Rutas por el Alentejo para los amantes del buen comer

Respirar el inconfundible aroma de una almazara, catar aceites, participar en la recogida de la aceituna, vendimiar y pisar la uva, conocer el ciclo del arroz, visitar puestos pesqueros o pasear por la dehesa donde se crían cerdos en libertad son algunas de las actividades que ofrecen las rutas enogastronómicas De la tierra a la mesa en esta región portuguesa.

por hola.com
Quinta do Quetzal en Vila de Frades en el Alentejo portugués.

Al sur de Portugal, entre el río Tajo y el Algarve, la región del Alentejo, la más extensa y rural del país, tiene todos los ingredientes para un sabroso viaje. ¿Uno solo? No, ¡cinco!, que son los que proponen estas rutas pensadas para descubrir de primera mano los sabores alentejanos y todo lo que se esconde tras ellos.

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Muchos ya conocen la fama internacional de la gastronomía del Alentejo, con numerosos premios, el último, la estrella Verde y la estrella Michelin otorgada al restaurante Do Esporão de Reguengos de Monsaraz (esporao.com). Lo que no todos saben es lo que hay detrás: el trabajo de las lonjas, las haciendas y bodegas, pero también el de la producción y el de las cocinas alentejanas. Las rutas enogastronómicas De la tierra a la mesa nos ofrecen la oportunidad de empaparnos de la cultura de esta región de una manera inmersiva, educativa y divertida.

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Cinco grandes rutas, subdivididas en 17 itinerarios más pequeños, permiten realizar un sabroso viaje por este territorio a través de los productos locales, descubriendo el ingenio y el arte que los hacen posibles. Por eso, los recorridos incluyen visitas y actividades en los lugares de interés, y recomendaciones para comer, alojarse y disfrutar de los mejores eventos enogastronómicos.

POR EL LITORAL DEL ALENTEJO

Como la región cuenta con un imponente tramo costero, esta ruta se centra en los mejores productos locales del mar, a la vez que se admiran enclaves maravillosos bañados por el océano Atlántico y los ríos Sado y Mira. Las ruinas romanas de Troia, Comporta, el puerto de palafitos de Carrasqueira, la reserva natural de la Albufera de Santo André o el puerto pesquero de Portinho Canal, en Vila Nova de Milfontes, son algunos de ellos.

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Además de probar los mariscos y pescados, los recorridos descubren pastas y sopas de pescado, caldeiradas, guisos de anguila, feijoadas de bígaros o de chocos o arroces con gambas o navajas. En Comporta se puede visitar y hacer una cata de vinos en la bodega de Heredade da Comporta (adega.herdadedacomporta.pt), que cuenta además con un Museo del Arroz y un magnífico restaurante especializado en arroz caldoso servido en cazuela de barro. O en Heredade da Barrosinha (herdadedabarrosinha.pt), en Alcácer do Sal, donde además de bodega tienen un hotel y un restaurante en el que predominan los platos de caza elaborados con productos frescos de la propia hacienda. 

La ruta también ofrece catas de quesos en queserías como Caprino de Odemira, en la que se elaboran quesos de cabra con leche fresca de origen local o curados de vaca con cuatro variedades diferentes y luego se degustan en sus instalaciones, o Queijaria do Mira, en Odemira, que ofree visitas y catas. Otra actividad son las visitas a lagares, como el de Aceite do Parral, que data de 1906, o los talleres de repostería, como los que se realizan en la fábrica Carapinha & Filhas en Torrão (pastelariacarapinha.com), que elabora y vende el bolo real o los famosos pastelitos de queso o queijadas. También es posible conocer el proceso de elaboración de la miel en Apicortes, en Bicos, o de elaboración de los Chocolates Beatriz, en Odemira.

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HACIA EL SUR, ENTRE MÉRTOLA Y ALVITO

Este recorrido atraviesa la parte más meridional del Alentejo interior, ya que transcurre entre Mértola –el pueblo más árabe de Portugal–, Castro Verde, Beja, Vidigueira, Viana do Alentejo y Alvito. Un paisaje tan variado como las experiencias que ofrece, vinculadas todas ellas con la naturaleza y los productos cultivados en el campo.

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De este modo, quienes escojan esta ruta o alguno de sus recorridos podrán degustar los afamados quesos de Serpa, como los de la quesería Vale do Guadiana, en Corte Velha, donde la visita ayuda a comprender el complicado proceso de elaboración de los quesos con denominación de origen y degustar sus magnificos productos. También tiene su hueco el aceite de oliva, como el afamado Oliveira da Serra, del Lagar do Marmelo, en Ferreira do Alentejo (oliveiradaserra.pt). Diseñado por el arquitecto portugués Ricardo Bak Gordon y considerado el máximo exponente de la tecnología al servicio del aceite de oliva con sostenibilidad medioambiental, este lagar pretende convertirse en el mayor olivar del mundo, con más de 10 millones de árboles. 

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Para los amantes de los vinos imprescindibles, los que se obtienen en las viñas de Vidigueira y se producen en bodegas como Ribafreixo Wines (ribafreixo.com), Paulo Laureano Vinus (paulolaureano.com/) o Cortes de Cima (cortesdecima.com). Y en Vila de Frades, Quinta do Quetzal (quintadoquetzal.com), donde además de visitar la bodega hay que comer en su magnífico restaurante, elegido como el mejor del Alentejo dos años consecutivos, en 2017 y 2018. 

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Como extra, una visita a la destilería de aguardiente de madroño de Sónia Cabrita, Cabrita & Filhos, de las más antiguas de la región, que además ofrece la posibilidad de participar en la recogida de madroños, puede rematarse con una degustación. O a la fábrica de embutidos tradicionales Contente & Contente, en Castro Verde, para llevarse a casa morcillas, longanizas y paio de cerdo ibérico y blanco. Incluso conocer el proyecto de cultivo de plantas aromáticas y medicinales de producción biológica de Monte do Pardieiro, en Foros de Vale de Água, o el trabajo que hay detrás de los chocolates Mestre Cacau, que se elaboran en Beja,  y que fusionan lo mejor del chocolate belga con los sabores del Alentejo: la miel de Mértola caramelizada, las trufas de romero de Alqueva... Y no faltan eventos enogastronómicos, como la Feria de la Miel, del Queso y el Pan que tiene lugar en el mes de abril en Mértola o, en marzo, el mes del aceite de oliva de Ferreira do Alentejo.

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POR TIERRAS DE ALQUEVA

En torno al bello escenario que ofrece el embalse de Alqueva se puede ver la unión entre la tradición y la innovación enogastronómica de la zona visitando localidades como Portel, Monsaraz, Mourão, Moura, Noudar y Serpa.

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Estas localidades permiten visitar algunas de las bodegas y de los restaurantes más premiados del Alentejo, como Herdade do Esporão, en Reguengos de Monsaraz (esporao.com). En esta hacienda fundada en 1973 se producen magníficos vinos de la región, también posee una parte de olivar destinada a la producción de aceite de oliva biológico, hay actividades de enoturismo y en su restaurante se puede disfrutar de una de las mejores experiencias enogastronómicas de la región. Desde aquí hay que acercarse a Monsaraz, un precioso pueblo fortificado de aire medieval lleno de pequeños cafés, restaurantes, tiendas de artesanía de productores locales y unas vistas deslumbrantes al gran lago de Alqueva.

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El paso por el resto de localidades de la zona también se puede completar con actividades gastro, como la visita a la Queijaria Almerinda (queijariaalmerinda.pt), especializada en queso de cabra puro, una degustación de aceite de oliva biológico en Risca Grande (riscagrande.com), con toda una explotación basada en la agricultura biológica, o el Museo del Aceite de Moura, donde se homenajea al oro líquido.

¿Quieres dar un paseo en barco por el embalse de Alqueva al atardecer?

EN EL ALENTEJO CENTRAL

Desde Vendas Novas hasta Évora, los recorridos que atraviesan el centro de la región muestran los orígenes de la cocina gourmet alentejana, surgida de aquello de que la dificultad agudiza el ingenio. Esta ruta invita a un viaje a través de los sentidos pudiendo probar las mejores compotas, la exquisita repostería del lugar, arroces perfumados, miel e incluso flores comestibles que dejarán huella en todo aquel que las pruebe.

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En Estremoz, una de las paradas obligadas en esta ruta por el Alentejo central, hay que visitar Heredade das Servas (herdadedasservas.com), un lugar centenario de producción de vinos (con tallas de 1667) perteneciente a una de las familias productoras de vinos más antiguas de la región. Los jardines de la hacienda tienen una fantástica vista de los castillos de Estremoz y Evoramonte, además se puede visitar su bodega, hacer una cata o comer en su restaurante, con menús maridados con sus mejores vinos, muchos de ellos premiados. También en Estremoz, João Portugal Ramos Vinhos (jportugalramos.com) ofrece visitas a la bodega con catas de vinos y aceite y participar en la vendima. En Estremoz puedes aprovechar y hacer un tour privado por esta localidad amurallada y descubrir así todos sus encantos más allá de sus vinos. 

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En Évora, Patrimonio de la Humanidad y punto final a esta ruta, hay que realizar una ruta gastronómica por el casco histórico. Pasear por sus calles de trazado medieval, sentarse a la mesa de alguno de sus mejores restaurantes, como Fialho (restaurantefialho.pt) o Dom Joaquim (Rua dos Penedos, 6), parar a tomar un postre en una de sus mejores pastelerías –Pão de Rala (Rua do Cicioso, 47) es toda una institución en la ciudad–, o a comprar algo en tiendas gourmet, como Divinus Gourmet (divinus.pt). Para no perderse nada en Évora lo mejor es hacer un tour guiado como este, que además es gratuito, y así descubrir toda la ciudad. 

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POR TIERRAS DEL GUADIANA Y EL TAJO

Este itinerario por el norte alentejano pasa por algunos de los puntos de mayor interés de la región, como Marvão, Castelo de Vide o Monforte. Kilómetros y kilómetros para descubrir de primera mano la unión entre el alojamiento turístico y la enogastronomía, que destaca en el norte gracias a los embutidos de São Brás, el café del Centro de Ciencia del Café de Campo Maior y, por supuesto, el vino de las bodegas de la zona. Los más curiosos también podrán participar en talleres de setas y de corcho en Moinho da Cova, en Portagem. 

Aunque las rutas proponen experiencias que se pueden disfrutar a lo largo de todo el año, como visitar bodegas, queserías y otras empresas productoras, hay otro tipo de actividades que, al igual que la gastronomía, son estacionales. Para realizarlas respetando los tiempos, los recorridos enogastronómicos proponen experiencias Al ritmo de las estaciones, dependiendo de la época del año en la que se viaje al Alentejo. Ahora que estamos cerca de estrenar la primavera, los meses de floración son la mejor época para participar en la poda de plantas aromáticas, la siembra del arroz, la preparación y plantación de las huertas y la elaboración de compotas. Y después de la primavera, toca recoger lo sembrado.

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