La Familia Real británica finaliza este jueves una semana inolvidable que ha servido para conmemorar el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, lo que se conoce como el Día de la Victoria. Este jueves, los reyes Carlos y Camilla han acudido a un servicio de acción de gracias en la Abadía de Westminster de Londres. No han estado solos, les han acompañado el príncipe Guillermo y Kate Middleton, los duques de Edimburgo, la princesa Ana, con su marido, Sir Tim Laurence, los duques de Gloucester y el duque de Kent.
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Según marca el protocolo, en primer lugar han llegado los exprimeros ministros británicos, algunos de ellos acompañados de sus esposas y, después, algunos miembros de los Windsor como los duques de Gloucester, la Duquesa ha llamado la atención con un bolso de lo más patriótico de la bandera británica, la princesa Ana y su marido y los duques de Edimburgo. La duquesa Sophie ha elegido un favorecedor vestido azul celeste y un gran tocado. Por su parte, los príncipes de Gales han llegado en penúltimo lugar. Kate Middleton se ha decantado por un vestido blanco con lunares negros, las mismas tonalidades elegidas por la reina Camilla, y todo un homenaje a Diana de Gales, quien llevó un look muy parecido en las carreras de caballos de Ascot de 1988.
A su llegada, la Familia Real se ha unido al resto de invitados y han guardado dos minutos de silencio nacional en el que se ha invitado a la reflexión y el recuerdo. Además, Carlos III ha depositado una corona de flores en la Tumba del Soldado Desconocido, que se encuentra en el suelo de la Abadía, en compañía de su hijo mayor. El monarca lo ha hecho en nombre de la nación y de la Comnowealth y el heredero en nombre de los veteranos y de la generación de la guerra. Con ellos ha estado Ken Hay, de 99 años, que sirvió en el 4º regimiento de infantería de Dorset durante el conflicto bélico.
Entre los objetos que se han presentado había una máscara de gas y un casco de guarida antiaéreo, que representan a las Fuerzas Armadas británicas y al frente. Estos símbolos de la contienda, procedentes de la colección del Museo Imperial de la Guerra, han sido colocados cerca del Altar Mayor. Durante la ceremonia religiosa se ha reproducido un extracto del discurso pronunciado por Winston Churchill tras ganar a la Alemania nazi.
Han pasado ocho décadas desde el final de la contienda, pero Reino Unido y su Familia Real tienen muy presente los sacrificios que se hicieron. Hay que recordar que los abuelos del actual Rey, Jorge VI y la después conocida como Reina Madre, junto a sus hijas, las entonces princesa Isabel (más tarde reina Isabel) y la princesa Margarita, se convirtieron en un símbolo nacional de la resistencia, negándose a abandonar el Palacio a pesar de los bombardeos, por lo que en esta misa se ha remarcado el sacrificio que hizo la generación que vivió en tiempos difíciles. Tal día como este jueves, Isabel II tenía 19 años y celebró la victoria junto a su hermana de incógnito por las calles de Londres con el resto de los ciudadanos que se lanzaron a la calle sin poder contener su alegría por el fin de la guerra.
Una vez que el acto ha finalizado, los reyes Carlos y Camilla se han reunido con los veteranos de guerra. Antes de marcharse, el Rey ha encabezado junto a otros miembros de la Familia Real una pequeña comitiva para depositar flores en el Monumento a las Víctimas Inocentes, situado en el exterior de la Puerta Oeste de la Abadía de Westminster. La reina Camilla, Kate Middleton, la duquesa Sophie, la princesa Ana y la duquesa de Gloucester han colocado varios ramos, mientras que el duque de Gloucester, Tim Laurence y el duque de Kent han dejado rosas blancas en la gran pizarra circular. En ese preciso momento, las campanas de la Abadía de Westminster han repicado 80 veces, un gesto que se reserva generalmente para grandes celebraciones o aniversarios como este.
Este acto pone el punto y final a una semana de lo más intensa que arrancó el lunes con un desfile militar al que acudieron los Windsor y en el que no faltaron los príncipes George, Charlotte y Louis, los tres hijos del heredero al trono. Todos juntos posaron en el balcón del Palacio de Buckingham, demostrando unión y cercanía con el pueblo. Ya por la tarde, se ofreció una recepción en Palacio a los veteranos, en la que los Reyes estuvieron acompañados por el príncipe Guillermo y Kate Middleton y por George, quien, a sus once años, debutó en un acto de estas características. El martes, la reina camilla inauguró una exposición de amapolas de cerámica en la Torre de Londres, donde apareció con unos guantes negros de piel con esta flor bordada, todo un símbolo de las plantas que crecieron en el campo tras la guerra.