Joyas escondidas de Europa del Este para descubrir en 2024

ALBANIA

Buscar una foto de las playas albanesas y confundirlas con el Caribe es fácil, pues su costa de aguas cristalinas es un paraíso natural: Ksamil, Kakome, Kroreza, Gjipe… No parece Europa, sino más bien un paisaje de República Dominicana. Pero es que, además, este país es todavía un diamante en bruto, inexplorado por el turismo de masas que se puede recorrer a un precio más que razonable.

No te puedes perder:

• Tirana, la capital, que fusiona grandes dosis de estética comunista con un movimiento vanguardista que está dando mucho de qué hablar.
• La Riviera albanesa.
• El pueblo de Kurja, rodeado de montañas, donde empaparse de pasado otomano.
• Los Alpes albaneses.
• Girokastra, la perla del valle del Drina.
• Berat, la ciudad de las más de mil ventanas, en la lista de la Unesco.

BOSNIA Y HERZEGOVINA

En una lista de joyas desconocidas de Europa del Este, no podía faltar este país que transporta a otro tiempo. Sarajevo, la capital, es la ciudad de los contrastes donde se mezclan las tradiciones turcas con edificios de corte austrohúngaro. Si en Pocitelj o la ciudad de Mostar se hace un viaje al pasado, el Parque Natural de Una es el mejor escaparate de sus maravillas naturales.

No te puedes perder:

• Cruzar el famoso Puente Viejo de Mostar, Patrimonio de la Humanidad.
• Pasear por las calles empedradas del pueblo de Pocitelj, a orillas del Neretva.
• Acercarte a las cascadas de Kravice, que alcanzan los 25 metros de altura.
• El manantial de Buna, de los más grandes de Europa, y a su orilla, el antiguo monasterio Derviche.
• La región montañosa de Travnik.

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BULGARIA

Monumentos históricos, lagos, ríos, bosques, valles, historia… De Bulgaria suena poco más que Sofía, su capital, y, sin embargo, está llena de atractivos, entre los que se encuentran la ciudad de Plovdiv y el Monasterio de Rila. Además, es el segundo lugar de Europa con más manantiales y es conocida en el mundo entero por su Valle de las Rosas, dedicado al cultivo de rosas medicinales.

No te puedes perder:

• La iglesia de Aleksander Nevski de Sofía.
• La colina Nebet Tepet de Plovdiv, por sus vistas y porque es el origen de esta ciudad llena de restos arqueológicos y mansiones renacentistas.
• Los coloridos frescos del monasterio de Rila, Patrimonio de la Humanidad, y las montañas que lo enmarcan, las más altas de Bulgaria y de los Balcanes.
• Un baño en las playas del Mar Negro, como las de Nesebar y Sozopol
• Melnik, la ciudad del vino.
• La tumba tracia de Kazanlâk, en la lista de la Unesco.

MONTENEGRO

Playa, montaña, monumentos históricos, cultura… Montenegro tiene de todo en un espacio reducido, empezado por la capital, Podgorica, y continuando por el tesoro del país: Kotor, la joya de los Balcanes, que recuerda mucho a Dubrovnik, y, como está, formó parte siglos atrás de la República de Venecia. También cuenta con grandes espacios de paisajes agrestes y naturaleza sin igual cómo el Parque Nacional de Durmitor, todos ellos Patrimonio Mundial de la Unesco.

No te puedes perder:

• El monasterio ortodoxo de Ostrog, importante lugar de peregrinación.
• Lago Skadar, uno de los lagos más grandes de Europa, hábitat de miles de especies avícolas.
• La bella ciudad de Budva, con su casco antiguo protegido por una muralla.
• El pueblo medieval y fortificado de Stevi Stefan.
• La pequeña villa marinera de Perast, una postal idílica del Adriático.

MACEDONIA DEL NORTE

Este pequeño país de los Balcanes, al sudeste de Europa, es uno de los destinos que se suelen pasar por alto. Y no debería. Los que buscan alternativas a los circuitos habituales tienen que empezar a descubrirlo por su capital, Skopje, donde conocer la historia de Alejandro Magno o Teresa de Calcuta, la hija ilustre de la ciudad, y vivir su gran ambiente multicultural. Pero Macedonia del Norte también cuenta con auténticas maravillas de la naturaleza.

No te puedes perder:

• Un crucero por el río Treska que recorre el cañón de Matka. En el trayecto se visitan las cuevas de Vrelo, solo accesibles desde el agua.
• La ciudad de Ohrid, la ‘Jerusalén de los Balcanes’, declarada Patrimonio de la Humanidad.
• El lago Ohrid, en cuyas inmediaciones se encuentra la iglesia ortodoxa de San Juan Kaneo, mirador para sacar la mejor panorámica de la zona.
• La arquitectura otomana de Bitola, la segunda ciudad más grande de Macedonia, y próximo el Parque Nacional de Pelister, con una estación de esquí.
• Yacimiento de Heraclea, de los mejo conservados de Europa.
• Los pueblecitos de la región vinícola de Tikves.

MOLDAVIA

Olvidado para la mayor parte de los turistas que pisan Europa, de hecho es el menos visitado de todo el continente, este país que pertenecía a Rumanía posee mucho bagaje histórico, sobre todo en su capital, Chisináu, una mezcla entre estilos romanos y soviéticos. Además, es de los pocos lugares que cuenta con un territorio proclamado independiente: Transnistria, con una forma de gobierno distinta a la del país. Un lugar interesante para los amantes de la historia.

No te puedes perder:

• Una ruta por las bodegas más importantes del país, como Milestii Mici o Cricova.
• El conjunto arqueológico Orheiul Vechi, con el monasterio de las Cuevas y los baños tártaros.
• La catedral de la Natividad, la iglesia ortodoxa más antigua del país.

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RUMANÍA

A pesar de tener más afluencia de turistas que alguno de los otros países de Europa del Este, Rumanía no sigue siendo una prioridad para la mayor parte de la gente que se adentra en el continente. Cuenta con una cultura riquísima y prueba de ello son algunos monumentos históricos como el Parlamento en Bucarest, las iglesias de madera en Maramures, los de Peles y de Bran o los monasterios pintados de Bucovina. Rodeado de naturaleza, regiones como Transilvania son ejemplo de cómo los montes Cárpatos han impactado en la cultura y gastronomía de la zona.

No te puedes perder:

• El casco antiguo de Sighisoara, la ciudad más bonita de Rumanía.
• El castillo de Peles, que fue residencia de verano para la familia real rumana.
• Y el castillo de Bran, el que inspiró a Bram Stocker a escribir su novela Drácula.
• Recorrer la increíble carretera Transfagarasan, de las más espectaculares del mundo, mientras se admirar los maravillosos paisajes de los Cárpatos.
• Recorrer en barca el Delta del Danubio.
• El centro histórico de Sibiu, en Transilvania.

SERBIA

Es otro de los países rebosantes de historia en Europa del Este y, aunque la mayor parte de la gente lo conoce por episodios bélicos del pasado, tiene mucho que ofrecer. La fortaleza Kalemegdan, en Belgrado, es el perfecto ejemplo de poderío arquitectónico. Pero Serbia también posee monasterios cubiertos de mosaicos o el cañón más largo y profundo de Europa, en la espléndida naturaleza del Parque Nacional de Djerdap.

No te puedes perder:

• La antigua ciudadela, el templo de San Sava, el Mausoleo de Tito, el puerto fluvial de Sava Mala…, todo ello en la capital, Belgrado.
• Los monasterios de Fruska Gora, en el primer parque nacional del país.
• Navegar por el Danubio hacia las llamadas Puertas de Hierro.
• La montaña Zlatibor, centro de los deportes de invierno.
• El curioso pueblo de casas de madera de Drvengrad, delirio del director de cine Emir Kusturica.
• El cañón de Uvac, en el top de los lugares más bellos de la naturaleza de Serbia.
• El yacimiento romano de Viminacium
• La fortaleza de Petrovaradin, el mejor mirador de la joven ciudad de Novi Sad.