El príncipe Sverre Magnus cumple los 20 años este 3 de diciembre y un día después de que trascendiera que ha roto con su novia: el único nieto varón del rey Harald y el único miembro de su generación que podría servir de apoyo al futuro reinado de su hermana, la princesa Ingrid. Sin embargo, su papel institucional nunca ha estado del todo claro y en ocasiones desde la propia Casa Real de Noruega se ha jugado al despiste, alternando su presencia en la agenda oficial con declaraciones que lo describían como un ciudadano de pie. El tiempo pasa para el tercero en la línea sucesoria y en un contexto de máxima presión mediática para la realeza noruega, hay voces que señalan que hay una pregunta sobre él, que el palacio todavía no ha contestado.
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En 2023, el príncipe Haakon respondió a la televisión pública NRK con una frase que dejaba claro que su hijo debía ser libre: "Tiene que decidirlo él mismo. Tiene que encontrar su propio camino, su propia carrera". En aquel momento, tanto él como la princesa Mette-Marit trataban de manera similar a sus dos hijos, Sverre Magnus y Marius Borg, manteniéndolos al margen de cualquier función oficial. Ese papel quedaba reservado únicamente para la princesa Ingrid Alexandra. Sin embargo, esta visión cambió tras el inicio de la investigación en torno a Marius Borg, acusado de una treintena de cargos, cuyo juicio comenzará el próximo 3 de febrero.
Tras esto, la narrativa cambió notablemente: se compartió algo de información sobre el futuro inmediato de Sverre y sorprendentemente se le incluyó de forma puntual en la agenda oficial, llegando a tener actos en solitario y estando presente en actos de naturaleza institucional. Así que llegado a ese punto se barajó la posibilidad de que el príncipe tuviera que escoger un futuro oficial al menos durante un tiempo, teniendo en cuenta que el rey Harald expresó su deseo de reducir su agenda, que eso coincidió con la retirada de Mette-Marit por motivos de salud y con la incorporación de la princesa Ingrid, primero al servicio militar y después de la universidad.
Con este panorama, y unos efectivos reales algo menguados, se repitió la pregunta sobre el futuro de Sverre Magnus y fue entonces cuando el palacio confirmó a TV2 que el hijo del heredero ni siquiera estaba viviendo ya dentro del país: "El Príncipe se encuentra actualmente en Italia, donde está explorando diversas oportunidades, incluso en cine y fotografía, con el deseo de aprender más sobre ello". Aunque no se aportó más información de modo oficial, se supo que Amalie Giæver Macleod, la que fuera su novia hasta ahora y a la que había presentado durante la boda de Marta Luisa de Noruega, había ingresado en la Universidad Bocconi de Milán.
Fue entonces cuando el citado medio -y no ha sido el único- lanzó la pregunta que la Casa Real de Noruega no quiere responder: "¿Significa que el príncipe Sverre no va a realizar el servicio militar?". El Palacio no despeja la incógnita, lo que no quiere decir que no esté en sus planes, pero el debate es lógico por varias razones, comenzando porque se espera que los miembros de la Familia Real cumplan con las mismas obligaciones que los ciudadanos comunes, lo que refuerza la idea de igualdad; y Noruega fue el primer país europeo en introducir el servicio militar obligatorio sin distinción de género, basando su decisión en la creencia de que todos los ciudadanos deben tener los mismos derechos y responsabilidades.
Si bien es cierto que, según prensa especializada, de esa población de entre 19 y 47 años únicamente terminan siendo incorporados al servicio militar entre un 15% y 20% después de las pruebas físicas y psicológicas. Esto supone una ruptura con la tradición de su casa, ya que buena parte de la legitimidad de la dinastía se forjó en la lucha —política, militar y en un primer momento incluso armada— que protagonizaron Haakon VII y Olaf V, su tatarabuelo y bisabuelo, durante la Segunda Guerra Mundial. Un papel activo en operaciones militares que los vinculó al pueblo, a la defensa nacional y les dio un prestigio único que no tienen todas las casas reales europeas.
El debate es más complejo de lo que parece: Haakon, que además de heredero es general en las Fuerzas Armadas de Noruega, almirante en la Armada de Noruega y general en la Fuerza Aérea de Noruega, y Mette-Marit se parapetan en la idea de que su hijo no es el heredero directo, pero en ese caso sería un ciudadano con las obligaciones de todos los noruegos. Por otro lado, el servicio militar se interpreta como una prueba de compromiso con el país y en un momento en que la monarquía busca reforzar su legitimidad, cada decisión de los jóvenes príncipes se analiza como un indicador de continuidad o cambio.
Tampoco hay que olvidar el momento político que atraviesa Europa, con una nueva fase de militarización a raíz de la invasión rusa en Ucrania. Algo que ha ocupado la agenda tanto de Federico de Dinamarca como Haakon de Noruega, eso sin olvidar que la princesa Ingrid alargó su formación militar y lo hizo precisamente para poder entrenarse en la frontera norte de Europa en las condiciones de frío extremo propias del clima Ártico, una misión de la OTAN que supuso un gesto de enorme relevancia y estratégicamente meditado.
