Cada vez es menos la gente que continúa con la muy satisfactoria costumbre de tomar una siesta durante el día. Esta actividad (que en realidad es una inactividad) se remonta a años muy antiguos y la palabra proviene del vocablo latín ‘sexta’, que hace referencia al medio día, entendiendo que para los antiguos romanos su jornada diurna era de 12 horas.

La idea general de las siestas –que seguramente muchos de nuestros abuelos las llevaban a cabo con mayor regularidad– se trata de descansar a medio día, cuando la temperatura es más alta y lo que se pretende es resguardarse del sofocante rayo de sol. Con el tiempo, las costumbres han ido transformándose ycada persona puede tener su siesta a la hora que más le plazca.

Por qué son buenas las siestas

Interrumpir tu jornada laboral o simplemente parar tu día para el descanso no es bien visto por todo el mundo y, de hecho, es un tema controversial, sin embargo, hay estudios científicos que demuestran que tener estas pausas puede ser benéfico para la salud cerebral y de acuerdo con la University College de Londres tomarlas se asocia con un aumento pequeño, pero importante”, del volumen cerebral, lo que significa menos riesgo de demencia u otras enfermedades.

Así mismo, hay otros análisis que han arrojado que hacer siesta ayuda a mejorar la capacidad de aprendizaje y también al desarrollo de la creatividad, pero como todo, esta costumbre no es para todos y necesitas tener las condiciones ideales para realizarla, ya que no es bueno realizarla en cualquier contexto, por ejemplo, en la oficina, sobre el teclado de la computadora, esto solo resulta peor para el cansancio.

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Lo ideal es hacerlo en un lugar pacífico, aunque muchos dicen que la cama que se usa para el sueño de la noche no es el mejor lugar, sin embargo será mejor que hacerlo sobre la barra de la cocina o perfectamente sentado y sin un apoyo para el cuello. La mejor opción es en tu sillón cómodo, procurando tener poca luz y es muy importante que no dure más de media hora.

Una siesta no debe durar más de 30 minutos por esta razón

Así como podemos hablar de los beneficios de dormir a medio día, también es importante mencionar los puntos en contra. Según investigaciones, las siestas regulares y por largos periodos muchas veces pueden ser signos de demencia temprana en adultos mayores. Un estudio publicado por la asociación de Alzheimer y demencia indicó que existe 40 por ciento más probabilidad de desarrollar alguno de estos padecimientos en adultos mayores que realizan siestas prolongadas todos los días.

Así mismo, esta actividad si se hace de manera muy recurrente puede provocar el desarrollo de hipertensión o las posibilidades de sufrir un derrame cerebral en personas más jóvenes.

Pero para ser justos, esta propensión a enfermedades y padecimientos no se debe solo al hecho de tomar siestas, sino a los motivos para realizarlas, ya que en información de medios especializados se ha apuntado que lo realmente importante son los hábitos de sueño, es decir, cómo duermes por las noches, ya que muchas personas ocupan estos descansos con la finalidad de “complementar” el sueño nocturno, y eso es lo que resulta contraproducente, porque no se pueden complementar ambos periodos de descanso.

Así que antes de satanizar las siestas, es importante saber cuáles son tus hábitos y si es que no tienes una buena rutina antes de dormir, aunque también podrías tener trastornos de sueño y eso, no es por alarmar, pero puede acarrear más problemas como alimento en los niveles de estrés, ansiedad, y desajuste hormonal.