El príncipe Harry ha conseguido lo que parecía imposible hace unos meses: el Ministerio del Interior británico ha ordenado una nueva evaluación de riesgo sobre su seguridad en Reino Unido, según adelantó The Sun y han recogido medios nacionales e internacionales. Se trata de la primera revisión desde 2020, cuando el duque perdió el derecho automático a escolta financiada por el Estado tras renunciar a sus funciones institucionales. Este giro llega después de que en mayo de 2025 Harry perdiera su recurso judicial en el Tribunal de Apelación, que rechazó reinstaurar su protección oficial.
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Entonces, el hijo de Carlos III denunció lo que calificó como un “establishment stitch-up” (un apaño del sistema). La derrota supuso un golpe duro, pues él había argumentado que su condición de hijo del Rey y su exposición pública justificaban medidas de seguridad, que le denegaron.
La decisión del Ministerio del Interior no significa todavía que el príncipe Harry recupere su escolta permanente, pero sí que se realizará un análisis exhaustivo de amenazas por parte del comité RAVEC (Royal and VIP Executive Committee), encargado de la protección de miembros de la realeza y figuras públicas. Este paso es crucial por varias razones.
En primer lugar, porque Harry ha insistido en que sin protección es “imposible” traer a Reino Unido a su mujer, Meghan Markle, y a sus hijos, Archie (6) y Lilibet( 4). En segundo lugar, porque según publicaba Express, esta revisión abre la puerta a que el rey Carlos III pueda volver a ver a sus nietos, a quienes no ve desde el Jubileo de Platino de la reina Isabel II en 2022. Y, además, porque refuerza la narrativa de Harry como alguien que lucha contra las instituciones por la seguridad de su familia, un tema que conecta directamente con la memoria de su madre, la difunta princesa Diana.
Desde que en 2020 se mudara a California junto a su familia, el hermano del príncipe Guillermo ha mantenido una relación tensa con las autoridades británicas. En abril de 2025 llevó su caso al Tribunal Superior, y en mayo perdió la apelación. La decisión de ahora supone un cambio de rumbo del Gobierno, que reconoce la necesidad de revisar su situación tras cinco años sin evaluación. Al parecer, el duque de Sussex había escrito en octubre a la nueva ministra del Interior, Shabana Mahmood, solicitando formalmente una revisión. Esa petición ha sido finalmente aceptada, lo que marca un triunfo personal y político para él.
Más allá de los tecnicismos legales, esta victoria tiene un fuerte componente humano. Harry ha repetido que su prioridad es proteger a su familia y que no puede arriesgarse a viajar con ellos sin garantías. La posibilidad de que Archie y Lilibet puedan volver a visitar Inglaterra con seguridad es un tema sensible que afecta a la opinión pública británica. Además, el hecho de que el rey Carlos III no haya visto a sus nietos desde 2022 añade un matiz emocional: la revisión de seguridad podría ser el primer paso hacia un reencuentro familiar largamente esperado.
De hecho, el pasado mes de septiembre, ya se produjo ese ansiado primer acercamiento familiar entre padre e hijo, quienes llevaban casi dos años sin verse. El encuentro, que duró aproximadamente una hora, tuvo lugar en Clarence House, residencia de Carlos III. Hasta allí se trasladó el príncipe para mantener un encuentro privado con su padre y, de paso, tomar el té.
El triunfo de Harry no es definitivo, pero sí representa un cambio significativo en su batalla por la seguridad. Tras perder en mayo su recurso judicial, la decisión del Ministerio del Interior de revisar su caso supone un reconocimiento de sus argumentos y abre la puerta a un futuro más seguro para él y su familia en Reino Unido. En un momento en que la relación entre los Sussex y la Casa Real sigue siendo compleja, este paso puede convertirse en un puente hacia la reconciliación. Y, sobre todo, devuelve a al príncipe Harry la esperanza de que sus hijos puedan crecer con un vínculo más cercano a su país de origen.
Conviene recordar que Archie, el primogénito de los Sussex, nació en el Reino Unido el 6 de mayo de 2019, en el Hospital Portland de Londres. Su hermana, Lilibet, llegó al mundo el 4 de junio de 2021 en Santa Bárbara (California), convirtiéndose en la única de los cinco nietos del rey Carlos III que no nació en suelo británico.