La esperada reunión entre Carlos III y el príncipe Harry en Clarence House podría ser el punto de inflexión definitivo. Su encuentro ya ha sido llamado cumbre de paz, es decir, hay muchas expectativas puestas en que realmente sea el inicio del deshielo de sus relaciones, aunque para la normalización el trecho es aún muy largo. La conversación no ha sido larga, tan solo 54 minutos y una taza de té que podrían ser el preludio de una nueva visita del duque de Sussex a Reino Unido, esta vez de carácter familiar.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Según han confirmado fuentes de palacio al Daily Mail, se espera que el año que viene vuelva acompañado de Meghan Markle y sus hijos: Archie, de seis años, y Lilibet Diana, de cuatro. Se produciría al fin el ansiado reencuentro de Carlos III con sus nietos, a los que no ven desde hace tres años, cuando acompañaron a sus padres al Jubileo de Platino de Isabel II. Dicen que entonces estuvo encantado con su visita y pudo disfrutar de un tiempo con ellos. La reunión del martes podría haber allanado el terreno para facilitar que Carlos III pueda volver a ejercer de abuelo con sus dos nietos menores.
"Está claro que Harry se arrepiente ahora de alguno de sus actos. Quiere restablecer la relación con su familia y con la gente de Reino Unido", aseguran las mismas fuentes al diario británico. Aunque cuesta imaginar un final con Harry viviendo de nuevo en Reino Unido, sí podríamos estar ante el comienzo de un nuevo encaje de los Sussex en la familia. El portavoz de Harry ha asegurado este jueves que al Príncipe que le ha encantado volver a Reino Unido. Si bien el príncipe Harry ha pisado suelo británico más a menudo en los últimos cinco años, la última vez que Meghan estuvo en Londres fue con motivo del funeral de la Reina en septiembre de 2022.
Se sabía que Harry llegaba en son de paz. Desde que perdió su batalla legal contra el Ministerio del Interior en la que exigía disponer de seguridad para él y su familia cada vez que visiten Reino Unido, comenzó a mostrarse más proclive a tender puentes. Una vez perdida una de sus grandes cruzadas precisamente por una vía que lo alejó aún más de su familia, quizás no tenía sentido seguir tensando la cuerda. Él mismo expresó en mayo a la BBC su predisposición a firmar la paz: "Me encantaría reconciliarme con mi familia. No tiene sentido seguir peleando, la vida es preciosa".
Así fue como de la cumbre de Sandringham, símbolo de la ruptura y de la salida definitiva de los Sussex del cuadro, llegamos a la cumbre de paz. Lo que pase los próximos meses determinará si es el nombre le hace justicia o solo responde a las ganas de desencallar una relación absolutamente tensa desde hace cinco años. Cualquier movimiento, se leerá como un avance. Mientras tanto, nada se mueve, ni por casualidad, entre los príncipes Guillermo y Harry. Los últimos días, sus agendas contrapuestas han dejado patente no solo que no se facilitará un encuentro, sino que se evitará.