Federico y Mary de Dinamarca en el palacio de Grasten, su residencia de verano en Dinamarca© Ritzau Scanpix/AFP via Getty Ima

VACACIONES REALES

Este es el refugio de verano de Federico y Mary de Dinamarca: entorno tranquilo y poco conocido

Como manda la tradición, los monarcas daneses cambiarán de aires en unos días y se trasladarán al sur de la península de Jutlandia para pasar una temporada en su histórica residencia estival. Te descubrimos dónde está, porque es una escapada perfecta para pasar un verano como reyes.


1 de julio de 2025 - 7:30 CEST

Cada verano, la pequeña localidad danesa de Gråsten, a unas tres horas en coche de Copenhague y a orillas del fiordo de Flensburg, se convierte en el destino favorito de los reyes de Dinamarca, en cuyo palacio Federico y Mary pasaron el año pasado su último verano junto a su familia, el primero como reyes. Este año repetirán junto a la reina Margarita, siguiendo una tradición que comenzó en 1935, cuando Federico IX e Ingrid —entonces príncipes herederos— lo recibieron como regalo de boda.

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Federico y Mary de Dinamarca recibidos en Grasten, la localidad donde está su residencia de verano en Dinamarca© Getty Images

La llegada de los soberanos revoluciona la vida del municipio durante el mes de julio. La plaza central se llena de aplausos, la Guardia Real desfila por sus calles y los vecinos se acercan a la familia real para entregarle ramos de flores. Es una tradición sencilla pero solemne, que muestra la cara más próxima y accesible de los monarcas.

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Gran parte de la atención en Gråsten la acapara el palacio, que poco tiene que ver con aquel pequeño pabellón de caza que se construyó en el mismo lugar en el siglo XVI. Su historia está marcada por múltiples incendios y reconstrucciones. Tras el ocurrido en 1603, se levantó uno nuevo en estilo barroco, y más tarde en estilo rococó, al que se añadiría una ampliación neoclásica, completando el edificio que vemos hoy, convertido en residencia real en el siglo XX. Del conjunto, sobresale el cuerpo central y la capilla barroca, que aún se utiliza para servicios religiosos en danés y alemán –testimonio de la historia fronteriza de esta zona del país– y celebraciones de la familia real.

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Por los jardines palaciegos se puede pasear entre rosaledas, setos perfectos, esculturas florales y junto al lago Slotssø

Durante su estancia, los reyes habitan el palacio, que permanece cerrado al público. Sin embargo, los jardines palaciegos, auténticas joyas de la jardinería danesa, abren en días señalados y se puede pasear por sus senderos entre setos perfectos, rosaledas y esculturas florales y ver el reflejo de las torres del palacio y la capilla en el tranquilo lago Slotssø, que rodea la finca.

A pocos metros del palacio, el pequeño núcleo urbano cobra vida en verano con terrazas donde las pastelerías sirven las tartas tradicionales danesas acompañadas de un excelente café. Es habitual ver a los lugareños y turistas compartiendo mesa, en un espíritu hospitalario que hace sentir a cualquiera como en casa. No son los únicos lugares, también están los mercados artesanales que se celebran durante la temporada estival –donde se pueden comprar desde cerámicas hasta mermeladas caseras—, los conciertos o los festivales de la manzana, tan arraigados en esta región.

Para la estancia en Gråsten, a cinco minutos en coche de la residencia real de verano, pero en un entorno natural, el Sivgaarden Boutique Hotel (sivgaarden.dk) tiene vistas panorámicas al fiordo de Flensburg. En el centro, el Det Gamle Rådhus (graastenraadhus.dk) –antiguo ayuntamiento reconvertido en hotel– resulta una opción perfecta si se busca cercanía a los cafés y comercios locales, con habitaciones decoradas al estilo tradicional. También abundan los apartamentos vacacionales cerca del lago Slotssø, ideales para quienes deseen moverse en bicicleta o disfrutar del paisaje con total libertad.

La gastronomía de Gråsten es otro de sus tesoros. Restaurantes como Den Gamle Kro (1747.dk) apuestan por la cocina danesa clásica con productos frescos de la zona, mientras Anker’s Restaurant (ankers.restaurant) combina tradición e innovación con platos internacionales reinterpretados. Para una pausa dulce, el café CaFéodora (cafeodora.dk) es perfecto, pues además de probar pasteles típicos, desde su terraza se toma el pulso al ambiente local.

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EN EL ENTORNO

Además de explorar el propio Gråsten, merece la pena dedicar unos días a descubrir los alrededores. Muy cerca se encuentra la isla de Als, con calas tranquilas, pueblos pesqueros y rutas para caminar junto al mar. Otra excursión imprescindible es la ciudad de Sønderborg, con su castillo frente al fiordo, museos, un animado puerto y un casco histórico donde se percibe la convivencia de herencia danesa y alemana. Para los amantes de la naturaleza y el senderismo, la Ruta de la Gendarmería (Gendarmstien) ofrece un recorrido inolvidable de casi 84 kilómetros entre bosques, bahías, acantilados y pequeños pueblos costeros, siguiendo el antiguo trazado de los guardias fronterizos. También en la zona, espacios naturales como Gråstenskovene permiten caminar entre robles centenarios respirando el sosiego típico del verano danés.

CÓMO LLEGAR A GRASTEN

Desde Copenhague hay trenes con conexión en la ciudad de Fredericia que, en menos de cuatro horas, permiten alcanzar la localidad. Desde España, la mejor opción es aterrizar en Hamburgo (Alemania) y continuar en tren o vehículo de alquiler, ya que la distancia desde el aeropuerto alemán es de apenas 160 kilómetros. El transporte público en la zona es eficiente, pero si buscan flexibilidad para visitar lugares como la isla de Als o recorrer la costa del fiordo de Flensburg, el coche resulta muy recomendable.

Haz click para ver el especial sobre Federico X, rey de Dinamarca. Su ascenso al trono se produjo tras la abdicación por sorpresa de su madre, la reina Margarita. Lleva casado más de dos décadas con la australiana Mary Donaldson, con la que tiene cuatro hijos: Christian, Isabella y los mellizos Vincent y Josephine. ¡No te pierdas su historia y dale al play!

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