El rey Felipe visita Aranjuez y tú también puedes descubrir esta localidad a 50 minutos de Madrid que mezcla patrimonio y naturaleza
Ya es posible visitar la Casa del Labrador, un encantador palacete que hoy inaugura el monarca y que invita a continuar conociendo el Real Sitio de Aranjuez, una escapada perfecta para otoño, a menos de una hora de la capital
El otoño hace aún más bella la villa de Aranjuez. Es el momento perfecto para una escapada que invita a pasear por este Real Sitio declarado Patrimonio de la Humanidad, que hoy visita el rey Felipe VI para inaugurar la llamada Casa del Labrador, que ahora abre sus puertas al público tras haber concluido las obras de rehabilitación.
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Después, podrás visitar el palacio, recorrer sus magníficos jardines -unos inspirados en el Renacimiento italiano y otros de corte francés- o hacer una ruta en kayak, por las calmadas aguas del Tajo. ¿Imaginas cómo se sentían los reyes cuando navegaban en lujosas falúas por el río? Pues será algo parecido. En una escapada de fin de semana cerca de Madrid podrás descubrir el que era su lugar de recreo favorito de la monarquía.
La Casa del Labrador, situada en los jardines del Príncipe en Aranjuez, es una joya arquitectónica del siglo XVIII que refleja la elegancia y el esplendor de la monarquía española. Recientemente restaurada, por fin abre sus puertas tras la inauguración oficial que ha contado con la presencia de Felipe VI. Concebido inicialmente como un pabellón de descanso para Carlos IV, pronto se transformó en un lujoso palacete lleno de arte y refinamiento. Su nombre humilde contrasta con la riqueza de sus interiores, símbolo de la unión entre naturaleza, belleza y sofisticación. Podrás visitarla a partir del 9 de octubre.
EL PALACIO REAL
Lo primero en Aranjuez es visitar el Palacio Real, una maravilla monumental iniciada en tiempos de Felipe II, siguiendo los deseos de su padre Carlos V, muy en la línea del clasicismo que tanto gustaba a los Austrias. No llegó a levantar más de la mitad, pero su proyecto fue continuado por los sucesivos monarcas hasta Carlos III, a quien debemos esa característica forma de U que se aprecia nada más situarte frente a su fachada. La visita al interior asombra por el magnífico estado de conservación de las diferentes estancias, una amalgama de estilos en función de quienes lo habitaron y del gusto de cada época.
Sorprenden el salón del Trono, el del Baile, los dormitorios pero, sobre todo, el llamado gabinete Árabe o “de fumar” (en la imagen), instalado a mediados del siglo XIX. Su autor fue el restaurador de la Alhambra Rafael Contreras, quien quiso emular la genialidad del palacio nazarí. ¡Y vaya si lo consiguió! Realizado en yeso policromado, repleto de arabescos y mocárabes, en su interior es fácil trasladarse mentalmente a Granada.
Dos salas más que no hay que pasar por alto. Por un lado el gabinete de Porcelana, el primer gran encargo que recibe la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro, realizado en el siglo XVIII a la moda rococó se ornamenta con placas de porcelana esmaltadas y fijadas a las paredes y espejos por todas partes. La segunda es una de las favoritas de los visitantes, la sala donde se conservan los vestidos de novia de doña Sofía y la reina Letizia o los de las infantas Elena y Cristina.
Una vez en el exterior, toca recorrer esos espacios en los que Felipe II, gran amante de la naturaleza, puso especial empeño: los jardines. Lo mejor será comenzar por los más cercanos, el del Parterre y el de la Isla. Limitados en uno de sus lados por un meandro del Tajo, solo el paseo por ellos justifica de sobra la escapada.
Un vergel de inmensos árboles centenarios, con troncos imposibles de abrazar, que continúan dando sombra después de más de 200 años, a los que se suman árboles singulares y un buen puñado de fuentes en las que dioses y héroes mitológicos se refrescan: Hércules, Venus, Neptuno, Baco… No olvides buscar la del Niño de la Espina, es una de las más bellas y emblemáticas de estos jardines.
Un poco más allá, siguiendo el curso del río, se encuentra el Jardín del Príncipe, delimitado por un ondulante Tajo que, con sus 150 hectáreas, es uno de los mayores de Europa. También aquí los árboles son majestuosos, desde castaños de indias a tilos, cipreses o plátanos y muchas otras especies entre las que perderse caminando y desconectar. El rincón más bonito –y romántico– está en el estanque de los Chinescos, con su pequeño templo neogriego y el pabellón chinesco reflejados en sus aguas. Si aún quedan ganas para una última visita, aquí se encuentra el Museo de Falúas, esas elegantes barcas que utilizaban los monarcas para navegar por el Tajo disfrutando de paseos musicales.
No hay que dejar Aranjuez sin antes emular a los reyes por el río. En el embarcadero situado justo frente al jardín del Príncipe está el Curiosity, el barco que ofrece paseos turísticos por el entorno del palacio. Si buscas algo más animado también se alquilan kayak o tablas de paddel surf para navegar y, de paso, refrescarte (piraguismoaranjuez.com). El baño está prohibido, sí, pero a ver quien asegura que no se va a caer de la tabla y acabar en las aguas del regio Tajo.
Aranjuez está a 49 kilómetros de Madrid por carretera. Mucho más divertido es llegar en el Tren de la Fresa (trendelafresa.es) que durante los fines de semana realiza un trayecto teatralizado, con degustación de fresas incluida, que parte de la estación de Delicias hasta el Real Sitio en un tren con vagones de madera rememorando el recorrido del primer ferrocarril en 1851. A partir del sábado, 4 de octubre, da comienzo su recorrido para la temporada de otoño.
real cortijo san isidro
OTRAS ACTIVIDADES
Los muy atrevidos pueden contemplar Aranjuez a vista de pájaro con los vuelos en globo de The Balloon Company (theballooncompany.es). Y los amantes del vino completar la escapada con una cata en la cercana Bodega del Real Cortijo (realcortijo.com), mandada construir por Carlos III.
La huerta de Aranjuez, con sus afamados fresones y espárragos, es la protagonista en los fogones de Casa José (casajose.es), donde se cocinan con mimo los productos que los hortelanos cuidaron hasta su maduración perfecta. Como también en Carême (caremejesusdelcerro.com), con vistas al jardín del Parterre. Para vistas al jardín del Príncipe, El Corral de la Abuela (elcorraldelaabuela.es), sus croquetas son un 10 y los asados no se quedan atrás.
Y PARA DORMIR
Para alargar la escapada, el NH Collection Palacio de Aranjuez (nh-hotels.com), situado en el que fuera antiguo palacio-residencia de Manuel Godoy. Los viernes del mes de junio organiza su ‘Cena bajo las estrellas’ con un delicioso menú en tres pasos.