Más allá de sus ciudades cosmopolitas. Es una geografía imponente cincelada por el agua, las montañas y el tiempo. Te invitamos a un viaje a través de acantilados vertiginosos como el Congost de Mont-rebei o miradores celestiales como el santuario de Queralt. La recompensa de ambos son las vistas que desfrutarás a tu llegada.
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El Congost Demont-Rebei y las pasarelas de Montfalcó
Este impresionante tajo de 500 metros de profundidad pone la piel de gallina. Sus paredes distan solo 20 metros en algunos puntos y el único camino para recorrerlas es una vieja y estrecha senda excavada en la roca, que arranca en el área de La Masieta. Podemos alargar el paseo por las escalofriantes pasarelas de Montfalcó o recorrerlo en kayak navegando por las aguas del Noguera Ribagorzana. Montsec Activa (montsecactiva.com) o Zenith Aventura (zenithaventura.com) ofrecen esta actividad.
Tavertet es un balcón al pantano
Situado en la comarca de Osona, Tavertet ofrece una de las panorámicas más bellas de Barcelona. Un bosque de boj, roble y encina anima a adentrarse en la carretera que lleva hasta allí, una pequeña localidad (apenas supera los 100 habitantes) que esconde bellas casas de montaña de los siglos XVII y XVIII, calles empedradas y un entorno espectacular, al pie de los riscos escarpados del Collsacabra, que se precipitan hacia el pantano de Sau. Alrededor del pueblo hay varios miradores con preciosas vistas al pantano, al Montseny y a las Guilleries: el mirador del Silenci, el de Vilanova de Sau y el mirador del Morro de l’Abella. Cada uno con vistas diferentes.
En bici por el Maresme
Reconocido con el sello de Cicloturismo en Cataluña, el Maresme invita a emprender rutas en bicicleta, entre el mar y la montaña, con vistas al Mediterráneo. Existen itinerarios señalizados de distintos niveles, para BTT o sencillas rutas de ocio pensadas para hacer en familia. La conocida como ‘El Eje de la Costa’ enlaza, a lo largo de 52 kilómetros, los paseos marítimos de distintas localidades costeras de la comarca, como Canet de Mar, Pineda de Mar, Calella o Santa Susana. En estas dos últimas encontrarás tanto alojamientos como servicios especializados para ciclistas.
La montaña mágica de Montserrat
Montserrat se erige, con sus impresionantes pináculos de piedra, entre las comarcas del Bages, Anoia y el Baix Llobregat, atrayendo a miles de visitantes cada año. Los hay que se acercan a ella para conocer su basílica, un importante centro de devoción mariana que alberga a la conocida talla de ‘La Moreneta’; otros lo hacen atraídos por la naturaleza y las vistas espectaculares que se disfrutan desde los llamados Siete Balcones: Abrera, Castellví de Rosanes, Balcón de Collbató, de Esparreguera, Martorell, Balcón de Olesa de Montserrat y Sant Esteve Sesrovires.
Rutar del Cister por el GR 175
Caminar por el GR175 no solo es un plan saludable, también nos permite visitar algunos de los conjuntos cistercienses más notables de Europa: los monasterios de Poblet y Santes Creus, junto al femenino de Vallbona de les Monges. El recorrido circular tiene 105 kilómetros y atraviesa paisajes de granjas y viñas perfectos para el otoño, está señalizado y es apto para cualquier senderista. Si lo prefieres, puedes hacerlo en bici e incluso a caballo.
Mirador de La Figuerasassa
Nos dirigimos a la comarca del Berguedà para conocer uno de los balcones más impresionantes de Cataluña (con unas vistas que invitan a explorar). Situado a 1.500 metros de altitud, en plena sierra de Queralt, el mirador de la Figuerassa ofrece una panorámica de altura del embalse de Baells, el santuario de Queralt, la localidad de Berga o las montañas de Montserrat y Puigllançada. Puedes acceder en coche por una pista forestal, en bicicleta o caminando por varias rutas de senderismo que parten desde Berga. El mirador no es uno, sino dos plataformas circulares desde las que se disfruta de perspectivas diferentes. ¿La mejor hora para asomarse? Al amanecer o el atardecer, cuando la luz crea una atmósfera que es pura magia.
Explorar el hayedo de la Grevolosa
Las monumentales y centenarias hayas de esta joya natural en la comarca de Osona, al norte de Barcelona, son el escenario perfecto para una excursión en familia. Durante el otoño despliega un mosaico de ocres y dorados y el silencio del bosque se mezcla con el crujir de las hojas. Una ruta circular –unos 6 kilómetros bien señalizados– pasa por la ermita de Sant Nazari ascendiendo entre hayas y miradores con vistas a los Pirineos.
Con espíritu de altura en el santuario de Queralt
En la sierra de Queralt, a 1.200 metros de altura, está el que muchos llaman ‘El balcón de Cataluña’, el santuario y lugar de peregrinación en el que se venera a la Mare de Déude Queralt, una talla de madera policromada de 53 centímetros que representa a la Virgen sentada en un taburete. La iglesia, la cueva donde un pastor encontró la imagen, un restaurante y la estación de funicular forman el conjunto, al que puedes acceder en coche de manera cómoda o hacerlo a pie desde Berga. Arriba se disfruta de una una perspectiva privilegiada, con la ciudad de Berga a tus pies, en la lejanía el río Llobregat y, al fondo, las montañas pirenaicas.
Surca en kayak las aguas del pantano de Sau
El plan principal podría ser navegar en kayak, porque este pantano, a una hora de Barcelona, es el lugar ideal para unos días entregados a los deportes acuáticos, pero también para otros, como conocer preciosos pueblos anclados en el medievo o templos románicos. Mientras navegas –el Club Nàutic Vic-Sau (vicsau.com) ofrece rutas en kayak o canoa– encontrarás una sorpresa: palear a un palmo del campanario de la iglesia románica de Sant Romà de Sau, oculta bajo las aguas.
