Los reyes Carlos y Camilla se encuentran ya en el Vaticano para su histórica visita de Estado. Es la primera vez en 500 años que un monarca británico reza en público con un Papa de la Iglesia Católica. Además, la Reina inglesa ha llamado poderosamente la atención por llevar un llamativo tocado negro de hojas del que salía el velo que tapaba su cabello. Solo las reinas católicas, como doña Letizia, tienen el privilegio de vestir de blanco ante el Santo Padre.
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La pareja real fue presentada en la biblioteca del Palacio Apostólico, lugar tradicional de este tipo de encuentros. Previamente, entraron en el recinto a través del Patio de San Dámaso, tras haber pasado por la icónica plaza de San Pedro. A su llegada fueron recibidos por el regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, el reverendo monseñor Leonardo Sapienza.
Al ser una reina inglesa y, por tanto, anglicana, la reina Camilla tiene que presentarse ante el Papa de negro y para la ocasión lució un vestido de seda de Fiona Clare, mantilla de Philip Treacy, un tocado en forma de corona con hojas negras del que todo el mundo habla y broche en forma de cruz que perteneció a Isabel II.
Según la tradición, León XIV esperaba dentro del Palacio para saludar a sus invitados. Antes, una Guardia de Honor proporcionada por la emblemática Guardia Suiza, uno de los ejércitos más antiguos y prestigiosos de Europa compuesto en exclusiva por ciudadanos suizos católicos romanos, les dio la bienvenida a la que le siguió la interpretación de los himnos nacionales británico y de la Ciudad del Vaticano.
Como es tradición en este tipo de visitas, los Reyes y Su Santidad tuvieron el tradicional intercambio de regalos. El Rey le entregó una gran fotografía plateada y un icono de San Eduardo, el Confesor. Por su parte, León XIV obsequió a la pareja real con una versión a escala del mosaico del Cristo Pantocrátor, que se encuentra en la catedral normanda de Cefalú, en Sicilia. La obra fue realizada en el Vaticano.
El Rey también se reunió con el cardenal Pietro Parolin, cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, quien asistió a su coronación en mayo de 2023, siendo el primer representante papal en asistir a la coronación de un monarca británico en casi cinco siglos. Esta visita está siendo muy significativa, pues se produce 40 años después de que la reina Isabel II prohibiera a Carlos de Inglaterra participar en una misa papal cuando visitó la Ciudad del Vaticano con su exesposa Diana en 1985. El rey Carlos III ha sido toda su vida un defensor de un mejor diálogo y relaciones. Solo tres años antes, Gran Bretaña y el Vaticano establecieron relaciones diplomáticas plenas, después de una ruptura de más de cuatro siglos y medio tras la decisión de Enrique VIII de romper con la Iglesia Católica Romana en la década de 1530, cuando se le negó divorciarse de Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena.