En busca de los meones más famosos
Hay que estar realmente atentos porque los 50 centímetros que mide la escultura más famosa de Bruselas -el Manneken Pis- hacen que, salvo por la marabunta de gente que se acumula frente a él, pase realmente desapercibido. Un niño desnudo, orinando desde lo alto de una pileta de una fuente, ubicado a 5 minutos andando de la Grand Place. Su vestuario, compuesto por más de 700 trajes, es la envidia de cualquier fashionista. Y es que, desde el siglo XVII, se los regalan mandatarios de los diferentes países que visitan la ciudad. No es el único meón que los niños pueden descubrir, a unos 8 minutos andando encontramos Zinneke Pis (rue des Chartreux, 35) otro en versión canina, y, más o menos a la misma distancia, Jeanneke Pis, la versión femenina, también esculpida en bronce.