La Barceloneta: claves para descubrir el barrio marinero de Barcelona


Costero y con alma marinera, este barrio destaca por su vida auténtica, el arte urbano, una pasión desbordante por el 'paddle surf', el buen comer y el mar. Nos vamos a recorrerlo de punta a punta.


Playa de La Barceloneta en Barcelona© boule1301 - stock.adobe.com
Por: Anna Torrens
21 de agosto de 2025 - 7:30 CEST

La Barceloneta huele a mar y sabe a tradición. Fundado en el siglo XVIII sobre terrenos ganados al Mediterráneo, fue diseñado por el ingeniero militar Juan Martín Cermeño para reubicar a los vecinos desalojados del barrio de La Ribera tras la construcción de la Ciudadela. Sus calles rectilíneas y estrechas, pensadas para optimizar espacio y ventilación, conservan aún el trazado original, invitando a recorrer sus rincones y descubrir fachadas que cuentan historias de su pasado marinero.

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© © Bea Caballero

Hoy en día, La Barceloneta es sinónimo de playa, tapas y vida de barrio. Desde el paseo marítimo hasta sus calles interiores, el aire fresco del mar se mezcla con el aroma a arroces y mariscos y la influencia internacional que le da un aire cosmopolita. Este lugar acoge tanto a los vecinos de siempre como a los visitantes, ofreciendo propuestas gastronómicas, artísticas y deportivas que mantienen viva su esencia.

© © Aerial Film Studio - stock.adobe
Vista aérea de La Barceloneta.

BIENESTAR JUNTO AL MAR

El barrio late al ritmo del deporte y el mar. Desde un baño matutino hasta una tarde de paddle surf, La Barceloneta es el lugar donde la actividad física se funde con la naturaleza. Lo saben bien en el Club Natació Atlètic-Barceloneta (Pg. Marítim, s/n), donde el cuerpo se pone en forma gracias a unas instalaciones de primer nivel. A pocos pasos, el ambiente festivo de Bastian Beach Barcelona (Pg. Mare Nostrum, 14) suma ritmo y buen rollo a cualquier día frente al mar.

Al lado se encuentra Sea You, una escuela de surf que combina surfskate, yoga en la arena y salidas en paddle surf al amanecer, con un firme compromiso con el entorno. Muy cerca, Manihi Surf School (Meer, 47-49) ofrece clases para todas las edades y experiencias únicas como el paddle bajo la luna llena. También en la zona, Moana Paddle Surf & Beach Activities (Felicia Fuster i Viladecans, 41) propone planes que arrancan el día con buen pie: paddle con desayuno incluido o sesiones de SUP yoga para reconectar cuerpo y mente.

Deporte acuático con SEA YOU.
© © Maxim Morales - stock.adobe.com
La playa de La Barceloneta.

La oferta continúa con Moloka’i SUP Center (Meer, 39), que lleva años transmitiendo su pasión por el surf a través de clases y entrenamientos funcionales. Y si buscas variedad, DGP Barceloneta Paddle Surf (Plaça del Mar, s/n) lo tiene todo: paddle, surf, skate, alquiler de material, formación y más de una década de experiencia sobre el agua. Porque en La Barceloneta no solo se toma el sol, se rema, se salta, se surfea y se disfruta.

© © Maxim Morales - stock.adobe.com
El paseo marítimo de La Barceloneta.

ARTE EN EL AIRE

Esta zona de la ciudad es también un museo al aire libre. En el Passeig Marítim, se encuentra L’Estel Ferit (La estrella herida), una escultura de Rebecca Horn que evoca el pasado marinero del barrio. La fuente de Carmen Amaya en la Plaça de Brugada recuerda a la bailaora flamenca nacida en el Somorrostro, mientras que el Monumento de Homenaje a la Natación de Alfredo Lanz, ubicado frente a la playa de Sant Sebastià, honra la relación del barrio con el deporte acuático. Y, en el límite con el Puerto Olímpico, el dorado Pez, de Frank Gehry, en el Hotel Arts refleja la influencia del mar en el paisaje urbano.

© © ksl - stock.adobe.com
La escultura 'La estrella herida', de Rebecca Horn.
© © joan_bautista - stock.adobe.com
La calles del barrio.

LOS 5 IMPRESCINDIBLES

Mercado de La Barceloneta

Inaugurado en 1884, es un lugar lleno de vida donde los productos frescos y locales son los verdaderos protagonistas. Con una veintena de paradas que ofrecen desde mariscos recién traídos de la lonja hasta frutas y verduras de proximidad, es un espacio que conserva el alma del barrio y su vínculo con el mar. Pl. del Poeta Boscà, 1.

Playa de La Barceloneta

© © DISE

Es una de las más antiguas y emblemáticas de Barcelona, con casi medio kilómetro de arena dorada. A lo largo del siglo XX, ha sido testigo de las transformaciones de la ciudad, convirtiéndose en un referente tanto para locales como para turistas. Su paseo marítimo es el lugar perfecto para disfrutar de las vistas. P. Marítim de la Barceloneta, s/n.

La Cova Fumada

© © Jordi Mas

Desde 1944, se ha ganado un lugar destacado en el barrio gracias a su bomba: una tapa de patata rellena de carne con salsa picante que muchos han intentado imitar después. Este local ha visto pasar generaciones que siguen viniendo por su ambiente familiar y su cocina sin artificios. Un pedazo vivo de la historia gastronómica barcelonesa.Del Baluard, 56.

Museu d’Història de Catalunya

Situado en el histórico edificio de la Aduana, este museo es una ventana a la evolución de la ciudad, desde sus primeros asentamientos hasta la metrópoli moderna que conocemos hoy. Ofrece una fascinante mirada a la historia marítima de Barcelona. Pl. de Pau Vila, 3.

Parque de La Barceloneta

Este espacio abierto conecta el barrio con la Villa Olímpica y se abre al mar al final de su recorrido. Se organiza en tres áreas, destacando un campo de fútbol y el antiguo gasómetro de la fábrica de Catalana de Gas, así como la Torre de las Aguas, diseñada por el arquitecto Josep Domènech i Estapà y construida en 1905. Oriol Bohigas, 15 - 21.

SABORES DEL MAR

Arroz de Maná 75.
Brindis con vistas al mar en el restaurante Ca la Nuri.

La gastronomía del barrio se basa en el producto del mar, combinando locales de siempre con bares y arrocerías. La Mar Salada (Pg. Joan de Borbó, 58-59) destaca por su cocina marinera de temporada, mientras que Maná 75º (Pg. Joan de Borbó, 101) propone una experiencia completa en un espacio amplio y luminoso. En el Passeig Marítim, Familia Nuri domina el terreno con propuestas como Ca la Nuri o Xiroi, que, además de paellas espectaculares, también apuestan por iniciativas como su arroz solidario en apoyo al Hospital Sant Joan de Déu, apadrinado por Llucià Ferrer. Entre los hoteles del barrio, el W Barcelona (Plaça Rosa Del Vents, 1) concentra todas las miradas. Su propuesta gastro incluye el beach club Salt; Fire, especializado en brasa y Noxe, un ‘japo’ con vistas panorámicas.

Restaurante Fire.
© © Maxim Morales - stock.adobe.com
Restaurante La Torre de Alta Mar.
Terraza Wet Deck del Hotel W Barcelona.

La Barceloneta también innova con propuestas más personales. El Forat, del chef Michael Pérez (Salamanca, 23), donde confirma su lugar entre los cocineros más brillantes de la ciudad. La escena internacional gana fuerza con locales como La Carioca (Pça. de Pau Vila, 1), que te traslada a Brasil sin salir del barrio. Para algo más informal, Entrepaneria Compá (Sant Carles, 19), apuesta por bocadillos potentes y sabrosos; y la recién llegada Focacceria Balmesina (Maquinista, 13B) completa la ruta con focaccias artesanas y vinos naturales en el corazón del barrio.

Celebraciones frente al mar en el restaurante Xiroi.

TOP BARRAS

EL VASO DE ORO, la barra más viva

Referente absoluto de La Barceloneta, aquí se viene a comer de pie, a centímetros de una barra donde las cañas se tiran con maestría. El filete con foie es su gran reclamo, aunque los mariscos, bravas y ensaladillas no se quedan atrás. El ambiente desprende la energía de taberna clásica y sabor marinero. Aquí todo huele a cocina auténtica y memoria de barrio. Aquel que se sienta ya no se quiere ir. El servicio es ágil, el bullicio constante y la experiencia, inolvidable. Balboa, 6.

BAR BODEGA ELECTRICITAT, vermut con historia

Esta bodega centenaria nació para llevar electricidad a La Barceloneta, pero hoy conecta a los vecinos con vermuts caseros y tapas locales. Su ensaladilla con cangrejo y huevo es una institución, y la bomba picante no se queda atrás. En la barra de mármol de la bodega se comparten tortillas, croquetas y embutidos entre risas y ruido de fondo. Ir un fin de semana implica esperar, pero también formar parte de una fiesta popular que no falla. Sant Carles, 15.

BAR LEO, rumba y alma de barrio 

El Bar Leo es más que un local, es todo un símbolo. Aquí suena Bambino, la dueña reparte sonrisas y el vermut corre alegre entre tapas con acento del sur. Rabas, bravas, croquetas o bombas conviven con una clientela fiel que viene a brindar, conversar y recordar que cada día merece celebrarse. Nada está ensayado: hay alma, hay gente, hay Barceloneta. Si entras una vez, repites. Porque aquí no se viene solo a beber, se viene a pertenecer. La Leo y su energía son únicas. Sant Carles, 34.

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