El viaje de Estado de Donald y Melania Trump al Reino Unido marca un momento histórico en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Por primera vez, un presidente estadounidense realiza una segunda visita de Estado con todos los honores reales, en una escenografía cuidadosamente preparada por la Casa Real británica. Del 16 al 18 de septiembre se desatará la pompa, el simbolismo y el protocolo para reforzar los lazos entre Washington y Londres, mientras se siguen negociando los acuerdos comerciales. Para los reyes Carlos y Camilla esta es la quinta visita de su reinado y tienen un programa bien engrasado, ya que en julio recibieron a los Macron en ese mismo lugar, ya que el Palacio de Buckingham sigue cerrado por reformas. Mientras, Guillermo y Kate, como príncipes de Gales, tienen una nueva oportunidad de avanzar en la escena internacional.
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Es histórica
Tradicionalmente, a los presidentes estadounidenses en su segundo mandato, como es el caso de Donald Trump, que ya tuvo su visita de Estado en junio de 2019, no se les ofrece una segunda visita de Estado. En cambio, se les invita a tomar un té o a almorzar con el soberano, como ocurrió con los expresidentes Barack Obama o George W. Bush. Sin embargo, el pasado febrero, el primer ministro británico, Keir Starmer, entregó en mano y ante las cámaras, una invitación del rey Carlos III, con algunas líneas escritas a mano con su ya característica letra, en el que Carlos III le invitaba a una nueva visita de Estado, con todos los honores, la pompa y el despliegue que ello conlleva. El propio Primer Ministro británico calificó entonces la invitación de "verdaderamente histórica" y "sin precedentes". Momento en el que Trump, que debía el acuerdo comercial y los aranceles entre los dos países, dijo que era un "gran, gran honor".
Dos días en el Castillo de Windsor
A su llegada el martes al Reino Unido, los Trump serán recibidos por el embajador estadounidense y ya será el miércoles cuando viajen hasta el Castillo de Windsor, donde serán recibidos por los príncipes de Gales, antes de recibir la bienvenida formal por parte de los reyes Carlos y Camilla. Será entones cuando se disparen salvas en su honor en Windsor y en la Torre de Londres y comience el tradicional paseo en carruaje. Después del almuerzo en el Comedor de Estado con miembros de la Familia Real, el presidente visitará la capilla de San Jorge con el fin de depositar una corona de flores en la tumba de la reina Isabel II. Más tarde, habrá un vuelo de aviones militares F-35 del Reino Unido y los EE. UU. y los Red Arrows que presenciarán en compañía de militares británicos y estadounidenses. Esa misma noche, se celebrará en el castillo el tradicional banquete de estado, durante el cual el rey Carlos III y el mandatario de los Estados Unidos con campos de golf en Escocia pronunciarán sus discursos.
El jueves, el Trump viajará a Chequers, la casa de campo oficial del primer ministro del Reino Unido, que sirve para su descanso y recreación. Juntos, Keir Starmer y Donald Trump, revisarán los archivos de Winston Churchill, una figura clave en la política y la historia británica y uno de los líderes de la Segunda Guerra Mundial, antes de celebrar una reunión y una conferencia de prensa.
Hay que recordar que Donald y Melania Trump ya conocen el Castillo de Windsor, pero nunca han sido recibidos allí en visita de Estado. En julio de 2018, Isabel II recibió al matrimonio estadounidense, pero solo para un té. Entonces fue una visita oficial, pero no de Estado: Trump acababa de aprobar medidas polémicas, las manifestaciones habían sido masivas en Londres y el gobierno británico no había decidido del todo su postura. Esta solución a medio camino permitió mantener relaciones diplomáticas sin comprometer la imagen de la monarquía ante la opinión pública. Cuando regresaron en el 2019, sí lo hicieron en visita de Estado, así que para ellos se abrió el Palacio de Buckingham de para en par y se dispusieron todos los honores.
El plan de Melania Trump
Melania Trump permanecerá en el Castillo de Windsor, donde visitará la Biblioteca Real y verá la Casa de Muñecas de la Reina María, un famoso palacio en miniatura construido en la década de 1920 y una de las atracciones más interesantes de las muchas que brinda la residencia real que se encuentra en el condado de Berkshire. Después, la Primera Dama de los Estados Unidos se encontrará con Kate Middleton, que como princesa de Gales y copresidenta de la Asociación de Scout le acompañará a los jardines de Frogmore, dentro de los terrenos reales, para un encuentro con Dwayne Fields, una personalidad televisiva británica que es jefe de los scout. Esa será su última cita antes de reunirse con su marido para regresar a los Estados Unidos.
Con menos equipaje
Los medios británicos todavía no tienen claras las cifras, pero recuerdan que durante la visita de 2019, se desplegaron más de 6.300 agentes de policía, con un coste para la Policía Metropolitana de Londres de 3,4 millones de libras, unos cuatro millones de euros. Sin embargo, una cosa está clara, esta vez llegan con menos equipaje, ya que en la primera legislatura el papel que tenía la familia de Donald Trump era protagónico, así que a ese viaje de Estado vinieron hijos, yernos y nueras. En esta ocasión, no está previsto que asistan como parte de la delegación estadounidense.
En 2019, durante la primera visita de Estado de Donald Trump al Reino Unido, sus hijos —especialmente Ivanka y Donald Jr.— tuvieron un papel visible como parte del séquito presidencial, asistiendo a actos diplomáticos, reuniones con líderes británicos y eventos sociales junto a la familia real. Ivanka Trump, en particular, actuó como asesora cercana en temas de diplomacia y empoderamiento femenino. En contraste, en 2025, siguen formando parte pero han adoptado un perfil más discreto en el ámbito internacional, dejando el protagonismo diplomático a Trump y Melania.