Digital Cover casa_inglesa© Getty Images

Una decisión histórica

Carlos III se deshace de un escenario real que para Meghan Markle fue un éxito

El soberano británico quiere modernizar la monarquía y reducir costes, así que ha dado de baja el tren real que llevaba trasportando a la familia real desde 1840 y que fue el único lugar al que Isabel II invitó a la duquesa de Sussex en solitario


2 de julio de 2025 - 14:14 CEST

"Avanzar significa no aferrarse al pasado". Con esta poética frase, el guardián de la bolsa privada de Carlos III ha anunciado que el tren real, todo un símbolo de la monarquía británica, será jubilado de forma definitiva como parte del objetivo del soberano por modernizar la institución, reducir costes y buscar alternativas más sostenibles. Se pone fin así a la larga historia de este palacio rodante que ha sido actualizado y reconvertido para transportar a miembros de la realeza desde tiempos de la reina Victoria. En esta era, cada vez más en desuso, ese fue el único lugar al que Meghan Markle fue invitada de forma personalII para hacer un acto conjunto que fue un triunfo en términos de popularidad para la duquesa de Sussex. 

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Media Image© GTRES

El único acto oficial que Meghan Markle compartió en solitario con Isabel II fue precisamente a bordo del tren real

La decisión de Carlos III, histórica y lógica con los números en la mano, sigue en la línea de los cambios que ha ido introduciendo desde que comenzó su reinado. Igual que Isabel II tuvo que tomar la amarga decisión de retirar el HMY Britannia, el yate de Estado de la Corona británica, que desde 1997 descansa como pieza de museo en Leith, ahora ha llegado el momento de decir adiós al tren que usaba la Familia Real para desplazarse por el interior del país. El argumento es que el adaptar estos nueve vagones, que han sido restaurados y mejorados a lo largo de los años para conservar las partes históricas que ya usó la reina Victoria, es tremendamente costoso, poco eficiente y que no va en la línea del pensamiento de Carlos III, en términos económicos y medioambientales. En definitiva, que dos helicópteros modernos prestan el mismo servicio y son más eficientes en gasto de combustible. 

© Getty Images

James Chalmers, el guardián de la bolsa privada, fue el que comunicó la decisión al presentar las cuentas anuales del palacio: "El tren real ha formado parte de la vida nacional durante muchas décadas,  ha sido querido y cuidado, pero avanzar significa no aferrarse al pasado. Así como muchas partes del trabajo de la casa real se han modernizado y adaptado para reflejar el mundo de hoy, también ha llegado el momento de despedirnos con cariño mientras buscamos ser disciplinados y progresistas en la asignación de fondos”.

© Getty Images
© Getty Images
Dos imágenes de Isabel II a bordo del Royal Train

Ahora se busca un lugar para que este tren con dos locomotoras (a las que se le dio los nombres de príncipe Guillermo y príncipe Harry) meticulosamente decorado y que conserva el estilo que Isabel II le dio repose como pieza de museo en algún lugar de Inglaterra. A la vez que se pone fin a polémicas recientes, ya que los dos únicos viajes que hicieron Carlos y Camilla en el año 2024 a bordo del "royal train" costaron 90.000 euros, una cifra por la que recibieron bastantes críticas. 

© Getty Images

Al margen de las cuestiones más prácticas, como son los argumentos económicos y sostenibles, es innegable que el tren real tiene un potente legado emocional que ha llegado hasta aquí. Para Isabel II y el duque de Edimburgo este palacio rodante era un lugar familiar, una forma de cumplir con sus obligaciones institucionales llevándose a sus hijos con ellos; la Reina Madre también adoraba este lugar, ya que le permitía viajar de noche y llegar a primera hora a los lugares de destino.

© Getty Images

A pesar de la amarga despedida, las noticias son positivas, ya que Carlos III ve como aumenta su asignación pública, ya que el informe refleja que la monarquía británica recibirá una subvención de unos 150 millones de euros, frente a los 100 millones de euros de este último ejercicio. Con esos ingresos se financian las actividades oficiales de la familia real y también el mantenimiento de sus palacios, una cifra que también depende de los ingresos que ellos mismos generan por la explotación del patrimonio real, el que se conoce como Crown Estate, que en el último periodo alcanzó una cifra récord de 1.290 millones de euros. Hay que recordar que a estas dos vías de financiación se suma una tercera, la que se conoce como el bolsillo privado y que para Carlos III viene por parte del ducado de Lancaster y para el príncipe de Gales del ducado de Cornualles. 

La impresión general fue que entre Isabel II y Meghan Markle hubo química, y bajo una gran presión mediática, la duquesa de Sussex cumplió con nota

El único acto oficial que Meghan Markle compartió en solitario con Isabel II fue precisamente a bordo del tren real. Tuvo lugar el 14 de junio de 2018, un mes después de la boda, y esa invitación por parte de la soberana fue muy analizado, ya que Kate Middleton, actualmente princesa de Gales, todavía no había recibido ese honor. 

© Getty Images

Esa invitación al tren real fue la forma de expresar su apoyo de forma pública

Isabel II y Meghan Markle viajaron juntas la noche anterior desde Londres hasta Cheshire, durmiendo a bordo del tren real. Este gesto fue interpretado como una señal de confianza y bienvenida por parte de la reina. Además, la soberana británica aprovechó el momento para regalarle a la nueva duquesa de Sussex un par de pendientes de perlas con diamantes, similares a los que ella misma llevaba ese día y que fue desde luego un gesto de afecto e integración. Algo que siempre caracterizó la relación de Isabel II con Meghan, no hay que olvidar que la única vez que cambió sus propias normas durante las tradicionales celebraciones navideñas de Sandringham fue precisamente para que la actriz estadounidense pasara las fiestas con los Windsor, algo que no había hecho nadie que no hubiera pasado previamente por el altar.

© Getty Images

De ese día también se sabe, porque la propia Meghan Markle lo ha contado o lo ha hecho a saber a través del libro que publicó Omid Scobie, que ambas se cubrieron las rodillas con la misma manta, un gesto espontáneo y lleno de cercanía. La impresión general fue que entre ellas había química, Isabel II y el tren real acogieron a Meghan Markle y ella, bajo una gran presión mediática, cumplió con nota: no tomó la iniciativa, mantuvo en todo momento una segunda posición, se mostró cariñosa, atenta e incluso preguntó cuando le surgió alguna duda.

© GTRES

Para la duquesa de Sussex, en términos institucionales y en el inicio de lo que entonces parecía una larga vida como royal, ese día fue clave. Entonces las críticas no habían explotado contra ella y era evidente de que el deseo de Isabel II era guiarla en la vida institucional y esa invitación al tren real fue la forma de expresar su apoyo de forma pública. Aproximadamente dieciocho meses después la historia era otra y los duques de Sussex anunciaron su intención de cambiar las normas o de salir, como finalmente pasó, de la Casa Real británica. El siguiente capítulo es el que escribe ahora Carlos III con la jubilación de este tren real, uno de los pocos escenarios reales que formaban parte de la historia de Meghan Markle como realeza británica. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.