misma ciudad en la que nació su hijo y en la que vive desde hace tres años “muy feliz”. Allí trabaja en el palacio de Vrana, residencia de su padre, el rey Simeón de Bulgaria, y disfruta de un refugio frente a la imponente montaña de Vitosha, el pulmón verde de la capital búlgara.
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“Somos muy afortunados. Es como vivir en un cuento, en una aventura. Todo me llena de vitalidad. En invierno, nos gusta esquiar, perdernos por el bosque nevado, bajar las cuestas en trineo. Y con el buen tiempo, me meto en los ríos de piedras, lagos, cuevas y cascadas. Voy siempre con mi perro Karakachan, mi cámara de fotos y un cuchillo, regalo de los boinas verdes, por si encuentro hongos que multiplican la mortalidad forestal y para arrancar raíces muertas con formas peculiares", contaba Kalina a ¡Hola! sobre su rutina diaria.
Cada día, la princesa se adentra en este parque natural de más de 26.000 hectáreas que se extiende a los pies de su hogar, un auténtico tesoro de naturaleza y uno de los parques naturales más accesibles de Europa, además del más antiguo de los Balcanes, declarado en 1934. A él se puede llegar fácilmente en transporte público, pues queda a menos de 15 minutos del centro de Sofía. Varias líneas de autobús acercan a Aleko o Zlatnite Mostove, puntos de los que parten la mayoría de las rutas que discurren por su territorio.
El parque se descubre, principalmente, siguiendo su red de senderos, que conectan diferentes zonas, picos, lagos, cascadas y miradores. Existen caminatas fáciles de medio día, como la que acerca a la cascada Boyana, un salto de agua de 25 metros de altura rodeado de bosque, o excursiones más exigentes, como la que partiendo del refugio Aleko se dirige hasta Cherni Vrah, el pico más alto de la montaña, con 2290 metros de altitud y panorámicas espectaculares de todo el macizo.
El corazón más salvaje de Vitosha es la Reserva de la Biosfera de Bistrishko Branishte, con bosques vírgenes, praderas alpinas y el río de piedras de Golyamata Gramada, donde la naturaleza se mantiene prácticamente intacta. La zona, un laboratorio natural que alberga más de 1300 especies de plantas, incluidas especies raras y endémicas de Bulgaria, representa uno de los ecosistemas de montaña más valiosos de los Balcanes.
LOS ÁRBOLES DE LA PRINCESA KALINA
El espacio protegido también es un refugio importante para la fauna, donde habitan zorros, jabalíes o ciervos. Águilas y halcones surcan los cielos, mientras que el lobo y el oso pardo se esconden en las zonas más remotas del parque. Pero son los árboles los que más llaman la atención de la hija de los Reyes Simeón y Margarita durante sus paseos por Vitosha: "Tengo más de 5000 fotos de robles, hayas, fresnos, pinos, abedules, álamos…” es la base de un trabajo que estoy haciendo para Explorers Club –prestigiosa institución dedicada a la exploración científica y aventurera con sede de Nueva York– sobre los bosques de Bulgaria. La gran naturaleza salvaje con extensiones infinitas, que me dan muchísima tranquilidad".
UNA MONTAÑA PARA TODAS LAS ESTACIONES
Vitosha ofrece aventuras durante todo el año, en invierno, sus laderas se transforman en el escenario perfecto para practicar esquí, hacer snowboard, deslizarse en trineo o caminar por los senderos nevados, como hace Kalina de Bulgaria y su familia cuando la montaña se cubren de nieve. El principal centro invernal es Aleko, que se encuentra a una altitud de 1800 metros y cuenta con 29 kilómetros de pistas de distintos niveles orientadas al norte, remontes y servicios para disfrutar de los deportes de nieve. Hay otra zona llamada Konyarnika‑Vetrovala, pero no es tan popular.
En la primavera y el verano, la montaña cambia su cara: los bosques y praderas se vuelven verdes y se llenan de vida, los ríos y lagos se tornan cristalinos y las cascadas invitan a ser exploradas. Solo para espeleólogos está reservada Duhlata, la cueva más larga de Bulgaria, cerca del pueblo de Bosnek, con cerca de 18 kilómetros de galerías y varios niveles, túneles, ríos subterráneos, lagos y formaciones kársticas, que se esconde en las entrañas del parque protegido.
LOS MONASTERIOS DEL PARQUE
Tras explorar la naturaleza, el parque revela su riqueza cultural, Vitosha ofrece la posibilidad de descubrir importantes vestigios del patrimonio religioso y cultural de Bulgaria. En los alrededores del parque encontrarás varios monasterios ortodoxos, como el de Dragalevtsi y Kladnitsa. En el barrio de Boyana, se encuentra la famosa iglesia del mismo nombre, reconocida por sus extraordinarios frescos medievales y Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
