Hay lugares que no se visitan: se experimentan. Es lo que ocurre con la Suite Impériale del histórico hotel Le Bristol Paris, un santuario de 320 metros cuadrados que adoran a las celebridades y tiene vistas de lujo a la Torre Eiffel . Alojarse una noche en ella cuesta la friolera de 45.000 euros, y de ahí para arriba, lo que la convierte en una de las más caras del mundo, pero el precio es lo de menos, lo importante es lo que encierra este espacio que redefine el concepto del lujo.
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Ubicada en la planta noble del edificio de la rue du Faubourg Saint-Honoré, cruzar su puerta de oro macizo lleva a otra dimensión. Podríamos decir que es como un palacio dentro del palacio. En ella se respira herencia aristocrática ya la vez se disfruta del arte contemporáneo. Los amplios salones adornados con chimeneas originales del siglo XVIII, la biblioteca revestida en roble francés o el comedor inspirado en las residencias aristocráticas europeas de antaño conviven con una serie de obras originales del artista estadounidense George Condo, convirtiendo la estancia en una galería privada íntima y vibrante.
“La Suite Impériale no es simplemente un alojamiento, es un manifiesto del lujo contemporáneo”, dice Luca Allegri, director general del hotel. Después de una renovación meticulosa, que coincide con el centenario del hotel, el resultado no puede ser más elevado: “Queríamos crear un espacio que no existe en ningún otro lugar del mundo, un entorno en el que arte, artesanía y hospitalidad se fundieran en una experiencia irrepetible”. Y añade que la coincidencia con la celebración de los 100 años “es un homenaje a nuestro pasado y una declaración de intenciones sobre el futuro del lujo ”.
“Nuestros huéspedes no quieren únicamente lujo; buscan autenticidad, conexión y momentos irrepetibles”, señala Allegri, director del hotel Le Bristol Paris
Los privilegios de los que disfrutan los adinerados huéspedes de la exclusiva suite va más allá de su diseño. Un mayordomo personal atiende sus necesidades o caprichos las 24 horas del día, también pueden contar con su propio chef privado, recibir tratamientos del spa La Prairie sin salir de la habitación o acceder a experiencias culturales y gastronómicas creadas a medida. “Nuestros huéspedes no quieren únicamente lujo; buscan autenticidad, conexión y momentos irrepetibles”, señala Allegri.
Dubái, Maldivas o Nueva York albergan también suites con tarifas superiores a los 20.000 € por noche, pero ninguna aúna esa combinación de ubicación, legado histórico centenario y arte contemporáneo como la Impériale de este hotel que es emblema del art de vivre francés.
Entre el selecto grupo de alojamientos que lideran la hotelería mundial por exclusividad, diseño, dimensiones y precio también encontramos representantes españoles, comenzando por la icónica Royal Suite del Four Seasons Hotel Madrid, que ocupa la que fue sala de Juntas y despacho del presidente del desaparecido Banco Español de Crédito. Situada en la planta noble del complejo de Canalejas, ofrece en sus 431 metros cuadrados biblioteca, gimnasio privado, cocina independiente y vistas panorámicas al centro de Madrid. Y lo que interesa: el precio de entrar en ella parte de los 28.000 € por noche.
Sin salir de Madrid, la Royal Anglada House, en la planta más alta del hotel Rosewood Villa Magna, con más de 400 metros cuadrados y terraza de otros 150 tiene una tarifa de unos 25.000 euros por noche. A cambio, no le falta de nada: desde servicio de mayordomía a disponibilidad de un BMW y una scooter eléctrica para desplazarse por la ciudad hasta la experiencia más exclusiva en los p artidos del estadio Santiago Bernabéu.
En el sur, la Villa del Mar del Marbella Club Hotel Golf Resort & Spa es una auténtica joya que dispone de 2000 metros cuadrados en primera línea de playa, con seis dormitorios, nueve baños, jardines privados, piscina infinita y acceso directo al mar. Su precio supera los 150.000 € por semana, lo que equivale a entre 21.000 y 25.000 € por noche, consolidándola como una de las residencias hoteleras más deseadas (y prohibitivas) de nuestro país.
