A sus 57 años, Mabel de Holanda, viuda del príncipe Friso, y, por tanto, cuñada de los reyes Guillermo y Máxima de Países Bajos, ha abierto su corazón como nunca para hablar de la época más dura de su vida. A lo largo de su vida ha visto como perdió, primero a su padre, cuando era solo una niña, después, a su padrastro, su marido, en un terrible accidente de esquí, y hace poco a su hermana, a la que se sentía muy unida. Lo ha contado todo en una entrevista televisada que ha provocado un verdadero shock en Países Bajos.
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En el nuevo programa Kefah y los Reyes Magos, la presentadora Kefah Allush ha elegido a la Princesa para ser su primera invitada. En este espacio habla con mujeres resilientes que logran mantener el rumbo en medio de la turbulencia. Mabel es una de ellas. Es una apasionada activista de derechos humanos que ha dedicado sus esfuerzos a trabajar por la igualdad, la libertad y la protección de los grupos vulnerables. Si en su día a día ha tenido que enfrentarse a muchas dificultades, también en su vida personal ha tenido que mantener la esperanza en que un futuro mejor estaba por venir.
"Ha sido muy, muy, muy oscuro a veces"
A muy temprana edad, la nuera de la princesa Beatriz de Holanda se enfrentó a una profunda pérdida. Cuando ella tenía solo nueve años, su padre falleció de forma inesperada. Su madre se volvió a casar, pero también murió. Sus pérdidas no acabaron ahí. Una de las más dolorosas fue la de su marido, el príncipe Friso, que sufrió un accidente de esquí en Austria en febrero de 2013 que le llevó a estar en coma durante seis meses hasta que finalmente falleció. Por último, hace dos años, en 2023, tuvo que decir adiós a su hermana Nicoline, con quien mantenía un estrecho vínculo. Todas estas muertes de sus seres más queridos han impactado profundamente en ella. "Hay momentos en los que pienso: ¡Dios mío! Ha sido muy, muy, muy oscuro a veces".
"Cuando Fristo tuvo el accidente y no estaba claro qué pasaría, un antiguo jefe me dijo: 'Necesitamos encontrarte un terapeuta especializado en trauma'. Encontró a alguien que la guio en ese momento de dolor e incertidumbre, y eso la ayudó muchísimo. "Me dijo. 'Intenta ver algo hermoso cada día. Míralo con atención. Y cuando lo veas, aférrate a ello'. Eso me ayudó muchísimo. De vez en cuando veía una flor hermosa o a una de mis hijas bailando alegremente. Creo firmemente en eso", ha dicho doce años después del fallecimiento de su esposo.
Más recientemente, en 2023, dejaba este mundo Nicoline, su hermana, víctima de una enfermedad terminal. Durante la convalecencia, la Princesa intentó mantener la esperanza, a pesar de la tristeza y la incertidumbre de su situación. Creó un grupo de WhatsApp con sus hermanas para compartir pequeños momentos de alegría. "Al final del día tenías que decir algo sobre por qué el día había sido hermosos. Es fascinante, te hace vivir de otra manera. Piensas: 'Tengo que guardar eso para esta noche, porque tengo que compartirlo con mis hermanas". Eso ayudó enormemente a la princesa Mabel a seguir viendo las cosas buenas de la vida y mantener la esperanza en los días más oscuros. "Saber que, a pesar de que todo parezca gris y como si ya no hubiera nada que hacer, siempre hay algo pequeño que hace que la vida valga la pena".
Además de las causas benéficas, Mabel ha tenido muy buen olfato para las inversiones. Fue una de las primeras en poseer valores de la plataforma de pagos en línea Adyen, una empresa con sede en Holanda encargada de gestionar los pagos de grandes empresas, como Netfllx o Spotify. Cuando vendió parte de esas acciones en 2018, se embolsó 43 millones de euros. Su fortuna alcanza una cifra cercana a los 455 millones de euros. Vive de forma discreta en Londres con sus hijas, las condesas Luana, de 20 años, y Zaria, de 19.