Estos últimos días han sido de lo más agitados para la monarquía británica. Por primera vez en dos años, el príncipe Harry se reunía con su padre, el rey Carlos III, en una visita de lo más especial a Reino Unido que ha marcado un antes y un después... y quién sabe si podría suponer un importante primer paso para una posible reconciliación entre ambos.
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Harry regresó a su país natal para una visita de cuatro días que incluyó una aparición de lo más especial en la 20.º edición de los premios Wellchild Awards en Londres y que continuó con una visita a una organización benéfica con sede en Nottingham. La cita, además, coincidió con una efeméride muy importante para los Windsor: el tercer aniversario de la muerte de Isabel II.
El duque de Sussex estuvo por última vez en el Reino Unido en abril para asistir a una vista judicial relacionada con su recurso contra la retirada de su seguridad oficial, un caso que finalmente perdió; pero la última vez que había visto a su padre fue en febrero de 2024, hasta ahora. Entonces, el príncipe Harry demostró su disposición para retomar la comunicación con su padre al coger un avión desde Estados Unidos para verlo durante unos treinta minutos al enterarse de que padecía cáncer.
El príncipe Harry fue visto el pasado 11 de septiembre llegando con su coche a Clarence House en torno a las 17.20 horas. Poco antes, a las 16:00 horas, llegaba Carlos III directamente del aeropuerto procedente de Aberdeen (Escocia). En total estuvieron juntos unos 55 minutos. No había mucho más margen, ya que el Duque tenía un acto previsto a las 18:00. En la recepción de los Juegos Invictus a la que acudió después, contestó así cuando le preguntaron por el encuentro: "Él está muy bien, gracias". Por el momento no ha trascendido nada más de la breve reunión que, no obstante, ya supera a la que mantuvieron hace 19 meses, que no pasó de los 45 minutos.
Según ha informado este sábado el Daily Mirror, aunque Harry haya roto el hielo con su padre, en lo que respecta a la princesa de Gales las relaciones siguen siendo decididamente frías. Nada lo demostró más que el silencio de Kate en el cumpleaños de Harry la semana pasada. El duque de Sussex cumplió 41 años el 15 de septiembre, pocos días después de su histórico encuentro con su padre en Clarence House, pero el medio británico apunta a que no hay señales de reconciliación entre Harry y su hermano o cuñada.
El experto en la realeza Duncan Larcombe cree que el hecho de que no hayan reconocido públicamente su gran día es una señal clara de que aún están dolidos por sus errores del pasado. "El silencio de Kate lo dice todo", ha afirmado a OK!. "No publicaron nada en su cumpleaños, algo que la familia real suele hacer. Así que el mensaje de Kate fue alto y claro: la pelota no está en nuestro campo, Harry, está en el tuyo". Duncan añade que, debido al estricto protocolo real, la pareja solo puede expresar sus sentimientos con señales sutiles. En este caso, parece que su silencio lo dijo todo. "Ni Kate ni William pueden hablar públicamente sobre Harry y Meghan", explica.
"Han guardado silencio durante todo este tiempo y han aguantado todos los golpes, por lo que se ven obligados a enviar mensajes sutiles y secretos, que es lo que parece ser esto. No están dispuestos a descubrir el farol de Harry enviándole felicitaciones de cumpleaños, por lo que permanecen en silencio y lo evitan a toda costa", ha concluido el experto real.