Nos habían hablado de este cinco estrellas de la cadena mallorquina en la costa gaditana como un lugar especial. Lo que no esperábamos es que, al llegar, sentiríamos que el hotel y su entorno forman parte de algo más grande: una conexión real con el paisaje, la cocina, el mar y, sobre todo, el respeto por la naturaleza.
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En Sancti Petri, dentro del término municipal de Chiclana de la Frontera, este hotel de cinco estrellas se levanta literalmente a orillas del mar, en una de las zonas más tranquilas de la playa de La Barrosa, uno de los arenales más espectaculares del sur de Europa. Con bandera azul y certificado de ecoplaya, esta franja de arena infinita refuerza la apuesta de Iberostar Beachfront Resorts por el turismo sostenible. Y eso se nota al instante: el diseño del hotel, su política sin plásticos de un solo uso y la integración total con el entorno hacen que la experiencia sea tan relajante como responsable.
Antes incluso de hacer el check-in, lo primero que nos sorprendió es el silencio. A pesar de tratarse de un complejo amplio, se respira calma. Una sensación que se extiende a sus habitaciones, luminosas, de líneas mediterráneas, con vistas a los jardines interiores o directamente al Atlántico. Y a sus zonas exteriores, con tres piscinas climatizadas que invitan a tomar posiciones y olvidarse de mirar el reloj.
Como queríamos desconectar más a fondo, hemos probado también el SPA Sensations, primero sus tratamientos de agua: chorros, hidromasajes y ducha de sensaciones, luego su baño de vapor y sauna, y para finalizar, nos hemos puesto en las expertas manos de profesionales para recibir el masaje Lomi Lomi Nui, originario de Hawai, que nos ha dejado el cuerpo y la mente en punto muerto.
Si algo nos conquistó de verdad, fue su propuesta gastronómica. Todo empieza en Cataria, un restaurante que desde su apertura ha contado con la asesoría del chef Aitor Arregi, alma mater del restaurante Elkano (una estrella Michelin en Getaria y considerado uno de los mejores del mundo). Aquí no hay florituras: el protagonista absoluto es el producto local cocinado a la brasa, con una técnica precisa y un respeto absoluto por el origen.
Se cumplen 10 años de la alianza del chef con los hoteles de Iberostar Beachfront Resorts bajo el concepto 'Paisaje Culinario', que se traduce en propuestas gastronómicas que son un reflejo del entorno. Para entenderlo, probamos su menú de 12 pases que recorre la biodiversidad marina de la bahía de Cádiz –desde pescados menos conocidos hasta joyas como el atún de almadraba– y entendimos por qué esta cocina es más paisaje que receta.
Otra de las novedades por el décimo aniversario es la cerveza de edición limitada que han creado: Basqueland, como guiño a esa fusión entre el norte y el sur que define al restaurante: tradición vasca con alma andaluza.
Y si Cataria es el lado más introspectivo y elegante de la cocina del hotel, su versión más informal, pero igual de cuidada se llama Sea Soul by Cataria: un beach club gourmet situado literalmente sobre la arena, con una carta que reinterpreta grandes clásicos gaditanos. Nosotros caímos rendidos ante sus tortillitas de camarones, el pulpo asado con cremoso de patata, el choco en su tinta y unas almejas a la marinera que todavía recordamos. Todo servido en un espacio que huele a sal, madera y verano.
El hotel también cuenta con acceso al club de golf de Novo Sancti Petri, una obra diseñada por Severiano Ballesteros, que se integra en el entorno natural sin artificios, como todo en este lugar. Aquí el lujo no es ostentoso: es paz, es sabor, es dormir con las ventanas abiertas oyendo el mar.
Si buscas un lugar en el que reconectar contigo, con la naturaleza y con la gastronomía local, este rincón de Cádiz lo tiene todo. Hemos estado allí y podemos decirlo con certeza: volveríamos con los ojos cerrados.